Sanción de 700.000 euros a los organizadores del caótico concierto de Springsteen en Santiago en 2009
El Tribunal Supremo confirma la sanción para la empresa detrás de organizar un evento al que no pudieron entrar 1.000 personas con entrada
Gritos, empujones, colas interminables, gente aplastada contra vallas, enfrentamientos con la policía... Más de 1.000 personas se quedaron sin poder entrar al concierto de Bruce Springsteen en Santiago de Compostela en 2009 y al menos otros 5.000 tuvieron que seguirlo con problemas de visibilidad desde la ladera del monte de Gozo o subidos a muros próximos. Conclusión: un desastre. Así lo ha confirmado la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo al multar con 700.000 euros a la empresa Big Tours S.L. por los fallos detectados en la organización de la actuación, celebrada el 2 de agosto en la ciudad gallega.
La sentencia desestima el recurso de casación interpuesto por la empresa contra el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que redujo de 2.400.000 euros a 700.000 euros la sanción impuesta por el Consejero de Economía e Industria de la Xunta de Galicia a dicha sociedad por no prestar el servicio contratado en las condiciones pactadas.
De acuerdo con la sentencia recurrida, la Sala Tercera afirma que ha quedado acreditada la responsabilidad de la empresa organizadora del concierto, como se comprueba en la declaración de hechos probados, por el retraso indebido en la apertura de las puertas, que se abrieron 45 minutos más tarde de la hora prevista, y por la inadecuada actuación del personal responsable de la sociedad sancionada.
Según el relato de los afectados, daba igual haber guardado cola desde la mañana, el público empezó a entrar con 45 minutos de retraso, hubo enfrentamientos, tuvo que intervenir la policía y el caos mantuvo a numerosos asistentes fuera.
La empresa vendió 37.539 entradas a 65 euros cada una para el concierto que Springsteen ofreció en el auditorio del monte do Gozo de Santiago de Compostela. Iba a empezar a las 22.00 horas y la apertura de puertas estaba fijada a las 20.00 horas. Debido a la excesiva aglomeración de colas de asistentes en los preaccesos, el jefe del dispositivo de seguridad recomendó a las 19.30 horas a la organización la conveniencia de adelantar la apertura de puertas para calmar los ánimos de la gente y eliminar los posibles riesgos. Desde la organización respondieron que no era posible debido a que los equipos de montaje estaban revisando las estructuras. Finalmente, a las 20.30 horas se abrió un preacceso, el de la rúa do Gozo, para dejar pasar a un grupo de fans, unas 1.000 personas, algo que no agradó a los que seguían esperando en la calle. A las 20.45 horas se abrieron todos los preaccesos y puertas, según la sentencia.
En torno a las 22.00 horas, unas 5.000 personas con entradas, que ya habían pasado por los preaccesos, no pudieron entrar en el recinto que estaba lleno y decidieron seguir el concierto desde el monte. A esa misma hora, salió Bruce Springsteeen al escenario, momento en el que se produjo una avalancha de personas por la zona de acceso VIP-B, que desbordó el servicio de la Policía Nacional y de seguridad privada, generando una situación de riesgo al estar sobrecargadas de peso las plataformas del lago. Tras la celebración del concierto, 800 personas reclamaron ante el Instituto Galego de Consumo y algunos de los que se quedaron en la calle denunciaron los hechos a la Policía.
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