La modernidad fracasada

Los latinoamericanos siguen viéndose a sí mismos como un misterio por descifrar. El gran clásico de Octavio Paz sobre el carácter de los mexicanos es parte de una tradición que se remonta a comienzos del siglo XX y que llega hasta nuestros días con importantes ensayos sobre las peculiaridades nacionales, debidos a autores parecidos entre sí: escritores que parten de la sociología pero la trascienden, periodistas de las costumbres, lingüistas intuitivos, cuidadores de las idiosincrasias y de las causalidades históricas —dos especies consideradas “no existentes”, pero que siguen gozando de buena salud—.

¿Cómo somos? se suma a esta tradición, aunque en una posición algo excéntrica, ya que su autor, Henry Oporto, no busca tanto cultivar la literatura de la identidad nacional como usar los argumentos de ésta para explicar(se) por qué fracasó la transformación neoliberal de Bolivia y entonces se produjo la vigorosa reacción nacionalista y estatista que Evo Morales lidera hasta hoy.

Oporto supone que el modelo de modernización que se diseñó en los noventa, que él considera el “inevitable” paso al desarrollo, no tuvo éxito por peculiaridades bolivianas tales como la desconfianza, el “rentismo” o hábito de vivir del Estado, la inclinación a victimizarse; el caudillismo, que hoy se observa en el culto a la personalidad de Morales, y la falta de respeto a la ley.

El libro presenta una teoría alternativa a la que ha predominado en las últimas décadas, que responsabiliza a las élites por las fallas del país. Constituye entonces un respiro del estructuralismo radical que atosigaba al ensayismo boliviano. Y es un síntoma del cambio de humor en Bolivia, que se halla protagonizando su propia versión, más tímida, del “giro a la derecha” de la región. Sin embargo, recae al mismo tiempo en una antigua creencia de estas mismas élites: la creencia de que el país no se merece lo que no tiene.

Cómo somos los bolivianos. Henry Oporto. Plural Editores.