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Emily Brontë, 200 años de desafío y vigencia de una autora clásica

La creadora de 'Cumbres borrascosas' nació el 30 de julio de 1818 y su prosa y poesía son analizadas hoy como una fuerza poderosa con temas que abrieron caminos a la literatura

Retrato de las tres hermanas Brontë (Emily en el centro) realizado por su hermano, Branwell.
Retrato de las tres hermanas Brontë (Emily en el centro) realizado por su hermano, Branwell.

En una casa de piedra rojiza y madera, en la cima de una colina custodiada por el cementerio del pueblo y los rugidos del viento, se fraguó lentamente un milagro literario.

Es la voz poderosa y persuasiva de Emily Brontë, la más solitaria de las tres hermanas que sobrevivieron al rosario de desdichas de la familia. Nacida hace 200 años, el 30 de julio de 1818, su única novela, Cumbres borrascosas, y unos 200 poemas, bajo el seudónimo masculino de Ellis Bell, desafiaron la época victoriana, rompieron los esquemas literarios predominantes, abrieron nuevas vías a la literatura y ella se adelantó con varios de sus temas, algunos con aires feministas que baten puertas y ventanas.

Cumbres borrascosas es un gran relato social de la época, que a partir de la pasión de Catherine y Heathcliff muestra situaciones nuevas, como el maltrato, el alcoholismo o la decisión de una mujer", explica Álvaro Pombo. "Una novela con una gran pasión y capacidad de persuasión que la hacen inmortal. Es la condición de un clásico tan clásico como Thomas Mann", dice Pombo. "La  potencia creadora de Emily", añade el escritor, "hace que haya una inmersión en la lengua con la narración de la historia, la creación de los personajes y la fuerza de los detalles de una gran prosa vigente en el siglo XXI".

Emily Brontë, nació en pleno corazón del Romanticismo en Thornton, condado de Yorkshire. A los tres años, su familia se trasladó a Haworth. Hija de un reverendo, su madre murió en 1821, dejando seis hijos, de 6, 5, 4, 3, 2 y 1 años. Todas mujeres, salvo el cuarto, Branwell, que marcó el destino sombrío de las hermanas al ser la esperanza de la familia y llevarse todo el esfuerzo a su alrededor. Branwell terminó siendo un pintor mediocre, alcohólico y consumidor de opio. Emily veló por él hasta el último momento. Al menos le sirvió para levantar parte de Cumbres borrascosas.

“Emily Brontë hubiera encajado mejor en el momento actual que en aquel tiempo victoriano, feroz para el género femenino. Habría sido tal vez ecologista y feminista”, aventura Ángeles Caso, autora de Todo ese fuego (Planeta), una biografía de las hermanas Brontë: Charlotte, Emily y Anne, porque las dos mayores murieron muy pequeñas. Se criaron con una tía en un mundo indolente, aunque su padre les inculcó la cultura, la lectura y la reflexión. Un refugio que usaban al llegar a casa tras una jornada como profesoras o institutrices.

Escritorio de Charlotte Brontë en la casa museo de la familia, en Haworth, Inglaterra.
Escritorio de Charlotte Brontë en la casa museo de la familia, en Haworth, Inglaterra.Christopher Furlong (Getty Images)

La conmemoración del bicentenario de Emily Brontë está rodeada de nuevas lecturas y revisiones y debates. “En la literatura, como en cualquier arte, el contexto renueva la obra y, si esta es buena, multiplica su mensaje. En el caso de Cumbres borrascosas, la actualidad de su significado se ve más clara en la reciente edición de Tres Hermanas, con ilustraciones de Fernando Vicente, que ve a Catherine Earnshaw pelirroja, como si el color rojo de su melena condensara la fuerza del personaje femenino”, explica Marina Sanmartín, escritora, editora y del equipo gestor de la librería madrileña Cervantes y compañía.

Ante la tentación de revisionismos al arte, Sanmartín no duda en señalar que “vivimos un momento en el que la presión social interfiere a menudo en la creación literaria, por eso es tan importante proteger las ficciones que pueden parecernos trasgresoras o políticamente incorrectas... porque, al fin y al cabo, en la realidad también suceden, existen las historias de los amores malsanos y trágicos, y deben ser contadas".

El reto de cómo abordar un clásico como Cumbres borrascosas en el siglo XXI lo explica el propio Fernando Vicente. Recuerda que es una obra hecha para perdurar y, “de todas formas, no se puede hacer una lectura desde nuestra óptica actual, el momento histórico pesa mucho sobre los personajes y los hechos”.

Aclarado este punto, Vicente da las claves, adentrarse en ese mundo y disfrutarlo para luego fundirse en él: “En las ilustraciones hay alguna pequeña metáfora, como esos cuervos negros que persiguen a Heathcliff, negros como su alma. El personaje de Catherine la he hecho pelirroja porque, además de tener un punto de locura, ese color representa su corazón en llamas y contrasta con el color pajizo de los campos ingleses”.

Siempre se ha dicho que Cumbres borrascosas es hija de la experimentación que su autora hizo con la poesía. Una poética que para María Victoria Atencia es admirable, y considera a su autora “una de las principales figuras en la historia de la poesía femenina”.

En la isla imaginaria de Gondal situó Emily Brontë sus poemas. Costumbres, intrigas familiares, rivalidades entre reinos y deseos y opresiones de la gente insuflados de la pasión entre los humanos y el paisaje. Editorial Alba acaba de publicar Poesía completa, con traducción de Xandru Fernández.

El origen de todo fue cuando Charlotte descubrió unos poemas de Emily. Le propuso a ella y a Anne publicar un poemario conjunto. Emily accedió pero firmando con seudónimo. En el verano de 1846, nacieron Currer, Ellis y Acton Bell. El libro fue bien recibido. Charlotte lanzó una segunda propuesta: escribir una novela cada una. En diciembre de 1847, estalló el milagro: Charlotte publicó Jane Eyre; Anne, Agnes Grey, y Emily, Cumbres borrascosas. El siguiente diciembre, Emily moría de tuberculosis. Tenía 30 años y logró, como escribió Virginia Woolf, “hacernos sentir lo que tenía dentro y quería decir”.

Más información en WMagazín.

Inglaterra conmemora a su gran autora

La peregrinación a la casa de las hermanas Brontë, en Haworth, en el condado de West Yorkshire, ha aumentado. Los lectores de Emily Brontë  conmemoran el bicentenario de su nacimiento, el 30 de julio de 1818. Es la casa familiar convertida en museo y gestionada por la Brontë Society. Entre las múltiples actividades destacan:

- La exposición Haciendo rugir el trueno, dedicada a su figura a través de textos suyos, objetos personales, ediciones de su obra y piezas de distintos artistas.

- Un singular manuscrito de Cumbres borrascosas hecho por las diez mil manos del público que ha acudido en el último año a visitarla.

- La lectura de textos sobre el valor de la obra de Emily Brontë.

- La proyección del cortometraje Balls, de la modelo y actriz Lily Cole, que desmiente que su gran obra fuera una historia de amor y define a Heathcliff como un maltratador.

- La colección de textos Yo soy Heathcliff, que reúne relatos de 16 autores.

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