El Macba aterriza entre las dunas de Abu Dabi
El museo de arte contemporáneo barcelonés expone 74 obras, desde Tàpies a Cristina Iglesias, en su primera salida a Oriente Próximo
El holandés Constant creó en 1957 con piezas transparentes de metacrilato, aluminio y hierro, un prototipo de torre de babel para la sociedad utópica del futuro. En 2017 la emiratí Layla Juma levantó una estructura piramidal a partir de listones de madera que recuerda también la torre bíblica de la soberbia y el orgullo humanos. Construction aux plans transparents de Constant y Settlement de Juma son la imagen de la exposición From Barcelona to Abu Dhabi que plantea, a través de un centenar de piezas, 74 de la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) y 30 creadas en los últimos años por artistas de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un diálogo entre el arte occidental y el creado en esta parte del mundo.
En la isla de Manarat Al Saadiyat de Abu Dabi, conocida como la Isla de los Museos (en la que se prevé construir un Guggenheim por Frank Gehry y un Museo Nacional por Norman Foster) y apenas a un centenar de metros del impresionante edificio de Jean Nouvel para el Louvre convertido ya en icono de la arquitectura, el Macba ha instalado hasta el 17 de marzo una selección de las cerca de 6.000 obras que ha reunido en los 30 años de vida de la Fundación Macba, la entidad presidida por Ainhoa Grandes que ha impulsado esta primera presencia del museo en este pequeño y nuevo país.
Es el caso de la columna metálica de la venezolana Gego, los rinocerontes y enanos y sus dobles proyectados de John Baldessari, los misteriosos personajes orientales que no se miran de Juan Muñoz, el vídeo de un bailarín que no se mueve de un cuadrado de Bruce Nauman o la obra de Lawrence Weiner que, como ocurre en el Macba, recibe al visitante de esta muestra que ocupa 1.500 metros cuadrados. Ordenadas según tres ámbitos: Individuo, Sociedad y Forma, pueden verse también otras piezas como las cinco estructuras de madera pintada de Torres-García (de las primeras de la colección, como delatan los bajos números del registro), dos pinturas de Antoni Tàpies, dos móviles de Calder, media docena de fotografías de Xavier Miserachs (entre ellas la famosa de la carretilla cargada de cajas del Born de 1964), otras tantas de Brassaï y de Jordi Benito, una bandera de Joseph Beuys, tres sofás estampados con mapas de Guillermo Kuitca, además de piezas firmadas por Esther Ferrer, Joan Brossa, Joan Fontcuberta, Eulalia Valldosera, Rodney Graham, Anthony McCall, Perejaume, Pablo Palazuelo, Jorge Oteiza, Chillida o Cristina Iglesias, entre otras muchas. Unas obras conceptuales que conversan con las obras de unos 20 creadores contemporáneos de los EAU como Hassan Sharif, considerado uno de los pioneros del arte del país, pero también Farah Al Qasimi, Mohammed Kazem y Ebtisam Abdul Aziz.
Que las reacciones ante el arte son parecidas aquí y allá lo demuestra 100 Jahre de Hans-Peter Feldmann formada por 101 fotografías tomadas a personas de uno a cien años y que evidencian el paso del tiempo (potenciado por un jarrón de flores situado en el centro de la sala que no se cambia durante toda la muestra), donde cada cual se siente impelido a buscar al personaje de su edad y comparar su envejecimiento. Pasó también en Abu Dabi durante la inauguración de la muestra en la que participaron los más altos representantes de la cultura del emirato. No faltó el jeque Nahyan Mabarak Al Nahyan, Ministro de la Tolerancia y Hoda Alkhamis-Kanoo, fundadora de la Abu Dabi Music & Arts Foundation (ADMAF) que ha querido que la exposición inicie el programa de artes visuales del Abu Dabi Festival, además de Antonio Álvarez Barthe, embajador español en los EAU.
“Es una oportunidad para el Macba estar en una ciudad que apuesta por los museos y por el arte”, explicó Ferran Barenblit comisario de la muestra junto con Nasser Abdullah, presidente de la Emirates Fine Arts Society. El también director del Macba aseguró que la exposición “promueve y potencia el diálogo Sur-Sur que define el Macba y su colección en un momento en el que para entender Europa hay que estar en la periferia: mejor en Gibraltar que en Estocolmo”.
De todas formas, las obras de unos y otros no se han colocado juntas, sino que las del Macba envuelven a las emiratís y se pueden ver de forma diferenciada. “Se ha evitado la comparación explicita y, por qué no, se reivindica el potencial de la colección del Macba y las grandes piezas reunidas en 30 años", prosigue Barenblit que defiende que su museo tiene una buena imagen exterior como lo prueba la exposición que ahora comienza a andar o el hecho de que cada año se presten una media de 900 obras para exponerse en todo el mundo; una colección que a partir de octubre se expondrán de forma permanente y se convertirán en el eje vertebrador del centro. “Será una especie de paseo por la historia reciente del arte”, remacha Barenblit.
Ni Ayuntamiento ni Generalitat
La presencia institucional en la inauguración de la exposición, tanto del jeque Al Nahyan, ministro y sobrino del emir que invitó al día siguiente a los barceloneses que viajaron hasta Abu Dabi a comer con él (algo poco frecuente), como del embajador español Álvarez, que también abrió su residencia privada a los barceloneses y se sumó a la visita por las galerías de arte de Sharjah, contrastó con la nula presencia de representantes del Ayuntamiento y la Generalitat, mostrando el vacío que se viven en uno y otro lado de la plaza de Sant Jaume. "Las dos administraciones han estado informadas y han participado desde el comienzo del proyecto, hace casi cuatro años”, explica Ainhoa Grandes, presidenta de la Fundación Macba desde octubre de 2015, cuando sucedió en el cargo a su marido Leopoldo Rodés. Grandes ve la exposición como “una forma de promocionar Barcelona como líder en coleccionismo de arte contemporáneo", por eso se felicitó de que "el modelo público-privado del Macba haya funcionado. La Fundación se ha mojado y ha conseguido sacarla adelante".
Uno de los objetivos en los que trabaja Grandes es conseguir el “agora Macba”, el proyecto de que el museo acabe abrazando la Plaça dels Àngels. “Será una realidad en cinco o seis años. Si Leopoldo [Rodés] consiguió la primera parte que es iniciar el museo a mí me toca rematarlo y conseguir la ampliación del museo convirtiéndolo en uno de los centros más importantes de Europa. No hay ninguna ciudad que tenga una plaza como esta, llena de equipamientos culturales. Será un centro cultural muy potente”, remacha.
Babelia
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