_
_
_
_
Crítica | Casi 40
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una sosegada peineta

Provocará la introspección del espectador, del que está pasando por esa edad, del que pasó y del que pasará

Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, en 'Casi 40'.
Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, en 'Casi 40'.
Javier Ocaña

CASI 40

Dirección: David Trueba.

Intérpretes: Lucía Jiménez, Fernando Ramallo, Carolina África, Vito Sanz.

Género: comedia. España, 2018.

Duración: 87 minutos.

David Trueba recupera dos personajes de su juventud y, ya en la madurez, la de ellos, casi 40, y la del propio director, casi 50, nueve largometrajes en la espalda, le hace una peineta a la sociedad con su calma y su sonrisa habitual.

Con el mismo tono de amarga comedia romántica que ya tenía la película original, La buena vida (1996), su excelente debut como director, Casi 40 se convierte en una road movie con apuntes de musical en directo que, de un modo sutil, advierte de los saltos y los tumbos que han dado las vidas de sus dos protagonistas en estas dos décadas y pico, y se desdobla hasta la visión de un presente aparentemente dispar para cada uno de ellos, pero en el fondo quizá igual de áspero.

Con una puesta en escena directa, más asentada en la elegancia del encuadre que en los movimientos de cámara y el montaje, Trueba articula una visión de España y los españoles en su relativa madurez, con la que parece que estés leyendo sus columnas en este periódico, pero sin que la sucesión de temas parezca impostada, como una especie de lista de la compra de la vida, que la emparenta claramente, tanto desde fuera como desde dentro, con la, en cierto modo, película hermana: Antes del atardecer, la segunda entrega del proyecto vital y artístico de Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy.

Sosegada y sencilla, profunda y crítica, Casi 40, Premio Especial del Jurado en el Festival de Málaga, provocará la introspección del espectador, del que está pasando por esa edad, del que pasó y del que pasará. Algunos se sentirán amparados; otros, concernidos, y algunos más, criticados, aunque solo si estos son lo suficientemente inteligentes para leer entre líneas o para escuchar en los silencios. Porque la película nunca es sectaria, a machamartillo con su visión del mundo, sino abierta. Como tampoco es reaccionaria ni nostálgica, sino esperanzadora con un presente en calma y en equilibrio, pese a la sabiduría de que seguramente eso sea imposible. Y esa certeza de improbabilidad ya es un modo de ser más sabio que el de los demás.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_