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Columna
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Día del Pilar

En octubre de 1997, hace ya veinte años, murió Pilar Miró de un fulminante ataque al corazón

En octubre de 1997, hace ya veinte años, murió Pilar Miró de un fulminante ataque al corazón. ¡Veinte años! Acababa de dirigir la retransmisión de la boda de Cristina, la hija del rey hoy emérito con el deportista Urdangarín, y de haber superado un linchamiento público tras el proceso por supuesta malversación de fondos públicos que le montaron enemigos suyos del PSOE, su propio partido. Todo un disparate que parece de otra época, y, sin embargo, no ha cambiado todo tanto. Falta ella, eso sí, y sería interesante conocer su opinión sobre cuanto nos está sucediendo ahora, aunque no fuera siempre mujer de criterio fino sino con frecuencia temperamental y atropellada. Pero nunca banal. Ayer, día del Pilar y de estrenos de cine, es lógico que viniese a la memoria. De cine y de televisión puesto que Netflix difundió su primera producción española, Fe de etarras.

Pero justamente ello fomenta más el recuerdo de Pilar Miró puesto que como directora general de Radio Televisión Española fomentó la producción propia contratando a los nombres más sobresalientes del cine español y logrando una televisión pública de una calidad que bien querríamos ahora. Polémicas incluidas, como la que ha generado el lanzamiento publicitario de Fe de etarras por sus coñas sobre el terrorismo. Alguien habría recordado la obra Burundanga, de Jordi Galcerán, que lleva interrumpidamente varias temporadas de éxito en los teatros de España, sin que sus coñas sobre ETA hayan molestado a nadie. Como las de iVaya semanita!, que han hecho historia. En fin, ahora parce que impera cierta nueva cursilería.

Buena parte de la historia de Pilar Miró es en cierta medida la de este país durante las postrimerías del franquismo y la llamada transición. Por ejemplo, el proceso militar que sufrió por haber rodado El crimen de Cuenca, en el que se le pedían seis años de prisión militar, fue un punto de inflexión en la conquista pública de la libertades ciudadanas que no se cerró hasta el famoso 23-F. Ha llovido mucho y muy intensamente desde entonces, pero no tanto como para haber arrastrado todo cuanto aún colea.

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