_
_
_
_
_

“Si mi hija no reacciona al acoso sexual, se hace cómplice”

El cantautor Ricardo Arjona llega a España con su gira 'Circo Soledad' y aprovecha para hablar de la música y de su manera encarar la composición

El cantante Ricardo Arjona, en Madrid a finales de marzo.
El cantante Ricardo Arjona, en Madrid a finales de marzo.GTRESONLINE
Amanda Mars
Más información
Ricardo Arjona recibirá el Billboard latino por su trayectoria musical

Ricardo Arjona (Guatemala, 1964) se sienta en la butaca después de un concierto de casi dos horas en el templo del Madison Square Garden. El cantautor empieza hablando lentamente, con esa calma propia de quien acaba de salir de la tormenta, pero enseguida se va encendiendo, cuando recuerda sus canciones más amadas y discutidas, se le plantea qué pasó con Donald Trump o se le echa el trapo del acoso sexual. “Me voy a meter en un lío”, anuncia. Lleva un centenar de actuaciones a la espalda de la gira Circo Soledad, que llega en mayo a España, con un concierto en Madrid (día 10) y dos en Barcelona (12 y 13).

Pregunta. En este concierto se puede oír de todo, canciones con algún toque country, algún otro de jazz, incluso una ranchera…

Respuesta. Lo fundamental es la historia que quieras transmitir y después vestirla para que vaya cómoda a la fiesta. No se trata de apuntar a lo que está de moda, sino de buscarle un traje adecuado a cada canción. Ese country que escuchó es más inglés, lo grabamos allá, es un estilo mucho menos depurado que a mí me fascinó. El gringo depura mucho, blinda los estudios, no puede haber mosquitos, nadie puede hablar... Y los latinoamericanos con nuestros estudios los copiamos, pero los ingleses volvieron a la cueva. En el lugar donde grabé, se tomaba café dentro del estudio, se comía... Se vuelve menos solemne, más salvaje y, por lo tanto, mucho más de piel. A los cantautores nos pasa. Nuestros primeros discos, que son regularmente con los que la gente más se identifica, son los que fueron como un estornudo y eso le da mucha frescura en las canciones.

P. Hablaba de la frescura, ¿cómo lleva que el público esté permanentemente viendo y grabando los concierto a través sus teléfonos?

R. Un tipo que se enfada con eso debe empezar a conseguirse otro trabajo porque es imposible evitarlo. En los recitales, uno debe aprender a convivir con eso. Es mucho el sacrificio que la gente hace para venir a un espectáculo como para decirle cómo lo tiene que ver. La gente se peleaba contra muchas cosas para venir para acá, con el presupuesto, las filas, el tráfico... Si lo quiere disfrutar a través del celular, qué le vas a hacer. Tengo mucho respeto a quien viene aquí.

P. Antes de cantar Señora de las cuatro décadas se ha medio disculpado, ha dicho que la canción ya no le queda tan bien.

R. Porque hay una parte en la que digo que soy diez años menor… Es una canción inmensamente inocente, producto de mi historia de recién llegado a México DF, desde Guatemala. Yo estaba pasando por serios problemas para pagar la renta. Un amigo que era cantante me llevaba a lugar que se llamaba El Chato, que era frecuentado por señoras de más o menos de esa edad, mucha gringas y muchos gringos. Nosotros teníamos 24 o 25 años. Un día escribí la canción de Señora de las Cuatro Décadas inspirado por la señoras que llegaban ahí. Fue un éxito absoluto, cuando la cantaba las señoras me empezaban a mandar tragos [copas], y cuando se nos empezaban a acabar los tragos, yo volvía a cantar la canción. Nunca pensé que esa canción fuera para un disco, pero la grabamos y se convirtió en una de las canciones más importantes de mi carrera.

P. Pensé que le había quedado vieja porque hoy en día una mujer de 40 años no se quita de años, no tiene por qué sobrarle libras...

R. Sí, está mucho más en la pelea que antes, lo que es celebrable… En la época en la que yo la escribí era un target abandonado. Un experto en marketing me hubiese dado un premio. Yo jamás fui un tipo tan listo como para darme cuenta que había un target ahí, que estaba abandonado, y que había que hacerle una canción. Fue una canción muy natural.

P. ¿Le ha pasado con alguna otra canción más, que le mira ahora y cree que es para llevarle preso?

R. La canción que más cambiaría, siendo una de las más emblemáticas de mi carrera a nivel de texto, sería justamente Señora de las Cuatro Décadas. Hay canciones que hoy no tienen la vigencia conmigo mismo, en las que yo ya no tengo las mismas coincidencias y las escribí yo. Entonces por un tiempo tuve una riña con esas canciones, dije, ya no las puedo cantar porque ya no pienso así. Hasta que me di cuenta que soy yo en esa época y que uno no puede pelearse con el tipo que fuiste. Y yo he sido varios tipos, siempre metido en este cuerpo, creo que les pasa a todos.

