Mujeres que no pedían permiso
Peter Bagge, admirado autor 'underground', lleva al cómic historias de estadounidenses de vidas épicas como Margaret Sanger o Zora Neale Hurston
El hombre que publicó historietas políticas y sociales sobre Estados Unidos durante ocho años en una revista libertaria llamada Reason, recopiladas en un libro de título impagable Todo el mundo es estúpido menos yo (La Cúpula), es incapaz de decir nada sobre Trump. Peter Bagge (Peekskill, Nueva York, 1957) se ha quedado sin palabras. “Mucha gente está trabajando en un cómic sobre Donald Trump. Para mí es demasiado confuso. Ni siquiera entiendo lo que está pasando. Para ser honesto, no sabría qué hacer. La realidad es más delirante que la ficción”, confiaba hace unas semanas en la librería Generación X, en Madrid, donde pronto se apiñaron decenas de lectores. Cada uno buscaba su Peter Bagge. Hay varios.
El autor de culto para el underground que fichó Robert Crumb. El historietista libertario que defiende en sus "reportajes de investigación sobre la actualidad" el uso de las armas o la liberalización de la marihuana. El creador del disfuncional Buddy Bradley de Odio, cargado de experiencias propias y ajenas. El dibujante al que Harvey Peaker invitó a colaborar (“He pensado que podrías participar en una de mis historias aunque creo que tendrías que cambiar tu estilo”). El autor de un Spiderman alternativo, que tituló El megalómano y al que pintó derrotado sobre una mesa, rodeado de restos de pizza, con calzoncillos de lunares, vivo retrato del derrumbe del sueño americano. Un desastre para la historia de Marvel y un superventas para la historia de Bagge.
En los últimos años sus intereses han cambiado. Ha descubierto mujeres estadounidenses arrebatadoras, libres y creativas, como la pionera de la planificación familiar Margaret Sanger o la escritora y antropóloga negra Zora Neale Hurston. Mujeres que dieron que hablar y de las que apenas se habla. Podrían ser ejemplos de la herstory que impulsan las activistas de la igualdad de género. Pero Bagge no lo hace por activismo feminista. Lo hace porque sucumbió a las vidas y personalidades trepidantes de sus protagonistas, a una manera de estar libertaria que comparte. “Son mujeres valientes”, defiende, “que no esperaban a que les dieran permiso para hacer las cosas que querían”.
Margaret Sanger inspiró La mujer rebelde, publicado en español en 2014, y Zora Neale Hurston Fire!!, editada este año. Ambas pertenecen al catálogo de La Cúpula, al igual que el resto de la obra de Bagge (Odio, Bat Boy o Apocalipsis friki, entre otros álbumes). “Conforme me hago mayor, me interesa más la historia. Es más fácil entender lo que está pasando en la actualidad, porque la historia suele repetirse”, afirma en el sótano abovedado de una librería de cómic ya añeja —tres lustros de negocio— por donde han pasado Chester Brown o Tom Gauld.
Bagge se sorprendió al investigar sobre mujeres del XIX, antes del movimiento feminista de los sesenta, por su espíritu libre. “Casi ninguna tenía hijos y me pregunté por los métodos anticonceptivos que usarían”. Así dio con Margaret Sanger, educadora, enfermera y fundadora de la Liga Americana para el Control de la Natalidad en 1921. Tardó tres años en concluir el cómic, donde conviven rigor académico y humor bagge. Otro tanto ocurrió con Fire!!, donde las anotaciones ocupan 30 páginas, nada que envidiar a algunos ensayos de historia.
Intuye que se repetirá con su próximo proyecto. Nuevas dosis de heroísmo femenino: Rose Wilder Lane, hija de Laura Ingalls, la autora de The little house —llevada al cine como La casa de la pradera—. Además de periodista, escritora y editora, Rose Wilder Lane está considerada una de las madres fundadoras del movimiento libertario de EE UU, junto a Ayn Rand e Isabel Paterson. Pero, a día de hoy, Bagge cree que cerrará etapa creativa sobre biografías con la trilogía.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.