Los Ángeles según Hollywood
TCM estrena un documental sobre cómo han reflejado las películas la meca del cine
“Los Ángeles es probablemente la ciudad más fotografiada del mundo pero es la menos fotogénica”. Esa es la tajante opinión del guionista y crítico de cine Thom Andersen, autor del documental Los Angeles plays itself, un filme en el que se analiza cómo se ha mostrado esta urbe en la gran pantalla y que TCM estrena el sábado 27 de febrero.
Para Andersen la metrópoli californiana no luce en el cine como Nueva York, donde todo aparece nítido y enfocado, como visto a través de un gran angular. “A Nueva York le sienta bien la cámara”, sentencia el cineasta. “Cualquier parte de la ciudad enseguida se reconoce como un lugar de Nueva York. Los Ángeles es más difícil de plasmar, quizá porque los espacios públicos siempre han estado ocupados por vehículos en movimiento que suplantaron a los peatones”.
Es más, según el director de Los Angeles plays itself, la enorme influencia que ha ejercido Hollywood ha eclipsado a la propia ciudad hasta el punto de que, en muchas ocasiones, solo se la nombra por sus iniciales, es decir, L. A. “Los Ángeles, en realidad, es un montón de pueblos que fueron creciendo a la vez y que se fueron uniendo, primero por vías y luego por carreteras y autopistas”, explica Andersen. “Esos pueblos se convirtieron en barrios y sus límites desaparecieron, pero quedaron como provincias separadas, unidas por un odio y un desdén mutuo al centro de la ciudad”.
Los Angeles plays itself es también una crónica del nacimiento de la industria del cine en la costa californiana. “Los primeros estudios no estaban en Hollywood sino en otro barrio con un nombre más idílico: Edendale”, indica el cineasta en el documental. “Mack Sennet, uno de los grandes cómicos del cine mudo, tenía un estudio allí. Luego la industria se mudó hacia Culver City, una pequeña localidad en el oeste de Los Ángeles”.
¿Nos han trasladado entonces las películas una imagen distorsionada de Los Ángeles? Thom Andersen no tiene ninguna duda. Uno de los mayores atractivos arquitectónicos que tiene la ciudad son las mansiones que se encuentran en las colinas de Hollywood y que fueron diseñadas por arquitectos de tanto prestigio como E. Stewart Williams, John Lautner o Richard Neutra. Pues bien, en muchos films, estas casas son propiedad de traficantes de droga, jefes del hampa o personajes corruptos. Mostrarlas de esta manera en títulos como L. A. Confidential, Doble cuerpo o Arma letal desvirtúan la idea original que tenían estos artistas cunado las construyeron, que no era otra que edificar unas viviendas en plena armonía con el entorno natural.
Pero Los Ángeles, con sus interminables autopistas de circunvalación, está, gracias al cine y las series de televisión, en el imaginario colectivo y los espectadores han visto tantas veces lugares como Beverly Hills, Venice Beach, Sunset Boulevard, Mullholland Drive, Santa Mónica o el Valle de San Fernando que podrían identificarlos fácilmente sin haber puesto jamás el pie en esa megalópolis en la que viven 15 millones de personas.
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