El Reina Sofía ‘busca’ el brazo incorrupto de Santa Teresa

El llamado brazo incorrupto de Santa Teresa o, para ser más exactos, lo que se supone que fue la mano izquierda sin meñique de la monja abulense, se encuentra desde la muerte de Franco en el convento de las Carmelitas de Ronda (Málaga), el lugar del que había sido requisada en 1936. El dictador la tuvo consigo casi cuarenta años como un imprescindible talismán de su suerte. ¿Qué ocurriría si un museo quisiera realizar una exposición con la mano como pieza central?¿La prestarían las Carmelitas? ¿Qué contrapartidas exigirían? ¿En qué laberintos burocráticos se perderían los promotores del proyecto? ¿Cuánto costaría el seguro? Estas y otras muchas preguntas se plantean en la película La incorrupta, una pieza de 36 minutos de duración realizada por la artista Tamar Guimarães (Belo Horizonte, Brasil, 1967) para el Reina Sofía dentro del programa Fisuras y que se proyecta desde hoy, martes, hasta el 13 de marzo.

La obra de Guimarães es, según Manuel Borja-Villel, director del museo, una herramienta de análisis crítico del mundo y su realidad sociocultural. “A partir de la mano de la santa y de su historia esta obra habla de la corruptibilidad y de la incorruptibilidad. La mano y su historia son una metáfora de la corrupción, pero también un objeto que permite abrir debates plurales”, afirma Borja-Villel. Residente en Copenhague, su obra ha participado en las últimas bienales de Venecia y São Paulo y ha sido expuesta en numerosos museos europeos de arte contemporáneo.

Autora de piezas creadas a partir de fotografías, cine y mucha investigación histórica, Guimarães cuenta que le interesa el tema de la corrupción como hecho universal. “Me interesa como fenómeno planetario”.

Pieza teatral de la vida

El comisario del proyecto y actor invitado, João Fernandes, cuenta que más que en la corrupción política, la pieza se centra en la corrupción de las pequeñas cosas, la que se produce en las relaciones cotidianas. “Es una pieza teatral de la vida diaria en la que hay muchos posibles significados”.

La incorrupta está realizada sobre un guión colectivo que se mueve entre el documental y la ficción. Protagonizada por actores profesionales y trabajadores del propio Reina Sofía, tiene un escenario en el que se reconocen espacios del museo, pero que en el filme no se identifican con él. Podría ser cualquier centro de arte de cualquier lugar del mundo. La trama parte de una comisaria que presenta un proyecto expositivo cuya pieza central tiene que ser la reliquia que tanto adoraba Franco. Con abundantes ráfagas humorísticas y carga política, incluida una mención a Podemos, la promotora del proyecto debate con los becarios del museo sobre las posibilidades de traer la mano de la santa, una mano que, como tantas otras, representa la facilidad con la que muchos tienden a apropiarse de lo ajeno.

Fernandes concluye que lo de menos es lograr una reliquia del XVII. “Es un trabajo en el que los espectadores tienen que interrogarse sobre su propia condición de público y sobre lo que conocen y desconocen de los museos, así como de la vida y la corruptibilidad de las experiencias que encuentran en ellos".