P. Usted canta Viva Vietnam, Viva Forest Gump, Viva Wall Street, Viva Donald Trump…

R. Pero hoy dije “Al carajo Trump”. Y esa es una canción escrita en el año 95, donde Donald Trump era como el reflejo del yupi, magnate…

P. ¿Le hubiese imaginado como presidente?

R. No, y en este tiempo jamás lo hubiera involucrado en una canción porque yo creo que mucha de la prensa latinoamericana en EE UU terminó de comprarlo. En algunos programas de la televisión latinoamericana en este país, yo llegué a contar 42 veces el nombre de Donald Trump en un solo programa, y lo que decían mal de él, venía bien con los que estaban con ellos. Muchas de las cosas que mencionaban que eran una barbaridad de él, era justamente lo que la gente quería escuchar, porque estábamos hablando de Trump, estábamos hablando de Washington. A mí Trump sigue sin parecerme Trump un tipo peligroso como tal. Primero porque su vigencia es de un tiempo establecido es por fuerte y por el sistema presidencial de este país. Lo que quiere decir que lo que empieza termina y no va a durar toda la vida. Lo peligroso es que mucha gente piensa como él.

P. ¿Y cómo ve esta ola de denuncias de acosos sexual en el cine, la música, etc y quería saber si ha sido testigo de situaciones así

R. Yo me voy a meter en un lío si te contesto esa pregunta.

P. ¿Por qué?

R. Porque tengo una opinión muy personal, me tocó vivirlo de cerca. Tarde o temprano deberá someterse la justicia a la gente que no declara este tipo de cosas a tiempo. Estoy diciendo una barbaridad, pero una persona que no lo declara a tiempo, con todo el trauma, con toda la psicología que se menciona, se hace un poco cómplice de lo que el tipo sigue haciendo durante el tiempo que no se habló. Si una mujer fue maltratada y lo denuncia 20 años después es muy tarde. Debería existir una obligación de denunciar el maltrato inmediatamente, no 10 años después. Y esto es una cuestión bastante personal porque todo lo demás es una especulación. El que no denuncia, permite.

P. Pero el caso que dio origen al movimiento contra el acoso Me too, el de Harvey Weinstein, muestra cómo se maniobraba, presionaba y hasta amenazaba para que no hubiera denuncias o no llegasen a ningún sitio.

R. Este señor sin lugar a dudas es un tipo asqueroso. Está claro, con un nivel de autoestima triste. Me parece mucho más respetable un intercambio incluso de de dinero antes que de favores. De igual manera, creo que aceptar una situación como esta por un favor no es tolerable, porque se convierte en cómplice. De 30 mujeres que hicieron esto aceptándole favores a este señor, le quitaron la posibilidad a 100 mujeres que venían en el mismo camino. Lo de él es asqueroso, pero debe de generarse una cultura de denuncia pronta.

P. ¿Lo de Harvey Weinstein lo considera acoso sexual o intercambio de favores?

R. Yo tengo una hija que es actriz. A mí me gustaría que mi hija, al primer intento de un tipo proponerle una situación así, tuviera las facultades para pegarle una trompada. En base a mi hija te estoy respondiendo estas preguntas. No me gustaría que mi hija se callara 10 años aunque después ganara el Oscar. Yo lo que quiero con mi hija, que es uno de los seres que mas quiero en este planeta, es establecer un ejemplo de lo que me gustaría que pasara con otra gente. Ahí te resumo mi punto de vista.

P. Si a su hija en una entrevista de trabajo le hacen una propuesta de ese tipo, ¿le están haciendo una oferta o la están acosando sexualmente?

R. Sin duda la están acosando. Pero si ella no reacciona, se hace cómplice de la cosa y no lo tolero.

P. Usted le ha dedicado una canción a la menstruación. ¿Cómo se atrevió?

R. A mí me parece que es una de las canciones más importantes que he escrito y te lo digo desde el punto de vista autor. La concepción de esa canción me hace sentir muy orgulloso como autor, la defiendo a muerte. Me pareció que era un tema del que se debía hablar. Hay muy pocos temas que quedan, ya pasó mucha gente por aquí, y pasó mucha gente buena, y nos dejaron muy poco a los que veníamos después. Y si hay una película en la psique de una mujer interesante, es justamente cuando está pasando por esos días. A mí me pareció fascinante y defiendo la canción a muerte. “De vez en mes te haces artista, dejando un cuadro impresionista debajo del edredón. De vez en mes con tu acuarela, pintas jirones de ciruela que van a dar hasta el colchón...”.

P. “Tú me propones huelga de hambre, yo algo de imaginación…, hay receso obligatorio”.

R. Sí, sí… Tiene mucha imagen, y una parte de humor. Y son fragmentos sacados mucho más de la realidad que de la imaginación.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_