Iván Ferreiro: “La vida es divertida gracias a los malos”
El exlíder de Los Piratas charla con los suscriptores de EL PAÍS sobre su nuevo disco, ‘Casa’
Iván Ferreiro (Nigrán, Pontevedra, 1970) se toma a broma el apelativo de indie que le ha acompañado durante su carrera. Quiere trascender esa categoría, juntarse con toda clase de artistas, y lo está consiguiendo ahora que —dice— parece que ya no piensan que es "un raro". Ya le dejan, bromea, "hacer canciones hasta para Raphael o Sergio Dalma". "El otro día" envió otro tema a Pastora Soler, y le "encantaría" que le llamaran David Bisbal o Bustamante, aseguró ayer, jueves, el gallego en un nuevo Encuentro de EL PAÍS+ con los suscriptores de este periódico, en Madrid, dirigido y presentado por Laura Piñero, periodista de la Cadena SER.
Metido en esa faceta de compositor para terceros, Ferreiro tiene un ídolo: “Si fuera inglés o francés, Perales sería Dios en la tierra”, afirma sobre un artista que ha compuesto canciones "impresionantes" como Si te vas, que cantó Jeanette. También le “azuzan” para que escriba un libro, pero por le momento no se siente capaz de sentarse a hacerlo.
A Ferreiro, según contó él mismo, le cuesta concentrarse. Notaba desde pequeño que no disfrutaba lo que hacía en su vida por pensar en lo que venía después. Que al aburrirse se creía deprimido. Que no disfrutaba los días buenos. Hasta que un día en la consulta de la psicóloga, a la que acudió con su hijo, encontró la razón de sopetón: “Creo que el niño tiene TDA (Trastorno de Déficit de Atención), y tú también”, le espetó la especialista. “El día que me lo dijeron lloré de felicidad, por saber que no era imbécil”, bromea. El cantante, que el pasado octubre sacó su último disco, Casa, reconoce que de haberlo sabido en su adolescencia —en lugar de escuchar la típica frase que decían de los hiperactivos: “Es muy listo pero es muy vago”— le hubiera ahorrado infelicidades (e infidelidades). “Tengo la suerte de que con el TDA en mi trabajo me ha ido bien, si no hubiera sido así, a lo mejor habría sido el dealer [camello] de mi pueblo".
El exlíder de Los Piratas comenzó tarde a tomar a su voz en serio. Hasta su tercer disco con la formación gallega, pensaba en buscar cantante que le sustituyera. “Mi voz me parecía horrible”, confesó. Ya va por su sexto trabajo en solitario, que explora los sinsabores de una ruptura, pero deja un poso de esperanza: se puede ser feliz en el desamor. Ferreiro narra con humor las desventuras de su 2014, un annus horribilis del que se nutrió Casa. “Me había separado y estaba emocionalmente destrozado. Decidí comprar una bicicleta para ocupar mi tiempo. Me empeñe en ir a por ella un día que llovía. El suelo estaba resbaladizo, así que me caí y me rompí la clavícula”. En urgencias lloró cuando le dijeron que le esperaban tres meses en el sofá, y el colofón llegó con su salida del hospital: “Salí en silla de ruedas y una mujer me dijo: ¿Necesita un taxi la señora? Nico [Nicolás Pastoriza, amigo músico] y Suso [Suso Saiz, su productor] se empezaron a descojonar”.
Pero Ferreiro salió del hoyo, aceptó el cuidado de sus amigos en su casa, a la que también atrajo con frecuencia a mujeres. "Entré en el mercado con 45 años, y me fue bastante guay". Ahora, que dice estar más tranquilo —“ya no estoy en Tinder”—, ha hecho del escenario y la furgoneta su hogar. En diciembre, triunfó en el WiZink Center (Madrid), en una serie de conciertos con Coque Malla, Quique González y Leiva, a los que considera, junto con otros compañeros como Love of Lesbian o Dani Martin, “un grupo de amigos que es un gozada”. El 6 de abril volverá a la capital, a la sala La Riviera.
El micrófono es el lugar desde el que Ferreiro hace el mal, asegura, porque tiene algo de “asesino que se ha desviado hacia el buen sitio”. Reivindica a los malos de la ciencia-ficción que le gusta tanto —"no me iría de copas con Luke, sino con Darth Vader"—, y a los del mundo real. “La vida es divertida gracias a los malos. Deberíamos dar palmas por Donald Trump. Nos lo va a hacer pasar genial", dijo con ironía. Al final se sienta al piano y su voz rasgada cruza el escenario. Se despide con Farsante, de su último álbum porque, dice, que le representa.
Iván Ferreiro convertido en personaje del escritor César Pérez Gellida
El escritor de novela negra, César Pérez Gellida, que está a punto de publicar nuevo libro, ha imaginado cómo sería Iván Ferreiro en uno de sus libros. César e Iván trabajaron juntos en la banda sonora de "Versos, canciones y trocitos de carne" -el primer gran éxito del autor- y recientemente en una nueva canción que se estrena el 9 de marzo con motivo de la salida al mercado de "A grandes males" (Suma de Letras), la tercera entrega de su trilogía Refranes, canciones y rastros de sangre. El tema también está compuesto por el guitarrista de Love of Lesbian, Julián Saldarriaga.
Durante el encuentro con los lectores de El País, hemos podido escuchar en voz del propio escritor, la descripción del personaje "Iván Ferreiro", a Juli Saldarriaga de Love of Lesbian planteándole una pregunta al compositor como si fuera uno más del público o al cantante Raphael agradeciendo al músico la letra de "Carrusel" incluida en su último disco "Infinitos Bailes", entre otros audios sorpresa.
Babelia
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