Kenia censura la historia lésbica de ‘Rafiki’, la primera película en Cannes de su historia
La decisión apela a una ley de la época colonial según la cual las relaciones homosexuales se penan hasta con 14 años de cárcel
El Consejo de Clasificación de Películas de Kenia ha tomado la decisión de prohibir el estreno de Rafiki, la primera película de la historia de su cine en recibir una invitación para el festival de Cannes. El motivo: su argumento, que gira en torno a la relación entre dos mujeres. La película competirá a partir del 8 de mayo por la Palma Queer, galardón que se ha entregado, desde 2010, a películas que exploran el universo LGBT como Carol, de Todd Haynes; Laurence Anyways, de Xavier Dolan; o 120 pulsaciones por minuto, de Robin Campillo. Competirá por ella, entre otras películas, con Carmen y Lola, el drama de Arantxa Echevarría. Sin embargo, no llegará a estrenarse en su propio país.
La decisión llega después de que el propio director del Consejo, Ezekiel Mutua, defendiese la película a principios del mes de abril: “Es una historia sobre las realidades de nuestro tiempo y los retos a los que nuestros hijos se tienen que enfrentar, especialmente en relación a su sexualidad”, explicó en la radio HOT 96FM. Apenas un mes después, su portavoz Nelly Muluka ha defendido su prohibición en los siguientes términos: “Nuestra cultura y nuestras leyes reconocen a la familia como la unidad básica de la sociedad. De este modo, el Consejo no puede permitir que los niños de Kenia tengan acceso a contenido lésbico”.
La gente de Kenia verá la película sea censurada o no Lorna Dias, activista LGBT
La cinta está dirigida por la cineasta Wanuri Kahiu (Nairobi, 1981), quien, antes de Rafiki, debutó en el largometraje con From a Whisper. “Estoy muy decepcionada, porque los keniatas ya tienen acceso a películas con contenido LGBT a través de Netflix y festivales internacionales que llegan a Kenia y son permitidos por el propio Consejo”, ha explicado Kahiu a Reuters. “Así que censurar el estreno de una película keniana que trata cuestiones que ya están presentes en su sociedad parece un poco contradictorio”, sentencia.
Lorna Dias, una activista keniata en favor de los derechos del colectio LGBT, ha comunicado a Reuters que “Ezekiel Mutua ha creado, de hecho, una plataforma para conseguir que incluso la gente menos interesada muestre curiosidad”. “Es un atropello, una vergüenza. Y la gente de Kenia verá la película sea censurada o no. Encontrarán la forma de verla”, afirma. En este sentido, desde el Consejo se ha advertido a la población de que “cualquier persona a la que se encuentre en posesión de la película se enfrentará a la ley”, haciendo referencia a una legislación de la época colonial según la cual el sexo homosexual está penado con hasta 14 años de cárcel.
De este modo, Rafiki, que es una adaptación del relato Jambula Tree, de la escritora ugandesa Mónica Arac, se suma a la lista de películas prohibidas por el Consejo dirigido por Ezekiel Mutua. A ella se han ido incorporando, a lo largo de los últimos años, largometrajes como El lobo de Wall Street o 50 sombras de Grey, en ambos casos por exhibir contenido explícito tanto en el apartado sexual como en el de la violencia.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.