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Crítica | Plan de fuga
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El ‘thriller’ de envoltorio

Aquí nunca hay crítica social y mucho menos un análisis concienzudo. Los atracos, los desfalcos son simple fachada para enmarcar una película de género

Alain Hernández (izquierda) y Luis Tosar, en 'Plan de fuga'.
Javier Ocaña

PLAN DE FUGA

Dirección: Iñaki Dorronsoro.

Intérpretes: Alain Hernández, Javier Gutiérrez, Luis Tosar, Alba Galocha.

Género: thriller. España, 2016.

Duración: 105 minutos.

La ola de thrillers ambientados en la España contemporánea podrían dividirse en dos grandes grupos. En el primero estarían los que apuntan detalles sobre la realidad social del país, crisis, corrupción, pero cuyos objetivos son puramente comerciales, y se asientan más en la trama en sí que en los subtextos que se apuntan, y ahí Cien años de perdón, buen éxito además, podría funcionar como arquetipo. Y en el segundo, los que, como Tarde para la ira y Que dios nos perdone, están envueltos en una trama de intriga criminal, pero acaban valiendo mucho más por lo que muestran por detrás que por lo que dicen por delante. Plan de fuga, segunda película de Iñaki Dorronsoro, tras la muy digna La distancia (2006), pertenece al primer grupo, pero anda muy por debajo de las expectativas creadas por su buena factura técnica y de producción, y por su reparto.

Aquí nunca hay crítica social y mucho menos un análisis concienzudo. Los atracos, los desfalcos, el dinero de lavado negro, los prostíbulos de lujo y todos los seres humanos que habitan en tales territorios son simple fachada para enmarcar una película de género, con apuntes de cine negro, que debajo de su envoltorio esconde un guion cerca del espanto. Farragoso, con comportamientos y acciones sin justificación, con diálogos tan pomposos y sentenciosos en la primera mitad que incluso varios intérpretes tienen problemas para resultar creíbles. No hay unión, solo flecos sueltos, como secuencias aisladas de varios capítulos de una serie de televisión de policías que se hubieran intentado enmarcar en un único producto. No se trata sólo de estudiar a Michael Mann y ver cientos de veces Heat. También hay que saber asimilarlo.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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