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El cómic de presidiarias contra el heteropatriarcado

'Bitch Planet', de Kelly Sue DeConnick y Valentine De Landro, es una aventura de ciencia-ficción alocada con un mensaje feminista

Eneko Ruiz Jiménez

Bienvenidas al planeta de las zorras, una prisión de máxima seguridad en un mundo extraterrestre donde encierran a las mujeres no conformes. Pese al nombre, es el cómic feminista de los últimos años, aunque quizás eso sea lo de menos. Bitch Planet es también un canto a un género olvidado, un festival de pura ciencia-ficción pulp caótica, apasionante y divertida. Su creadora Kelly Sue DeConnick, con 46 años, es una de las autoras clave del cómic estadounidense. Sus tebeos tienen mensaje, sí, aunque también muchos otros propósitos: "La historia nació de mi pasión por el exploitation y las películas de cárceles femeninas de los sesenta y setenta ¿Había una manera de capturar todo lo que amo de ellas, todo lo que se atrevían a hacer, y librarlas de lo que me parecía problemático?¿Era posible quitar la explotación del exploitation?". En las viñetas aparece una "típica escena de la ducha", pero siempre hay un giro.

Las protagonistas de Bitch Planet, que publica Astiberri en España, son un grupo de mujeres rechazadas por esta sociedad patriarcal del futuro. Aquí, en un mundo no tan diferente del nuestro, los hombres han impuesto su ley y las mujeres son encarceladas y exiliadas por ser obesas, quejarse de sus maridos o acostarse con otros hombres. "Si eres una mujer que no cumple los requisitos —opinas demasiado, eres demasiado callada, demasiado religiosa, demasiado atea, demasiado negra— eres no conforme", explicaba DeConnick. "Queremos aprovechar las referencias que tenemos del género de ficción, a las que estamos acostumbrados, y darles una vuelta para que nos preguntemos cómo nos sentimos ahora".

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Hay violencia, desnudez, mucho sentido del humor y hasta un reality futurista que enfrenta a las encarceladas en una lucha de gladiadores heredera de El Juego de Ender. Los clichés de la ciencia-ficción están ahí. Es una mezcla entre Black Mirror y Orange is the new Black. Existen grandes corporaciones (dirigidas por hombres) que manipulan los cánones de la sociedad y hologramas de mujer despampanante. Porque en su ser, pese a su mensaje rompedor, es un cómic ágil, rápido y con cliffhangers de infarto que dejan al lector queriendo pasar la página, leer un número más. Todos sus elementos pop y el estilo retro de Valentine De Landro se utilizan para hacer pasar el mensaje al lector, y, de paso, pasárselo bien con una opereta pulp con grandes dosis de acción. Como ocurre con los relatos orientales en Bella Muerte (dibujado por la española Emma Ríos), DeConnick deconstruye el género y todos sus códigos, pero también lo respetan profundamente. Y eso se nota en cada viñeta.

Pero tiene mensaje. Claro que lo tiene. Hay críticas a la encarcelación masiva y un llamamiento a la diversidad a través de sus personajes. Algunas veces directamente lo enmarcan, lo escriben con letras relucientes para que todos entiendan el problema de nuestro mundo: "Número de mujeres norteamericanas asesinadas por sus parejas entre 2002 y 2012: 15.462. Número total de muertes de americanos el 11 de septiembre y con la guerra de Iraq y Afganistán combinadas a fecha de octubre de 2014: 9.838". El llamativo dato lo da la revista ¡Eh, chicas, patriarcado!, publicación falsa a lo fanzine que cierra cada número de Bitch Planet

Tras años dedicada a escribir diálogos para mangas en inglés, DeConnick se lanzó al mercado estadounidense queriéndoselo pasárselo bien, pero pronto vio que su trabajo, por el simple hecho de estar escrito por una mujer, sería estudiado con lupa e influiría a lectores de ambos sexos. Pronto se dio cuenta de que, aunque estuviera cansada de hablar de políticas de género, era algo casi obligatorio: "Cuando relancé Capitana Marvel no buscaba hacer un panfleto feminista. Solo escribía historias sobre una mujer que lanza rayos por sus manos, pero hice que mi protagonista tuviera relaciones de amistad con mujeres de todas las edades, un reparto mayoritariamente femenino y bromas. Dado que todos creían que tenía un plan feminista, tiré por ahí", explicaba a Vanity Fair sobre el personaje al que pasó de ser Miss a Capitana. Hasta le diseñó un cambio de traje: "Era una mujer con un pasado militar. Que volara enseñando medio culo, era ridículo". Su Carol Danvers pronto se convirtió en un éxito de culto y las seguidoras comenzaron a imitarla en numerosas convenciones y en las redes sociales. Se convirtió en la inspiración que tanto necesitaba el cómic de superhéroes. En 2019 saltará ahora a la gran pantalla con el rostro de Brie Larson. "Es interesante que tengamos antes un mapache parlante que una superheroína en el cine".

Bitch Planet es un cómic protagonizado por mujeres, escrito por una mujer y con un grito feminista. Como las mejores historias de ciencia-ficción reflexiona sobre nuestro mundo y quiere hacer pensar al lector el reflejo, ver en sus analogías sociales los problemas del patriarcado. Pero sobre todo es un cómic que engancha, apasionante y divertido. En realidad, ese es el feminismo por el que aboga Kelly Sue Deconnick. Que llegue el día cuando no le pregunten en sus entrevistas qué significa ser mujer escritora de cómic. "A mí marido [Matt Fraction, guionista de Puño de Hierro, Ojo de Halcón] nunca le cuestionan si escribe así por ser hombre". Que en un mundo todavía tan machista como el del cómic, mujeres como ella puedan ser la norma, y no la excepción. Que a los lectores no les importe si es un cómic "de mujeres" o "de hombres", cual Happy Meal. Viajen al planeta de las zorras. Pura diversión.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

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