Puro flamenco que también es ópera
Fernando Vacas publica ‘A través de la luz’, con colaboraciones de Jorge Pardo, Niño de Elche, Remedios Amaya y Howe Gelb
A Fernando Vacas (Córdoba, 1971) siempre le fascinó la luz de la nevera en plena oscuridad. Conserva nítidamente el recuerdo de un hecho que se producía de forma periódica en su vida cuando era un niño: salía de su habitación por la noche, recorría el pasillo de casa de sus padres a oscuras y, lentamente, entraba en la cocina para abrir la nevera y empaparse de su luz, incluso de su frío. “Me daba muchísimo miedo, pero esa sensación me ponía mucho. Soy un flipado del concepto de la luz y de perseguirlo con la sensación de miedo”, confiesa el músico cordobés. No extraña, por tanto, que la obra, a la que ha dedicado más tiempo en su vida -cinco años-, ha involucrado a más músicos –casi una treintena- y es la más autobiográfica sentimentalmente, se llame A través de la luz.
La luz. Una palabra, o un concepto, que también fue crucial para darle forma a este disco que estuvo a punto de perderse en el camino y que nació de un concierto que nunca se celebró. Hace un lustro Vacas preparó un espectáculo para un festival de Granada, pero el certamen terminó por suspenderse. No pensaba recuperar la idea que había desarrollado sobre el escenario, una ópera flamenca que no supo que lo era hasta que su amiga Soleá Morente le trajo de Francia un disco de Pepe Marchena con “ese estilo del que nadie habla”, pero, entonces, otra vez apareció la luz. Mario, un técnico de su espectáculo, casi muere tras recibir una descarga. Estuvo durante unos minutos en el tránsito hacia la muerte y dice que vio “la luz”. Cuando Mario volvió a ver el concierto de Vacas, dijo que describía perfectamente “la luz” que él había conocido en esa frontera cercana a la muerte. “El espectáculo habla de tomar conciencia de la vida. Pese a lo oscuro, hay un mensaje positivo y el mensaje final es que siempre hay una segunda oportunidad”, explica su creador.
Vacas está sentado en la cafetería del Círculo de Bellas Artes y reconoce que A través de la luz tiene mucho de él. No solo porque estuvo implicado en el proyecto durante tanto tiempo, pensando en tirar la toalla “tres o cuatro veces” y llegando a trabajar hasta el 31 de diciembre por la noche como “un loco”, sino porque su padre sale reflejado, dentro de ese concepto de luz abriéndose paso en la oscuridad. “Mi padre era un hombre distante, duro, exigente, que se comunicaba muy poco, como muchos de su generación”, cuenta. “Era como una estatua y ahora que se está muriendo empieza a darse cuenta de la importancia del contacto humano, de ser de otra manera. Sus últimos días podrían asociarse a la última parte del disco”. El álbum, que también se llevó a cabo porque Jota de Los Planetas no se cansaba de decirle a Vacas que tenía que grabarse más allá del concierto, arranca con una atmósfera lúgubre, pero va introduciendo poco a poco sensaciones positivas. Todo bajo un hilo conductor de intensidad que no cede. “La ópera y el flamenco son trágicos”, explica. “Pero también hay silencios importantes. Sin el silencio no hay creación. Como decía Paco de Lucía, un buen silencio es más importante que todo el sonido del mundo”, asegura el músico, que antes experimentó con sus sobrinas en bandas pop como Pri La Lá y venía de producir los trabajos de Remedios Amaya y el estadounidense Howe Gelb, cabeza pensante de los influyentes Giant Sand.
Tanto Amaya como Gelb forman parte del amplio elenco de colaboradores de A través de la luz. Es lo que llama “el firmamento de estrellas”, que han colaborado por “amor a la música”. A los anteriores se suman Vallellano y The Royal Gypsy Orchestra, dirigiendo la instrumentación, y más de 20 nombres en momentos puntuales como Jorge Pardo, Soleá Morente, Niño de Elche, María de Medeiros, Javier Latorre y Steve Shelley y Lee Renaldo de Sonic Youth. Vacas, gran admirador de Enrique Morente, Ricardo Pachón y Gualberto García de Smash -los tres auténticos rupturistas sin prejuicios estilísticos-, consigue aunar dos universos como el flamenco y el indie rock. “Quiero lo distinto”, comenta el músico cordobés, consciente de que esta ópera flamenca no encaja como producto comercial en el panorama español. “Hay que ser uno mismo. Yo quería hacerlo así y no me importa. En España se castiga la originalidad. No se premia”. Tampoco le preocupan los puristas flamencos, aunque señala que algunos ya le han felicitado por el espectáculo. De hecho, su mayor recompensa ha sido el reconocimiento del experto Bernabé Roldán, amigo íntimo de Morente y Paco de Lucía e ideologo del proyecto Veneno. “Vino a mi casa, escuchó el disco sin abrir la boca desde la primera canción hasta la última y, cuando acabó, dijo: 'Enhorabuena, Fernando, esto es flamenco. Es puro y trágico'”, dice Vacas, quien, con un rayo de luz en la mirada, sentencia: “El arte es sobrevivir”.
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