Aaron Eckhart: “A los actores se nos puede exigir más”
El actor californiano cuenta su experiencia en el rodaje de 'Sully', de Clint Eastwood
Los platós a veces sirven de escuela. Así le sucedió a Aaron Eckhart (California, 1968) durante el rodaje de Sully, la cinta de Clint Eastwood que se ha estrenado este fin de semana en México. Por más de 20 años, Eckhart ha construido una carrera en Hollywood equilibrando apariciones en grandes producciones y en sólidas cintas independientes. Su rol de soporte en el proyecto de Eastwood, sin embargo, ha sido una oportunidad única para estar cerca de sus ídolos de la pantalla y también de héroes de carne y hueso.
“Clint no te llena la cabeza de ideas ni te da grandes sermones. No es dogmático. Para ser una estrella y un director es muy humilde y casi tímido”, contó Eckhart a EL PAÍS sobre la forma de trabajo de Harry El Sucio. El actor aseguró que una de las cosas que más le sorprendió del director ganador del Oscar por Million Dollar Baby es su estilo basado en el instinto. “Trata de no pensar. Dice que si piensa no actúa. Yo, en cambio, pienso demasiado las cosas, por eso es un gran ejemplo para mí”.
Eckhart trabajó junto a Tom Hanks, otro de los pilares del cine americano actual. Este fue el encargado de interpretar para la pantalla al capitán Chesley Sullenberger, el piloto que se hizo internacionalmente reconocido el 15 de enero de 2009 cuando logró salvar la vida de 155 personas al amerizar el Airbus A-320 de US Airways en el río Hudson de Nueva York. Eckhart interpreta a Jeff Skiles, el copiloto que ayudó a Sully a culminar su hazaña sobre las aguas.
“Sully es un hombre impresionante. Es muy alto y se para de forma muy erguida. Habla de una forma muy mesurada. Lo que hicieron Sully y Skiles es simplemente milagroso. Es muy difícil estar con ellos y no preguntarles cómo lo hicieron o no decirles: ‘¡Eres un héroe!’”, recordó Eckhart sobre su encuentro con los pilotos, que ayudaron a que la película reflejara fielmente los hechos de aquella mañana de invierno.
Es difícil no dar una lectura política a una cinta de Eastwood, un conservador que alguna vez reprendió a un imaginario Barack Obama durante la convención del partido republicano en 2012. Sully se estrenó en Estados Unidos dos meses antes de que Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos. La hazaña del Hudson parece llamar a la unidad en un momento donde el país se encuentra fracturado. “Es un tiempo turbulento para el país. Estamos encontrando razones para dividirnos cuando tendríamos que estar uniéndonos”, dijo Eckhart, entrevistado durante el Festival de Morelia. “Creo que la película representa lo que los americanos pensamos de nosotros mismos cuando estamos en nuestro mejor momento”.
La aventura de la dirección
No es la primera vez que Eckhart trabaja junto a un gran director. Su primer protagónico llegó en 1997, cuando fue dirigido por Neil Labute en In the company of men. Su interpretación de un misógino desalmado le pasó factura en la vida real. El actor ha contado que después de ese papel ninguna mujer quiso salir con él por varios meses. Diez años después estrenó The Dark Night, de Christopher Nolan, donde fue Harvey Dent, Dos caras.
Después de dos décadas frente a la cámara, la inquietud que tarde o temprano asalta a los actores gana terreno en la cabeza de Eckhart. El actor californiano asegura que está preparado para dirigir su primer proyecto. En su intención revela una crítica a la dirección de actores que existe en Hollywood. “Siento que se nos puede exigir más”, reveló. “Si ves el deporte, el fútbol europeo, por ejemplo, los entrenadores parecen que están al borde de un infarto. ¿Por qué los directores no lucen así?”, aseguró.
Eckhart critica el star system de Hollywood, donde las estrellas de las cintas llevan el timón de las producciones y suelen imponerse a los directores y, en ocasiones, a los productores. “Creo que como actores debemos de llegar a sitios donde ni siquiera nosotros sabíamos que podíamos llegar. Queremos darle al público la verdad. Como director quiero trabajar con actores que esperen eso de mí”, dijo antes de asegurar que para él el cine es como un parto. “Es doloroso y sangriento esperas un bello bebé”.
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