La SGAE despide a su director general por “discrepancias contables”

Los temblores en la SGAE nunca cesan. A veces se calman, pero pueden volver a sacudir a la entidad en cualquier momento, como ayer: la junta directiva de la principal entidad de gestión del derecho de autor en España cesó, por 19 votos contra 18 en una reunión extraordinaria, a su director general, Luis Felipe Palacios, que llevaba cinco años en el organismo, y uno en el puesto actual -antes fue director económico y financiero-.

La entidad achacó la decisión, en un comunicado, a “serias discrepancias en cuanto a algunos criterios contables de los que los máximos órganos de gobierno no han sido suficientemente informados por parte del director general”. El mismo órgano de la entidad tendrá que buscar un sustituto de Palacios.

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Dos socios críticos con el gobierno de la SGAE ofrecen sin embargo otra interpretación. Ambos consideran que la destitución responde al deseo del presidente, José Miguel Fernández Sastrón, de eliminar de la cúpula a los directivos no afines a su línea. De hecho, sostienen que el despido de Palacios se intentó sin éxito el pasado verano y estuvo encima de la mesa en una reunión de la junta de la semana pasada. Sin embargo, la presencia en aquel encuentro de un auditor, que defendió la labor contable del director general, evitó que su cese se debatiera.

En aquella ocasión, Palacios y el director financiero de la entidad, Gerardo Rodríguez, protagonizaron un desencuentro sobre la gestión de 10 millones de euros pertenecientes al pendiente de identificar (aquel dinero que la SGAE recauda pero no consigue atribuir y por tanto repartir a ningún autor), episodio al que alude el comunicado de la junta. Al día siguiente, Palacios destituyó a Rodríguez. Pero ahora le ha tocado el turno a él mismo. Y los dos socios críticos apuntan a que el propio Rodríguez, afín a Sastrón, es la opción más probable para ocupar el puesto de director general.

La reunión de la junta de ayer se celebró en un clima tenso: a Palacios se le impidió acceder a la sala, y a varios miembros de la junta se le negó el turno de palabra, según las mismas dos fuentes. También se escucharon alusiones a la relación del propio presidente con la trama de la rueda, un presunto fraude con el que socios de la entidad y responsables de cadenas televisivas ingresaban millones gracias a los derechos de la música en los programas de madrugada, que él siempre desmintió.

Mientras, está previsto que entre hoy y mañana la CISAC, la organización internacional que reúne a las entidades de gestión, decida si suspender o apartar temporalmente de sus órganos de gobierno a la SGAE, como pidió hace semanas la confederación internacional de los editores musicales. Los temblores continúan. Hasta la próxima sacudida.