“No sé hacia dónde va el teatro, estoy muy desconcertado”
El actor y director Emilio Gutiérrez Caba recala en el Festival de Teatro Clásico de Almagro con dos espectáculos
Pertenece a la memoria genética del teatro y cine españoles desde que su bisabuelo Pascual Alba se hizo actor. Profesión que tuvieron su tía abuela Leocadia y su abuela Irene, quien casó con el actor Manuel Caba. Fueron padres de la conocida actriz Irene Caba Alba y ésta tuvo tres hijos con su compañero y marido, Emilio Gutiérrez. Los tres son referentes fundamentales del teatro y el cine desde la segunda mitad del siglo XX. Irene falleció hace dos décadas. Julia, sin estar retirada, cada vez se deja ver menos. Emilio se ha convertido en uno de los profesionales más prestigiados de la cultura escénica y cinematográfica españolas y su sobrina (y nieta de su hermana Irene), la actriz Irene Escolar, que comenzó su carrera a los diez años con un Lorca, le sigue a la zaga y es una de las jóvenes más reclamadas y activas del oficio. Una estirpe de trabajadores incansables, perfeccionistas y muy valorados por sus compañeros y espectadores.
El varón del clan trabaja a menudo en series, películas, montajes escénicos; habla de cine, y en perfecto catalán que aprendió de mayor, en el programa Tot es comedia de la Cadena Ser; encabeza una candidatura progresista a la presidencia de AISGE (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión); siempre anda enzarzado en cursos, charlas; bucea incansablemente en los clásicos del siglo XVI al XIX y en nuevos dramaturgos. Y ultima un libro sobre su legendaria familia.
Ahora estrena, casi simultáneamente, dos montajes que emanan del teatro barroco en el 41º Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, que se inaugura el próximo 5 de julio. Tanto Fray Luis de León, donde Gutiérrez Caba es actor y director, como La Cueva de Salamanca, (está hasta el día 17 en el Teatro de la Comedia, de Madrid), donde es director y dramaturgo de un texto basado en Juan Ruiz de Alarcón, Antonio Mira de Amescua y Francisco de Rojas Zorrilla, se podrán ver en Almagro los días 6 y 7 de julio.
PREGUNTA. ¿Dónde está el origen de esa hiperactividad?
RESPUESTA. Me gusta mucho estar activo en mi profesión. Pero es un hecho circunstancial y hay temporadas que uno se las pasa en blanco.
P: ¿Y el origen de ese permanente compromiso social e ideológico con el tiempo que le ha tocado vivir?
R. Este es mi momento vital, no voy a tener otro y me apasiona lo que pasa a cada instante. La grandeza y la miseria de lo que somos.Comparar periodos históricos es apasionante.
P. ¿Qué tipo de peso lleva sobre sus espaldas por ser de la estirpe de actores a la que pertenece?
R. En todo caso el único peso que llevo es el de procurar seguir una línea coherente como hicieron ellas y ellos en mi trabajo y esforzarme en ser honesto con el público.
P. Usted es el único de su familia que desde sus inicios profesionales transita por clásicos y teatro barroco, gracias a un profesor republicano con el que hacía teatro en el Instituto San Isidro.
Es apasionante comprobar lo variable del público. Lo imprevisible del público.
R. Sí; se llamaba Antonio Ayora, me enseñó a ver a los clásicos de otra manera, a vivirlos como una herencia que nos pertenece, que debemos cuidar y querer. Él me hizo ver la otra dimensión del teatro o una dimensión más.
P. ¿Y forjar sus preferencias?
R. Me encanta la dificultad de Calderón, la facilidad de Lope, la frescura de Ruíz de Alarcón. Todos tienen algo rescatable, vivo, magistral...
P. ¿Qué ofrecen los clásicos barrocos que no aporten los clásicos contemporáneos o los buenos textos actuales?
R. Supongo que nos hacen comparar el punto de vista sobre las pasiones, la estratificación de la sociedad de su época, lo importante del hecho religioso en aquella sociedad, lo intocable de la figura del rey...
P. ¿La recepción es la misma por parte de los espectadores que desde la mirada de actores y directores?
R.- No lo creo. El espectador es un elemento fundamental en el teatro de cualquier tipo, pero lo que se ofrece desde el escenario puede no conectar con él. Es apasionante comprobar lo variable del público. Lo imprevisible del público.
P. ¿Hacia dónde cree que evoluciona el teatro?
R. Francamente, no tengo la menor idea. Estamos muy desconcertados, por lo menos yo.
P. ¿Hay algo en común entre los dos espectáculos que estrena con pocos días de diferencia?
R. Su cercanía cronológica, pero poco hay entre una pieza dramática y un recital lírico. Ambos son dos hechos teatrales.
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