El electricista de Picasso dice ahora que las 271 obras se las regaló la viuda
Arranca en Francia el juicio de apelación contra Pierre Le Guennec y su esposa, Danielle Fueron condenados a dos años de cárcel por ocultar las obras durante 40 años
El exelectricista de Pablo Picasso, Pierre Le Guennec, condenado en 2015 a dos años de cárcel exentos de cumplimiento por ocultar durante cuatro décadas 271 obras del pintor, cambió ayer su versión sobre cómo las consiguió, en la apertura de su juicio de apelación en Francia: esta vez sostuvo que fueron un regalo de la viuda del pintor, Jacqueline.
El Abogado General del Tribunal de Apelación de Aix-en-Provence pidió confirmar la condena que ya fue impuesta a Le Guennec y su esposa, Danielle, en marzo del año pasado. La pareja se enfrenta a una pena máxima de cinco años de cárcel.
La fiscalía no cree a la nueva versión de los imputados, al igual que fue rechazada la anterior: durante el primer juicio que los enfrentó a los herederos del pintor, ambos argumentaron que los cuadros les fueron regalados por Picasso entre 1971 y 1972, antes de que falleciera en 1973.
“Unos meses después de su muerte, [Jacqueline] me pidió que guardara entre 15 y 17 bolsas de basura”, que contenían las obras, relató en esta ocasión Le Guennec. El acusado, al que el tribunal calificó como el “manitas” de Picasso, relató que la viuda del pintor le pidió más tarde que le devolviera todas las bolsas salvo una, que le dejó como agradecimiento. “Quédatela, esa es para ti”, aseguró que le dijo.
Le Guennec, de 77 años, argumentó que “quizás” Jacqueline Picasso quiso evitar que las obras aparecieran en el inventario de la sucesión, ya que la mujer tenía “problemas” con Claude Picasso, hijo del pintor. De paso, explicó que nunca había contado la verdad hasta ahora por miedo a que le acusaran de robo y aprovechó para pedir que le sean devueltos los cuadros. La colección, valorada en 60 millones, incluye unas 180 obras de Picasso y un cuadernillo con 91 bocetos.
"Mentiras increíbles"
“Uno se pregunta si lo que se nos presentó como verdad no sea una mentira”, aseguró el abogado de la acusación, Christophe Raffin, quien defendió la tesis de una “sustracción” durante un periodo en el que Picasso estaba envejeciendo y Jacqueline estaba “más pendiente que nunca” de su marido. Y Jean-Jacques Neuer, abogado de Claude Ruiz-Picasso, denunció las “increíbles mentiras” de Le Guennec, y sugirió la hipotesis de un intento de “lavado internacional de las obras robadas”. Ya en el primer juicio, el fiscal había acusado a Le Guennec de ser un “peón” manipulado por marchantes de arte corruptos.
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