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Entrevista | Bryan Cranston

“Walter White vive dentro de mí”

El actor encarna a un agente de aduanas inmerso en una operación contra el narcotráfico y contra el cartel de Medellín

Bryan Cranston, en octubre en Nueva York.Vídeo: AP
Gregorio Belinchón

Bryan Cranston (Hollywood, 1956) se levantó ayer en Estados Unidos y le tocó hacer, desayuno en mano, la promoción para España de Infiltrado, que se estrena hoy. Antes no hacía muchas entrevistas telefónicas, y por antes entiéndase el año 2008, cuando empezó la emisión de la serie Breaking Bad. Hasta ese momento Cranston no era mucho más que un buen secundario que había brillado en la serie Malcom. Desde que dio vida a Walter White, profesor de instituto devenido en grande de las drogas, Cranston recibe mejores proyectos, con más presupuestos y con más papel.

En septiembre de 2013 White desapareció de antena... pero sigue vivo. El pasado fin de semana apareció en le programa televisivo de humor Saturday Night Live como nuevo director de la DEA, la agencia antidroga, nombrado por Trump

Pregunta. Le vi en Saturday Night Live y sospecho que ahí había un mensaje directo contra Trump. Y que además en su interior aún vive Walter White.

"Si no hallas el humor en situaciones extremas, la vida es solo una tragedia"

Respuesta. De todos los personajes queda algo dentro de mí. Walter White vive ahí, y estaré encantado de resucitarlo de forma paródica en cualquier momento para SNL o algo parecido.

P. ¿Y el mensaje contra Trump?

R. Aún no hemos despertado del shock de su elección. Más allá de lo que pienses de Trump, hay que saber disfrutar del humor político. Si no hallas el humor en situaciones extremas, la vida es solo una tragedia. En fin, quiero ver cómo va a ser su transición de hombre de negocios a presidente.

En Infiltrado Cranston interpreta a Robert Mazur, un agente auténtico de las aduanas estadounidenses que acabó infiltrado —como hábil blanqueador de dinero— en las redes estadounidenses del cartel de Medellín, llegando incluso a cruzar sus pasos con Pablo Escobar. El actor asegura que el trabajo de Mazur se asemeja mucho al suyo: el agente inventó una vida paralela y un personaje ficticio tras el que esconderse. “Como actor debo ponerme en el lugar del personaje. ¿La diferencia? Cuando yo cometo errores, repetimos la toma y listo. Si Mazur hubiera fallado, le habría costado la vida”.

P. ¿Y usted no se lleva los personajes a casa?

R. Nunca, al menos eso intento. Los rodajes son para mí muy intensos, y al final de cada jornada, tras maquillaje, peluquería y vestuario, yo dejo ahí mi papel. Al día siguiente, vuelta a la carga... a dar lo mejor.

P. Mazur y White se parecen en que son personajes dentro de personajes, como matrioskas.

R. Exacto. Son muñecas rusas que se esconden en otras personalidades. Para mí fue fácil, al contrario que a Mazur.

P. ¿Cómo escoge sus proyectos?

"Quiero ver cómo va a ser su transición de hombre de negocios a presidente"

R. En este caso conocía al director, Brad Furman, porque ya habíamos trabajado en El inocente. Pero en general me mueve la historia, el reto que esconda el personaje. Que al final de la jornada se quede en mi mente o en mi corazón. También valoro otras cosas: los compañeros, si mi familia podrá viajar conmigo... Sumo puntos y decido. ¿Podemos hablar de los tres actores españoles de Infiltrado? Fueron un sorpresón para mí. Simón Andreu...

P. Es un actor de culto para los españoles.

R. Maravilloso. Y Rubén Ochandiochandia... aggg.

P. Ochandiano.

R. Nunca soy capaz de pronunciar su apellido. Y Elena Anaya, preciosa. Quiero repetir con ellos.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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