Claudio Tolcachir cuestiona en una comedia el valor de la sinceridad

Las artes, en sus distintas disciplinas, han divagado a lo largo de los siglos sobre la mentira y el debate sigue latente. En las relaciones de pareja, ¿se debe ser sincero al cien por cien? ¿Es bueno mentir para no hacer daño a la otra persona o a los amigos? Una reflexión divertida y trepidante es la que ahora plantea La mentira, un montaje teatral sobre la obra de Florian Zeller que ha adaptado David Serrano y ahora dirige el argentino Claudio Tolcachir y que Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río y Mapi Sagaseta interpretan en el Teatro Maravillas de Madrid.

Tolcachir se ha embarcado en una comedia, un registro bien distinto al de su anterior trabajo, Tierra de fuego, un duro drama sobre el conflicto palestino-israelí. “En la vida uno se tiene que poner metas, saltar por encima de los obstáculos y sortear las dificultades. Después de un dramón como el que había dirigido, quería saber si era capaz de hacer una comedia como La mentira”, dice el dramaturgo.

Tolcachir ha logrado un buen engranaje y un alto nivel de comunicación con sus intérpretes para que el diálogo fluya con inteligencia. “La obra no sentencia nada, ni es moralizante. Me he divertido mucho poniéndola en funcionamiento, porque lo que pretendo es que el espectador reflexione y a veces se sienta identificado”, explica.

Mover los sentimientos

Actor, dramaturgo y director teatral, desarrolla la mayor parte de su trabajo en su Buenos Aires natal con incursiones en la escena española, donde sus piezas han sido bien recibidas por el público. Cuenta que entró en el mundo de la actuación para huir de su timidez patológica y de las dificultades de conectar con otras personas. “Era un adolescente friki al que no le interesaba nada de lo que les importaba al resto de mis compañeros”, recuerda. “Mi cabeza siempre estaba bullendo historias y es en este universo de la interpretación y la creación donde encontré un hueco para divertirme, entusiasmarme y complicarme la vida. Vivo con pasión todo lo que se desarrolla sobre un escenario. Me da igual que sea comedia o drama; lo que me interesa, lo que me importa de verdad, es que mueva mis sentimientos de alguna manera”, prosigue.

Tras el éxito de El crédito, de Jordi Galceran, que ha permanecido durante tres años en cartel, Hipólito regresa como protagonista teatral. “Es una comedia inteligente que aborda temas que me interesan, muy bien escrita y con unos diálogos trepidantes”, apunta el actor, quien encara el estreno de este jueves con incertidumbre. “Tomar la justa medida de una comedia conlleva un trabajo actoral importante. Puedes cometer el error de pasarte y hacer el ridículo”, opina. “Mis compañeros y el equipo técnico son excepcionales. Cuando interpretas una obra como esta, tocas pedazos de realidad, situaciones que de alguna manera has vivido o que han vivido amigos tuyos y te metes en diabólicas discusiones casi sin darte cuenta”, apostilla.

La mentira se convirtió en una de las obras más destacadas de la última temporada teatral en París.