Vega: “Las cuotas no contribuyen a la igualdad real para la mujer”
La cantante comienza su gira el 26 de abril en Madrid con su último álbum ‘La Reina Pez’
Con sus tatuajes como si de un mapa de viajes se tratase, las dos últimas adquisiciones representan el momento exacto en el que se encuentra Vega (Córdoba, 1979). Un dibujo en acuarela de un pez le cubre el hombro izquierdo evocando al título de su nuevo álbum, La Reina Pez. En el antebrazo, una línea de tiempo recorre el nombre de su sobrina, las iniciales de su marido y familiares y Noa, como se llama su primera hija, que llegó hace casi dos años y por la que se ha mantenido lejos de los focos. Hasta ahora. Con un aspecto más sereno, desprendiendo una confianza en sí misma más sincera y plena, parece que la maternidad le ha hecho madurar como artista. Cómoda en su nueva versión, la artista se siente más que preparada y más honesta que nunca para comenzar su gira este jueves 26 de abril en Madrid.
Cuando en 2015, la artista se trasladó a Los Ángeles para grabar Non ho l'età, su sexto disco, también tenía la intención de trabajar en La Reina Pez para sacarlos de manera simultánea. Al acabar el álbum de versiones en italiano, se enteró de que estaba embarazada y los planes cambiaron radicalmente. Tuvo que posponer la grabación del segundo hasta 2017, cuando, por primera vez, con la intención de encontrar un nuevo sonido y por la practicidad de que los vuelos solo durasen dos horas para así no separarse de Noa durante mucho tiempo, la cantante escogió un estudio europeo para retomar el proyecto. Se llevó a su gente de confianza, a su banda, a su productor, y encontró en Berlín lo que buscaba: el equilibrio entre la dureza y lo crudo de la ciudad y el cariño y calor de su entorno. De ello nace La Reina Pez, con un sonido muy potente, con mayor protagonismo instrumental y con letras reveladoras que casan con su melancólica voz. "Es un disco lleno de verdades dulcificadas y mentiras recrudecidas para ser feliz", explica Vega.
El título no es casual. "El término reina es femenino. Pez tiene género masculino. Intento que cualquier persona, que se ha encontrado con dificultades para alcanzar su meta, se sienta identificada”. Además, nace de una curiosa anécdota. Poca gente sabe que la cantante es fan de los documentales de animales y más de uno le ha servido ya de inspiración. En esta ocasión, cuando descubrió el ciclo de la vida del salmón, sintió una revelación: "¡Era una metáfora de mí misma!". Según cuenta la exconcursante de Operación Triunfo [participó en la segunda edición del talent show musical], los salmones nacen en la parte alta de un río, bajan hasta el mar, donde viven toda su vida, y para desovar, "para seguir subsistiendo", tienen que nadar río arriba de nuevo, sorteando infinidad de obstáculos. Cuando llegan, ponen los huevos y mueren. "Mi carrera ha sido como la vida de esos peces. Ahora estoy subiendo ese río para sobrevivir como artista. Y la coña es que, ¡soy alérgica al salmón!", confiesa entre risas.
Como si hubiera sido obra del destino, ese retraso a la hora de sacar este séptimo álbum, publicado el 13 de abril, ha hecho que Vega pueda cuidar hasta el más mínimo detalle. "Todo en este disco tiene mucho sentido y coherencia. Lo miro y pienso '¡qué redondo!". No solo es redondo, es ecológico. "Era una de las cosas que tenía pendiente: todos los materiales que he utilizado para el empaquetado y el CD respetan el medioambiente en el proceso de fabricación, además de estar diseñados para ser reciclados". No obstante, reconoce que no se siente abanderada de ninguna causa ecológica.
Pero no todo es la apariencia del álbum. Las canciones recorren las diferentes facetas de Vega. Desde la balada más melancólica, pasando por When Mary comes, un tema a caballo entre folk y country que dedica a su sobrina y a su hermana; para acabar en su faceta más rockera. Las letras están llenas de contenido, casi se trata de un diario cantando en el que la artista hace un repaso por su carrera desde que dejara la comodidad de las grandes discográficas para convertirse en independiente. Habla también del empoderamiento de la mujer y el feminismo, temas que, desde el escándalo Harvey Weinstein, ocupan todas las portadas. "La gente puede llegar a pensar que soy una oportunista, pero la mayoría de estas canciones llevan escritas desde 2014. Lo que demuestra que es algo que lleva ocurriendo toda la vida".
Lejos de quedarse en la superficie del problema, considera que "hay una overreaction" (reacción exagerada, en español) en torno al tema y que "son los propios medios los interesados en que se siga hablando de ello porque venden más". "No creo que este boom mediático sirva para un cambio real a corto plazo. Probablemente repercutirá en las mujeres del mañana". Además, aunque algunas de sus compañeras en el mundo de la cultura estén dispuestas a aceptar las cuotas (leyes que obligan a que haya paridad en los trabajos para conseguir más presencia de mujeres), la artista considera que no es la solución. "Si en España existiesen las cuotas, sentaría un precedente muy peligroso para nosotras. Una cuota no es igualdad. Es una medida cortoplacista y la igualdad no sería algo natural, sino algo impuesto".
Recién estrenada en la maternidad, dice que aún tiene que acostumbrarse a esta nueva faceta y compaginarla con la vida profesional. Lo que sí tiene claro es que sus prioridades han cambiado. "Antes vivía para la música, para los números, las ventas. Estaba llena de miedos y pensaba erróneamente que toda la felicidad provenía del trabajo". Con Noa esperándole en casa, prefiere disfrutar de los 16 años sobre el escenario y no pensar en lo que vendrá. "Cero expectativas, cero frustraciones. Esa es la clave". Y añade: "Yo duermo tranquila todas las noches. Bueno, todo lo tranquila que me deja la niña".
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