Más “artes vivas” en la nueva temporada del centro Matadero

En el recibidor de la nave 10 del centro cultural Matadero se exponen grandes retratos fotográficos de los artistas del cartel de la temporada pasada, realizados por los artistas Ximena Garrigues y Sergio Moya. Es una muestra de la forma de trabajar del Centro Internacional de Artes Vivas, dirigido por Mateo Feijóo. “Había que hacer un registro de la programación y quisimos que esa documentación fuera también una obra de arte”, dice el director.

Una forma de trabajar que llena estas salas de proyectos de vanguardia en los que se mezclan las artes escénicas (con especial interés en la performance y la danza) con otras disciplinas como exposiciones, instalaciones o conciertos. Con su llegada, la temporada pasada, Feijóo trajo consigo la polémica: diferentes personalidades del mundo teatral (entre ellos Mario Gas, que puso en marcha estas naves en 2007) se levantaron contra lo que consideraban un destierro del teatro de texto de estas salas. Molestó especialmente el cambio de nombre de las salas dedicadas a Max Aub y Arrabal, que finalmente fue revocado.

“Confieso que ha sido un año muy duro, creo que se mezclaron muchas cosas que no tenían que ver conmigo y me pillaron en medio, como un saco de boxeo”, dice Feijóo. “Si sigo aquí es por las satisfacciones que me ha dado la parte artística”, añade. Entre los problemas, el responsable señala “la Administración española, que sigue en los años setenta, y no ha sido pensada para los proyectos artísticos”; la falta de autonomía de los centros y la externalización (“Un gran problema en todos los ámbitos”). 32.495 personas pasaron por las Naves Matadero de marzo a julio de 2017.

Ayer, arropado por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (ahora responsable de Cultura del Ayuntamiento), Feijóo presentó la nueva programación, que sigue la línea de la temporada anterior, con fuertes componentes de investigación y participación ciudadana. “La programación se basa en el hecho y en la sensación de estar presente, en construir desde la idea de hogar, en cómo el espacio nos afecta a la hora de construir nuestras identidades”, explicó el director. Muchos nombres resultarán desconocidos para el gran público. “Todos los artistas han sido desconocidos en algún momento, es responsabilidad de los espacios públicos, por encima de otros, fijarse en ellos”, opina Feijóo.

Entre el medio centenar de propuestas figuran apuestas internacionales como los checos Hermanos Forman (hijos del cineasta Milos Forman), el portugués João Samões, la belga Miet Warlop, los japoneses Circo de Sastre o el proyecto Teatr Zar formado en el polaco Instituto Grotowski. Entre las propuestas nacionales se cuentan Matarile Teatro, Nerval, Societat Doctor Alonso o Vicente Colomar. Tienen peso en la programación las residencias artísticas, los talleres y las instalaciones. Y la vinculación con la sociedad: “Generar vínculos con diferentes colectivos sociales es una de las prioridades del proyecto, buscar que el espectador ciudadano se sienta partícipe y protagonista”, dice el director.

“El arte no es una sumisión sino una conquista”, reza la frase de André Malraux que encabeza el programa. Una frase que la alcaldesa quiso comentar: “Entiendo esa conquista como una conquista de los afectos”, dijo. “Es bonito poder quitarle la connotación bélica a esa palabra. Sumisión es aceptación, es silencio, conquista es intentar integrar a los demás. Es creación”.