Cien años de Pedro Infante
La fama del actor y cantante de rancheras resurge con ímpetu en su México natal, donde durante los años cuarenta y cincuenta vivió una extraordinaria popularidad
A los cien años del nacimiento de Pedro Infante su fama resurge con ímpetu y de forma especial, como es lógico en su México natal, donde este actor se convirtió durante los años cuarenta y cincuenta en una figura de extraordinaria popularidad. Si no fue el mejor cantante de rancheras, que es algo opinable, sí fue, desde luego, el más querido. Y si no fue el mejor actor de drama y comedia, no hubo muchos que lo superaran. Fue el ídolo de los pobres, como se le llamaba, sus personajes eran habitualmente tan humildes como él lo había sido en la vida real. Nosotros los pobres (1948) se tituló precisamente una de sus primeras películas, un melodrama que hizo historia, hasta el punto de ser aún hoy la película más vista de todo el cine mexicano. Es una pequeña joya que su director, Ismael Rodríguez, dedicó “a esos habitantes de arrabal en constante lucha contra su destino, a todas esas gentes sencillas y buenas, cuyo único pecado es el de haber nacido pobres…”. El éxito permanente de Nosotros los pobres cubre a distintos tipos de públicos y de generaciones, quizás por su feliz combinación de drama neorrealista con el humor, involuntario este último en muchas ocasiones. Por ejemplo, en el desenlace de la película cuando la niña huérfana se muestra muy feliz en el cementerio porque “porque fin tengo una tumba ante la que llorar.”
Le siguió una segunda parte, Ustedes los ricos, y aún una tercera, Pepe el toro (1953), todas protagonizadas por un Pedro Infante triunfador. Rodó ininterrumpidamente unas 60 películas en poco menos de dos décadas, hasta su muerte en accidente aéreo en 1957 a la edad de 39 años. Su entierro fue multitudinario y dio material para un largo documental, Así era Pedro Infante, que pude verse en YouTube, al igual que otro filme, La vida de Pedro Infante, que reconstruye con algunos fragmentos de sus propias películas una versión de su vida según la sesgada visión del libro publicado por su primera esposa. No es ninguna pieza fundamental (también puede verse en YouTube) pero los primerizos y los fans pueden saciar su curiosidad
Cuando murió acababa de ganar el Oso de Plata en el festival de Berlín por su interpretación en Tizoc, de Ismael Rodríguez, película que también ganó en aquel 1957 el Globo de Oro a la mejor de habla no inglesa, junto a otros galardones mexicanos. En Tizoc Pedro Infante es un indio ingenuo enamorado de la bellísima María Félix, que aquel mismo año había trabajado en la película española Faustina. Infante nunca vino a España aunque sí actuó junto a actrices españolas: con Sara Montiel en iAhí viene Martín Corona! (1951) y Necesito dinero (1951), y con Carmen Sevilla en Gitana tenías que ser (1954). Fueron tiempos en que las coproducciones eran moneda corriente y las figuras populares de México, Argentina y España actuaban indistintamente en esos países de forma natural y disfrutando de similar popularidad.
Mucho de ello se ha ido perdiendo, y hoy en día el nombre del mismo Pedro Infante está lejos de la fama que en su momento tuvo en España. Para superar ese vacío existen los premios Platino, que se entregan anualmente y también los premios Fénix, que se celebran precisamente en México, esta vez el 6 de diciembre próximo. Quizás dediquen un recuerdo al centenario de Pedro Infante.
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