La batalla de la cultura en las elecciones mexicanas
EL PAÍS contrasta las propuestas de las tres coaliciones que pugnan en los comicios del 1 de julio
Copada por asuntos medulares como la violencia, la corrupción o la pobreza, no ha habido mucho hueco en la campaña electoral mexicana para la cultura. Sin embargo, con un peso del 3,8% del PIB y 3,6 millones de empleos, el sector cultural supone una importante palanca económica y social para un país donde conviven más de 60 pueblos originarios, cuenta con 27 Patrimonios culturales de la humanidad y tres de los últimos cinco premios Óscar a mejor director de cine. EL PAÍS contrasta las propuestas de las tres coaliciones –Juntos haremos historia, Por México al frente y Todos por México– centrando el debate en cinco ejes: presupuesto, industrias culturales, descentralización de las políticas públicas, secretaría de Cultura y tejido social.
Presupuesto
El presupuesto federal de la secretaria de Cultura ascendió a cerca e 13.000 millones de pesos (650 millones de dólares), superando a carteras como Economía o Relaciones Exteriores y multiplicando por cuatro la financiación de Turismo. Los tres candidatos se han pronunciado a favor de elevar el presupuesto, sin especificar cuales serán los resortes de la subida. El representante del ramo cultural de Todos por México, Cesar Moheno, técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, opta por multiplicarlo por seis mediante “la apertura a las instituciones privadas”. En el caso de Por México al frente la propuesta es multiplicarlo por tres, hasta alcanzar la cota del 1% del total del presupuesto federal. La candidata a secretaria de Cultura por parte Juntos haremos historia, Alejandra Frausto, aseguró en un reciente debate en la UNAM que “existirá un presupuesto justo y suficiente” y que su equipo está revisando las cuentas antes de dar alguna cifra precisa. Frausto, exdirectora general de Culturas Populares, apuntó además que “solamente con el presupuesto público es imposible: hay maneras de gestionar fondos internacionales y maneras de que la inversión privada crezca”.
Industrias culturales
El programa electoral de Juntos haremos historia, la coalición del puntero en las encuestas López Obrador, contempla en relación a la empresas culturales el compromiso de “poner en acción estrategias de inversión, mecenazgo y estímulos sociales”. Además, de las industrias tradicionales del sector, Frausto ha subrayado la necesidad de una apertura hacia campos como el de los videojuegos, “que dan más dinero que el cine o la música”. El peso del sector cultural clásico es del 3,8% sobre el PIB, mientras que la industria de los videojuegos supone ella sola casi el 3,2%. Desde la coalición liderada por Ricardo Anaya, su enlace cultural, Raúl Padilla, director de la Feria Internacional del libro de Guadalajara, se ha pronunciado a favor de “una reforma fiscal para que en México empiece a existir una verdadera filantropía cultural. Hasta ahora, alguien que dona a la cultura solo se puede deducir el 30% sobre su base gravable, que es lo mismo que aplica a quien invierte en publicidad”. Moheno, el candidato de la coalición del PRI, también apunta a “un régimen fiscal a la medida, tanto de empresas como de autores y artistas”.
Descentralización
Ante la pronunciada concentración de las instituciones y la actividad cultural en Ciudad de México, la propuesta de Juntos por México pasa por “la creación de fondos concursales de asignación directa a las comunidades de todo el país”. De parte de Por México al frente optan por dar “autonomía a todos los centros culturales públicos de la República, tanto en gestión como en programación”. El programa de la candidatura de Anaya recoge también extender las redes de becas del INBA y el FONCA. Morena, por su parte, plantea recuperar el histórico proyecto lanzado en los años 20 por José Vasconcelos, las misiones culturales: “promoveremos el intercambio cultural entre regiones. Acercaremos los bienes culturales a todos los municipios del país, con énfasis en las comunidades más alejadas”
Secretaría de Cultura
En el mismo afán descentralizador, Juntos haremos historia propone trasladar la sede de la secretaria de Cultura al pequeño y céntrico estado de Tlaxcala. Padilla se pronunció recientemente en el debate organizado por al UNAM a favor de “acabar con el enorme burocratismo que existe en el sector, sobre todo en las áreas administrativas. Plantemos poner topes en materia administrativa y corriente, que absorbe el 75% del gasto”. Moheno, por su parte, ha declarado que “todas la instituciones públicas requieren ser repensadas y reordenarlas”.
Tejido social
Con el objetivo de explotar las acciones culturales para la integración y socialización de la población en riesgo de exclusión, el candidato del PRI ha planteado la fundación de un Instituto nacional de las artesanías, “para promover, proteger e investigar esta tradición desde una perspectiva cultural y empresarial, así como fomentar el manejo de materias primas, creando bancos de materias primas con precios accesibles”. Como parte de sus visión integrada y transversal de las políticas culturales, la coalición de Morena plantea un plan conjunto con la Secretaría de Gobernación para prevenir la violencia. En su programa se compromete también a que las becas del FONCA se traduzcan a las lenguas indígenas, así como que los becarios de estos programas “adopten una escuela para sensibilizar a profesores y estudiantes”. Padilla, por su parte, ha señalado que Por México al frente “llevará a cabo una labor de rescate de todos los espacios públicos del país para que no haya ninguno en que no exista un proyecto de intervención cultural como forma de socialización, particularmente para los jóvenes de los lugares más apartados”.
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