El resurgir de Mecano

No era fácil la tarea que Mecano tenía ante sí cuando se puso manos a la obra con su cuarto álbum de estudio. Vistos los resultados, se puede decir que superaron la prueba con nota. Entre el cielo y el suelo (1986) se convirtió en el primer disco español en superar el millón de copias vendidas. Una cifra que hoy con la caída de las ventas de discos físicos en pos del formato digital nos resultan inmensas. En aquella época también lo eran. La banda madrileña debía demostrar su valía, que había crecido con su público y que aún eran capaces de aportar mucho más a la música.

Aquel proyecto se convirtió en su consolidación. Ana y José María habían cumplido 27 años y Nacho, 23. Mecano había crecido y gran parte de su público también había madurado. Ellos se encontraban ante el reto de no quedarse en aquel grupo de adolescentes nacido cuatro años antes. En ese 1986 España contaba 38.473.418 de habitantes. El 30% de la población tenía entre 15 y 34 años. Una gran población joven consumidora de música.

En este cuarto trabajo, los dos hermanos acentuaron sus diferencias y cada uno produjo los temas por su lado. Diferente equipo de ingenieros y de estudios y hasta distintas ciudades y periodos de grabación. Ana era la encargada de crear el nexo de unión y un tono de continuidad a las canciones. “Cuando están de acuerdo. No hay problema, pero como en la mayoría de las veces no es así, me toca desequilibrar la balanza”, afirmaba la vocalista solo unos años después de la publicación de Entre el cielo y el suelo.

Hasta aquel momento, las canciones de Nacho habían prevalecido sobre las de su hermano por su ritmo bailable y festivalero. Al mismo tiempo, las composiciones de José María comenzaron a ganar peso en este álbum. Cruz de navajas, Me cuesta tanto olvidarte e Hijo de la luna alcanzaron un éxito inesperado y hoy ya son clásicos. De todos modos, el single de lanzamiento correspondió a Nacho con Ay, qué pesado, un tema de ritmo pegadizo.

En los seis temas que Nacho imperaba el sintetizador Fairlight, hasta el punto que este fue el nombre que dio a su estudio recién estrenado. Se dijo que Ana cantaba al frente de dos bandas de dos estilos cada vez más marcados. “Cuando firmamos a Mecano, Nacho y José María exigieron que yo fuera el árbitro a la hora de elegir el repertorio definitivo de cada álbum. Las tormentosas sesiones para decidir las composiciones seleccionadas eran en sí mismas un despliegue de talento y un proceso durísimo de negociación en el que los tres componentes de Mecano jamás dieron su brazo a torcer a la hora de defender lo mejor de su creación. El resultado siempre les dio la razón”, apunta José María Cámara, vicepresidente de CBS España, la discográfica de Mecano, en 1986.

En aquel año, ellos fueron del suelo al cielo.

Este domingo 2, primer libro-cd de la colección Mecano en EL PAÍS. Cada entrega incluye el álbum original y un disco libro de 60 páginas con artículos y material inédito. Con la primera entrega, la caja para guardar la colección y Entre el cielo y el suelo.