La reventa de entradas en Internet incendia la música en directo
Promotores, artistas, asociaciones de consumidores y partidos políticos se movilizan para regular el limbo legal de las plataformas de intercambio de localidades
La batalla por acabar con la reventa descontrolada de entradas online en España ha comenzado. Promotores de espectáculos, artistas, asociaciones de consumidores y partidos políticos se han movilizado en los últimos días en una misma dirección: poner fin a la especulación y a la impunidad con la que operan las plataformas digitales de intercambio de boletos.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la última gira de Joaquín Sabina. La plataforma de reventa Viagogo, que se anuncia en su web como “el mayor mercado de intercambio de entradas del mundo”, vendió localidades para un concierto inexistente. Y encima, a un precio hasta seis veces más caro de lo habitual. Esto ocurrió el pasado 10 de febrero, con una supuesta actuación de Sabina en el Coliseum de A Coruña, que no estaba oficialmente anunciada, ni se había estipulado aún el precio de los billetes, que, en platea, Viagogo vendía a 560 euros cuando, tal y como concretaron sus promotores más tarde, no superarían los 90 euros.
“Es una diferencia salvaje. Es demencial y un auténtico fraude”, señaló a EL PAÍS Tito Ramoneda, director de TheProject, una de las agencias promotoras de la gira del músico. ¿Cómo es posible vender entradas de un concierto no anunciado? Tan sencillo como que la plataforma de reventa juega con una previsión y, si falla en el cálculo, se disculpa y devuelve el dinero. “Es una estafa de libro”, aseguró Carlos Espinosa, director de Riff Producciones, que también participa en el tour del autor de canciones como Y nos dieron las diez.
Querella
A partir de este hecho, las agencias TheProject, Get In, Riff y la oficina de gestión del artista, Berry Producciones, presentaron el pasado martes una querella para que se prohibiera esa reventa en Internet. Una medida respaldada políticamente por Ciudadanos, que registró en la Cámara Baja una proposición no de ley por la que insta a regular y limitar esta práctica “desbocada”. “Se trata de un abuso económico y un reconocimiento ilícito”, explica Félix Álvarez, portavoz de la comisión de Cultura del partido Ciudadanos. “En el universo tecnológico actual hay un limbo legal”, apunta. Esta formación quiere actualizar la ley sobre reventa, que no se ha modificado desde 1982 y solo combate la que se practica en la calle. Francia, sin embargo, ya ha regulado la reventa digital, mientras que Reino Unido e Italia ultiman una ley.
En España, Internet es, por lo tanto, el salvaje oeste. Estos portales pagan por posicionarse en Google para aparecer como primera opción en la búsqueda de entradas, antes incluso que las propias páginas web de los artistas. Simulan que son puntos de venta oficiales y ofertan los tickets con unos precios hinchados y “sin escrúpulos”, en palabras de Tito Ramoneda. Incluso juegan con la ansiedad de compra de los fans: se puede ver, en supuesto tiempo real, cuantas personas están conectadas en la misma compra que uno y el número de entradas que aún quedan. Casualmente, siempre son muchos más los usuarios conectados que los billetes disponibles. “Todo esto genera confusión e intoxican el mercado”, se queja Espinosa.
Mientras, desde los portales de reventa recuerdan que no están haciendo nada ilegal. “Somos solo intermediarios. Conseguimos que gente que al final no puede ir a un concierto por enfermedad u otra causa pueda colocar su entrada y otra persona pueda asistir”, asegura Ander Michelena, portavoz de StubHub, una de las plataformas denunciadas.
Sin embargo, el gran problema radica en las compras masivas que, según los promotores, hacen en los denominados events hot (eventos calientes). Así, en los grandes espectáculos, como los recientes conciertos de Lady Gaga, Aerosmith, Bruno Mars o Red Hot Chili Peppers, utilizan la última tecnología para dinamitar la compra virtual. Los portales llegan a acuerdos con las llamadas empresas pro-sellers, aquellas que utilizan robots de compra muy potentes, que en el mundillo se denominan bots. Un sistema muchísimo más rápido contra el que el usuario no puede hacer absolutamente nada. En cuestión de unos pocos minutos vuelan las entradas y se colocan en los puntos de reventa. Nathan Hubbard, que fue consejero delegado de Ticketmaster, una de las mayores empresas de venta de entradas, confirmó hace tiempo que esta práctica es habitual. Al seguidor de un artista, desesperado en una cola virtual que nunca avanza, solo le queda pagar mucho más dinero por la entrada en estas reventas.
“Estafa masiva”
La promotora Doctor Music ya presentó una querella contra las plataformas de reventa el pasado mayo por “estafa masiva” por el concierto de Bruce Springsteen. “No queremos que los conciertos sean solo para ricos”, afirma Neo Sala, presidente de Doctor Music. Este caso también fue muy llamativo. Tal y como denunció Facua (Consumidores en acción), Ticketmaster desvió las entradas al portal de reventa Seatwave. Ambas empresas forman parte de la gran estructura de Live Nation, la mayor promotora de conciertos del mundo. “Se ofrecieron de inmediato los mismos pases para el mismo concierto por precios que llegaban a doblar el original”, cuenta Rubén Sánchez, portavoz de Facua. “Es una especie de truco para tontos. Se autovenden las entradas”, arguye. El responsable de Live Nation en Italia, Roberto De Luca, reconoció el pasado noviembre que su empresa efectivamente desviaba entradas al mercado secundario, a cambio de quedarse con el 90% del recargo que se pedía de ellos. Lo hicieron, entre otros, con la actuación de Coldplay.
En su círculo privado, Sabina ha mostrado su indignación con la reventa. Otros artistas internacionales como Ed Sheeran o el propio Bruce Springsteen también se han desmarcado de estas prácticas. Cada vez son más los músicos que piden al público que acudan a sus páginas web a adquirir los billetes. Sin embargo, mientras tanto, la venta de entradas online solo está regulada por la ley de la selva.
Boletos nominativos, una posible solución
Algunos casos de reventa digital han sido muy sonados. El alto precio de las entradas reventó el concierto de Rihanna, el pasado mayo, en el estadio de Wembley, en Londres. Estaban todas las entradas vendidas, pero había muchos asientos vacíos.
Ante las fuertes críticas y con miedo a que sucediese algo parecido, Ticketmaster anunció que las localidades para el concierto de U2 en Barcelona, el 18 de julio, serían nominales. Doctor Music aplaude la decisión. “Es evidente que una medida así es de gran ayuda, ya que la gente es reacia a comprar una entrada que lleve impreso el nombre de otra persona. Vamos a esperar a ver cómo funciona en el concierto de U2. Pero, desde luego, si todo sale bien, seguro que lo haremos en otros conciertos”, dice Sala. Facua también apuesta por las entradas nominativas, bajo protocolos en los que haya acuerdos entre los promotores y las asociaciones de protección del consumidor. También exige multas millonarias para las plataformas de reventa.
Babelia
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