“Deberíamos sentirnos orgullosos del cine que se hace en Iberoamérica”

Todo empezó alrededor de una mesa en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Algunos apasionados del cine empezaron a pensar que los filmes iberoamericanos tenían muy poca promoción. “Son cosas maravillosas e increíbles que resuenan de forma impresionante en otros festivales y premiaciones de gran renombre en el extranjero”, comenta Ricardo Giraldo, uno de los fundadores de Cinema 23. Y ahí nacieron los Premios Fénix que galardonan a lo mejor del cine en Latinoamérica, España y Portugal.

Cinema 23, una asociación formada por más de 700 profesionales del cine, son los responsables del galardón. El grupo está formado por los 22 países de Iberoamérica y el uno más es gente que vive en otros países con interés en la región. Antes de los Fénix, ya habían hecho labor de difusión a través de cuadernos que contienen guiones, conversaciones, ensayos y memorias además de talleres y encuentros entre realizadores de cine y estudiantes. “Hemos involucrado a directores de festivales, críticos, promotores, académicos, programadores, productores, actores, actrices, exhibidores y distribuidores”, añade Giraldo.

En 2014 se entregaron por primera vez los Premios Fénix y desde entonces, el proceso para elegir a los ganadores ha sido dividido en tres: preselección, nominación y votación, aunque se han ido añadiendo aspectos cada año. En la primera etapa participan directores de festivales, programadores para filtrar las películas de su país; en la segunda, todos los miembros de todos los países ven las películas preseleccionadas y las dividen en cada una de las trece categorías del premio. Al final, son los profesionales de cada área votan en el área de su especialidad.

En 2015 se siguió el mismo patrón pero se añadieron dos aspectos: el grupo 23, (22 países y el grupo de otras regiones) que “con una mirada más distanciada y objetiva contribuyeron con la selección de estas película”, explica Giraldo. Y se implementó un Consejo Técnico, un grupo de profesionales de cada área para definir si las nominaciones eran las adecuadas o sugerían algún cambio. Para esta tercera entrega, el proceso se ha vuelto más grande. Alrededor de 550 profesionales de todas las áreas se han encargado de la selección, nominación y votación. “Es un proceso que nos lleva desde mayo hasta finales de noviembre”, añade.

Este año, además, también se ha añadido una serie de actividades, encuentros, talleres y exhibición de las películas nominadas: la Semana Fénix. Giraldo explica que se vieron en la necesidad de empezar a exhibir porque se dieron cuenta de que su labor de promoción a través de los premios no era suficiente. “Creemos que contribuimos a que el público se interese en acercarse al cine que se hace en la región. Deberíamos sentirnos orgullosos de lo que se hace en Iberoamérica”.

El futuro de los Fénix

Aunque solo empezaron en 2014, los Fénix piensan ya en cómo lograr una mayor consolidación para el futuro. Ricardo Giraldo está convencido que el camino a seguir es ampliar la Semana Fénix. Respecto a si alguna vez podremos ver una premiación fuera de México, responde: “Siento que eso depende de cómo vayamos ganando público en otros países y que quieran llevar a los premios a sus lugares. De momento, la Ciudad de México se ha vuelto la casa”.

Otro proyecto es hacer más fuertes las relaciones con los circuitos de festivales para darle más difusión al premio y a las películas de la región. Actualmente, los Fénix hacen mancuerna con Ambulante y el Festival de Morelia y tienen acercamientos con DocsMX, FICUNAM, Careyes, Cannes, Berlín y San Sebastián.