‘Las chicas en el puente’ rompe el récord de Munch en una subasta
Dos obras de Picasso la siguieron de lejos en la sesión de Nueva York de arte impresionista y moderno de Sotheby’s
No fue sorpresa para nadie. En la sesión de arte impresionista y moderno de Sotheby’s celebrada el lunes en Nueva York quedaba por saber cuál sería la cifra concreta que se pagaría por Pikene på broen (Las chicas en el puente), la obra maestra del pintor noruego Edvard Munch realizada en 1902. Finalmente, la cifra alcanzó los los 54,5 millones de dólares en 2016 (50,69 millones de euros al cambio de hoy) y siguió su significativa línea creciente en el mercado de la puja: había alcanzado los 7,7 millones en 1996 y los 30,8 millones en 2008.
La venta del cuadro, uno de los más célebres del artista de El grito, es un termómetro de cómo está el mundo de las subastas. Por un lado, por el tipo de comprador: lejos quedan los tiempos en los que el dinero estaba en los eruditos coleccionistas de rarezas. Ahora las nuevas fortunas son prácticamente neófitas en el arte y quieren el cuadro que sale en el manual de Conoce la historia del arte en 10 días. Las chicas del puente tiene el trazo colorista, la tensión psicológica y la belleza más reconocible en la obra de Munch. Hasta tiene un puente como su archipopular grito. Por otro, refleja el estado del vendedor, la casa de subastas, que sigue prefabricando titulares para seguir siendo noticia en un mercado que se ve adelantado por la derecha en la venta privada.
Este récord muestra, entonces, cómo se va desinflando la burbuja de las subastas. En la primavera de 2015, Christie’s conseguía el máximo histórico para Les femmes d’Alger (Version O) por 179,3 millones de dólares en una sesión que superó los 700 millones de dólares en ventas. Un año y medio después, lo máximo a lo que se aspira es al récord personal del artista y, en este caso, la sesión alcanzó los 157,7 millones de dólares (146,7 millones de euros) con 43 lotes a la venta, menos que lo que hace año y medio se alcanzó con una sola pieza y casi la mitad que esta misma sesión otoñal en 2015.
El récord de hoy, además, es relativo, pues la propia Sotheby's vendió un lote munchiano de cuatro gritos por 119,9 millones de dólares en 2012, cuando la burbuja del arte estaba a punto de alcanzar su tope. Es, también, un récord fácil: la casa juega la carta de Munch, porque ya le había dado cinco plusmarcas en los últimos años. Y es, por último, un récord que no ha superado excesivamente las estimaciones, que señalaban los 50 millones de dólares como cifra esperada.
Aun así, qué duda cabe, las cifras siguen siendo desorbitadas. Y la venta estrella no fue la única que destacó en la noche. Picasso se llevó el segundo y tercer premios con El pintor y la modelo, que tenía la peculiaridad de haber salido indemne del baile de subastas y había pertenecido al mismo dueño desde 1968, cuando fue pintada en 1963. Se adjudicó por 12,9 millones de dólares y fue la única pieza junto con el Munch que superó las dos cifras, aunque las estimaciones estaban entre los 12 y los 18 millones y puntuó a la baja. La siguiente fue la escultura del malagueño Cabeza de mujer, de 1951, que con su medio metro de tamaño alcanzó los 8,1 millones de dólares. El miércoles en Christie’s se espera una línea similar en la sesión homóloga. Las miradas están puestas en un Claude Monet de 45 millones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.