La guerra de España, a disección en Moscú
El antiguo archivo del partido comunista de la URSS comienza su exploración del siglo XX en vísperas del centenario de la revolución de 1917
Tres encuentros de estudiosos, centrados en la revolución y la guerra y convocados con ocasión de tres aniversarios históricos del siglo XX, pueden ayudar a comprender mejor los problemas del presente. Esta idea del historiador Andréi Sorokin inspira la conferencia internacional dedicada al 80 aniversario del comienzo de la Guerra Civil española (1936-1939) que se celebra hoy en el Archivo Estatal de Historia Social y Política de Rusia (RGASPI en sus siglas en ruso), en Moscú. Sorokin es el director de ese archivo, que reúne los fondos de los órganos dirigentes del Partido Comunista de la URSS y entidades relacionadas.
El 7 de noviembre es la fecha de la conferencia “no por casualidad”, sino por “alusión al día que en la URSS se conocía como la fiesta de la Gran Revolución Socialista de Octubre”, remarca Sorokin. Con el debate de hoy, el RGASPI inaugura un ciclo de diálogos internacionales, que alcanzará su punto álgido en 2017, en una cita dedicada a la revolución de octubre, para cerrarse en 2018 con otra sobre el fin de la primera guerra mundial (1914-1918).
Una parte secreta
Los documentos del RGASPI están desclasificados en su mayoría y sólo una ínfima parte son secretos, afirma Sorokin. Lo contrario ocurre en los archivos del Servicio Federal de Seguridad (FSB en ruso), que guardan los fondos del NKVD (la denominación de los servicios en los años treinta). Es en estos archivos, sobre todo, donde hay que buscar respuestas a la persecución de trotskistas y anarquistas en España y a la represión de los brigadistas a su vuelta a la URSS.
Como otros archivos rusos, el RGASPI presenta los materiales que desea desclasificar a la comisión intergubernamental responsable de los secretos de Estado (30 años), que "trasmite su decisión a los archivos sin explicaciones". En 2014 la comisión prolongó por 30 años más, hasta 2044, el carácter secreto de numerosos documentos de los servicios. En el caso del RGASPI, asegura, la desclasificación continúa y no se ha endurecido
Las revoluciones, los golpes de Estado, las guerras civiles y las injerencias de unos Estados en otros nutren el temario conceptual que preocupa a Sorokin. “Espero que las elites intelectuales de todos los países lleguen en el futuro a un acuerdo sobre unos principios comunes y que superen el doble rasero al enfocar los acontecimientos del mismo tipo, dondequiera que sucedan, en Rusia en 1917; en España en 1936, o en Ucrania en 2014”, dice. Tampoco por casualidad la conferencia de hoy alude al “fenómeno de las guerras civiles en la historia” en su título.
“Los políticos no deben instrumentalizar a los historiadores en sus batallas”
“La historia responde a muchas preguntas; nos abre los ojos a las raíces de los problemas y ayuda a resolverlos”, afirma Sorokin. “Los políticos”, agrega, “harían mejor dejando de instrumentalizar a los historiadores en sus batallas”. En su opinión, en 40 años, España ha logrado la “reconciliación” de los sectores de la sociedad enfrentados en la guerra, algo que Rusia no ha logrado en 100, porque este país “está hasta ahora escindido [en su valoración] sobre el periodo soviético en general y sobre la revolución de 1917 en particular”.
El RGASPI ha digitalizado el archivo de la Komintern (la Internacional Comunista u organización de partidos y movimientos de esa ideología, existente entre 1919 y 1943). Este archivo electrónico (http://sovdoc.rusarchives.ru), accesible desde 2015, consta de más de 1,7 millones de documentos, entre ellos los de las relaciones con el partido Comunista de España y los papeles de Dolores Ibárruri, la Pasionaria, que fue miembro del secretariado de la Komintern.
Los bolcheviques llamaron golpe de Estado a la revolución mucho tiempo
El archivo ha digitalizado también el llamado Fondo 545, dedicado a las Brigadas Internacionales, los voluntarios extranjeros que lucharon por la República española (rgaspi.org). Este archivo electrónico se presenta hoy al público además de una exposición sobre las Brigadas Internacionales.
Verdadero tesoro para estudiar el pensamiento y los movimientos de izquierdas en el mundo hasta 1991, el RGASPI custodia manuscritos de Marx, Engels y Lenin, parte de los fondos de Stalin, expedientes personales de los líderes del comunismo mundial y actas de las sesiones del Politburo, el máximo organismo colegiado del PCUS. No obstante, Sorokin se queja por la falta de interés por estos materiales y afirma que “documentos que fueron desclasificados hace 16 años no han sido consultados siquiera”. “Hay que forzar a la sociedad al respeto por los hechos y por la información contenida en los documentos históricos”. “La misión del archivero es hacer que la gente busque respuestas reales en los hechos, y no en las construcciones especulativas”, dice este historiador que antes dirigió la editorial Rospen (Enciclopedia política rusa), muy apreciada por su colección de monografias sobre el estalinismo escritas por autores rusos y extranjeros.
¿Fueron los sucesos de octubre de 1917 en Rusia una Revolución o un golpe de Estado? Ambas cosas. “Los acontecimientos que sucedieron en el territorio del antiguo imperio ruso de 1917 a 1922 solo pueden interpretarse como una revolución, cuyo punto de partida fue un golpe de Estado”.
“Durante mucho tiempo los mismos bolcheviques llamaron golpe de Estado a la revolución, que destruyó el Estado histórico ruso, pero también dio posibilidad de fundar gran número de Estados nacionales y de crear identidades nacionales, como las de los pueblos de Asia Central, lo que fue positivo para ellos”. “Hay que encontrar la posibilidad de reconciliar a todas las fuerzas sociales y políticas, y no solo de la sociedad rusa, que divergen sobre este acontecimiento”, dice Sorokin.
El fin de la primera guerra mundial, a su vez, lleva al “tema de la formación de los Estados nacionales de Europa Central y Oriental”, afirma el historiador, que se declara “convencido de que los brotes de nacionalismo en esa región, en Ucrania y otros Estados del Este y Centro de Europa, están relacionados con el proceso inacabado de la construcción nacional” que se inició tras aquella contienda.
Los conflictos entre Rusia y Ucrania afectaron a la colaboración entre archivos. Desde 2014 los archiveros de Ucrania no participan en la comisión trilateral con sus colegas de Rusia y Bielorrusia. “Nuestros contactos (con los archivos de Ucrania) se han interrumpido”, admite el director. Una proyectada exposición conjunta sobre la Segunda Guerra Mundial nunca llegó a celebrarse.
Babelia
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