El Gobierno prohíbe la salida de España de ‘Retrato de niña’, atribuible a Velázquez
La obra será subastada el próximo martes, aunque el veto desanimará al coleccionismo extranjero. El Estado podría hacerse con ella
Es un “bien inexportable por ser una obra atribuible a Velázquez”. Así reza la orden del Ministerio de Cultura firmada por el secretario de Estado Fernando Benzo, según ha sabido EL PAÍS. De esa forma se impide que salga de España el Retrato de niña o Inmaculada jovenque se subasta el próximo martes en la madrileña sala Abalarte. Se trata de una primera medida cautelar a falta de estudios más exhaustivos que definan si ese óleo salió de los pinceles del pintor sevillano.
La obra, presentada con cierto halo de misterio el pasado 3 de abril, ya que solo se anunciaba que se mostraría una pintura de uno de los artistas más importantes de la historia, lleva expuesta en la sala desde el día 11. “Por aquí ha pasado todo el mundo”, decía Mónica Martín, experta en pintura antigua de Abalarte, el pasado martes junto a la obra de la que no se separa en todo el día un empleado. “Más que por el peligro de robo, para que no sufra ningún daño”. Con “todo el mundo” se refería a distintos especialistas en la obra de Velázquez. Mencionó a Leticia Ruiz y Javier Portús, jefes de los departamentos de Pintura Española del Renacimiento y de Pintura Española hasta 1700 del Museo del Prado, respectivamente; aunque esta institución no ha hecho pública ninguna opinión sobre la autoría de la obra, ya que no se pronuncia en asuntos que, como este, tienen que ver con el mercado del arte.
Por ahora, la atribución del lienzo a Velázquez se debe al experto en pintura antigua Richard de Willermin, al que no le cabe ninguna duda de que es una obra de época temprana del artista, cuando todavía no había viajado a la Corte, en Madrid. De Willermin la fecha en torno a 1617, contemporánea a la Inmaculada de la Fundación Focus Abengoa que está en Sevilla. El catedrático de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Calvo Serraller, el mismo día que se dio a conocer la obra daba valor a la opinión de De Willermin, “parece una veta fértil”, comentaba.
Rostros, tonos y pliegues que recuerdan al pintor sevillano
El centro de Madrid está lleno de carteles que anuncian la exposición Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánico, la muestra dedicada a esta institución neoyorquina en el Museo del Prado. Uno de esos carteles está protagonizado por una niña pintada por Velázquez entre 1638 y 1644, época lejana a la del retrato que se subasta el próximo martes, pero del que podría tener cierta influencia.
El brillo de los ojos de los personajes que retrata el maestro sevillano fue una de las características que hicieron decantarse a Richard de Willermin, especialista en pintura antigua, por atribuirle la obra a Velázquez.
Todo el retrato en sí: los pliegues, la mirada al espectador retrotraen a otros lienzos del pintor sevillano. Comparte carita infantil con la Infanta Margarita vestida de rosa que se puede ver en el Kunsthistorisches Museum de Viena o con la de la niña María en La educación de la Virgen, atribuido a Velázquez por algunos expertos, aunque hay otros que lo dudan.
Las manos en oración, las mangas de tono rosáceo también tienen similitudes con la Inmaculada de la Fundación Focus Abengoa y con la de la National Gallery de Londres.
El hispanista estadounidense William B. Jordan, historiador del arte y experto en la obra del maestro sevillano, quien donó el pasado diciembre a la American Friends of the Prado Museum un retrato también inédito de Felipe III, prefiere no pronunciarse sobre un cuadro que no ha visto, pero no descarta la aparición de un velázquez del que no se hayan tenido noticias. “Solo puedo decir que, a juzgar por la foto, me parece una pintura muy bella, que merece un estudio en profundidad. La figura misma, desde luego, parece en buen estado, y es preciosa en su calidad y sensibilidad. El estilo del cuadro es muy similar al del joven Velázquez, alrededor de 1617. No me parece imposible que pueda ser un fragmento de una composición mayor desconocida”. Jordan, incluso, comenta la radiografía, en la que se aprecian unos puntos blancos que rodean la cabeza de la pequeña a manera de corona: “En el fondo de la pintura —a la derecha de la cabeza— algún restaurador del pasado intentó disimular un daño bastante grande utilizando trozos de lo que parecen otras partes de la misma tela”. Esto solo se aprecia en la radiografía, a simple vista se conserva en buen estado, aunque se desconoce la historia de la misma, ya que solo lleva en posesión de la familia del actual dueño desde hace poco más de un siglo.
A Gonzalo Mora, director de Abalarte, la orden de inexportabilidad no le cogió por sorpresa. Tendría un mes para impugnarla, pero no lo va a hacer. Esta condición a él, como comerciante, le quita opciones de venta, porque los coleccionistas extranjeros que podrían pujar por ella mueven más dinero que los españoles. Pero considera válidos los argumentos que la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico —el organismo ministerial que decide sobre estos asuntos— ha dado para impedir que el retrato salga del país: la importancia que tendría el óleo para cerrar la época sevillana de Velázquez.
El próximo martes a las siete de la tarde comenzará la subasta. El precio de salida del posible velázquez es de ocho millones de euros, en el aire queda hasta donde llegará la puja y si el Estado ejercerá el derecho de tanteo y se quedará con la obra al precio final.
Babelia
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