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Cámara oculta
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El motel de Hitchcock

Las series de televisión divididas en temporadas pueden hacerse interminables. Aunque a veces también fascinantes

Las series de televisión divididas en temporadas pueden hacerse interminables. Aunque a veces también fascinantes. Acaba de concluir la emisión de la primera temporada de Gigantes, la violenta serie de Enrique Urbizu emitida en Movistar, y mientras se espera la continuación, husmeando por Netflix se pueden encontrar muchas otras series también interesantes, como por ejemplo Bates Motel, de 50 capítulos, muy larga, pero hay que reconocer que apasionante.

Se anuncia como una precuela contemporánea de la película Psicosis, y eso es, efectivamente: la adolescencia del asesino Norman Bates y su diabólica madre, que regenta el motel de un perdido pueblo en Oregón. La historia de Psicosis fue llevada al cine en varias ocasiones: la fallida versión de Gus Van Sant que recibió los premios Razzie de peor película y peor dirección del año 1988. Previamente, en 1983, El regreso de Norman, y poco después, en 1990, la estrafalaria Psicosis El comienzo, que a pesar del título, nada tiene que ver con la excelente serie de televisión de la que hablamos. Y no precisamente por su actualidad, ya que los tres primeros capítulos fueron emitidos en España en 2013 por el canal TNT. En Estados Unidos acabó de emitirse la serie completa el año pasado recibiendo numerosos premios del público, destacando los de los actores, Vera Farmiga y Freddie Highmore, como madre e hijo, ambos admirables. Desde luego, Highmore, infinitamente mejor que el Anthony Perkins del cine. 

La ventaja actual de las series ya colgadas en sus correspondientes cadenas es poderlas ver íntegramente desde el primer momento, lo que sucede con Gigantes y todas las de Movistar. Solo hay que lamentarse del por qué algunas de ellas duran tanto cuando Hitchcock, por ejemplo, se apañaba con hora y media para contar sus escalofríos. Claro que no alcanzaba todos los vericuetos y matices de Bates Motel, que puede dejar sin dormir al espectador que la siga con pasión.

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