“En el público infantil no hay postureo”
Petit Pop mezcla en su música humor e ironía para embaucar a los niños. La banda actúa en Madrid el 26 de marzo en Los Matinales de EL PAÍS
El que no le da la vuelta a la tortilla es porque no quiere. En muchas situaciones en las que algunos padres de llevan las manos a la cabeza, Petit Pop ve inspiración para una canción. "Cuando en un viaje Gijón - Gerona, el niño pregunta cuánto falta para llegar a los cinco minutos de haber salido, ahí hay un tema, por ejemplo", comenta divertida Mar Álvarez, integrante de esta banda. Petit Pop es un rompecabezas nacido en 2010 y compuesto de muchos de esos grupos de la Xixón Sound, la ola creativa asturiana de los 90 de la que nacieron formaciones como Australian Blonde, Pauline en la playa, Nosoträsh, Undershakers, Penélope Trip o Edwin Moses.
"Como no hemos dejado nuestras anteriores bandas nunca hemos sentido una ruptura pasar de hacer música de mayores a la de niños", explica Álvarez al otro lado del teléfono, "es cierto que cambian horarios y aprendes a administrar fuerzas poder integrarlo todo y hacer lo que te gusta de forma natural". La banda se formó casi por casualidad y ya van por su quinto disco. "Como ya estábamos en el mundo de la música, nos llamaron para ver si podíamos hacer algo para críos. Juntamos un par de canciones, alguna que otra versión y hasta hoy".
El 26 de marzo actúan en Madrid dentro del ciclo los matinales de EL PAÍS (entradas aquí). "El público infantil es otra franja horaria y nosotros también somos otros que cuando empezamos. Los críos te proporcionan otro feedback, son muy sinceros. Su no les gusta, se dan media vuelta. No hay postureo en el público infantil", se ríe tras reconocer que a ellos no les suele pasar.
Música para niños no es sinónimo de ñoñerío. Las letras de Petit pop juegan con la ironía para analizar situaciones de la vida cotidiana con humor. Sus canciones hablan del perro que se ha comido las chuches, de los abuelos o del odio por los lunes. Álvarez apunta a que sus temas muestran el modo que tienen ellos de ver la crianza: "Tampoco es que nuestras canciones tengan un planteamiento didáctico, pero si sirven para transmitir una serie de valores y a los niños les hacen gracia, pues mejor".
Acostumbrados a escucharles en un disco, sus pequeños fans se sorprenden cuando descubren que los que fabrican esa música son personas de verdad. La que sí está más que acostumbrada a los instrumentos y las canciones es la prole de la banda. Este año el grupo abrió una escuela de música en Asturias y una de sus alumnas les anunció que ya estaba preparada para sustituirles cuando se murieran. "¡Le pedimos que no nos matara todavía!", se carcajea la Álvarez.
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