“Lo que hace Nuria Espert en ‘Incendios’ debería verse en las escuelas de teatro”
Marcos Ordóñez responde a las preguntas de los lectores sobre obras, actores, series...
El crítico teatral y columnista de EL PAÍS responderá a las preguntas de los lectores sobre obras, actores, series...
1Antonia Iborra 21/09/2016 13:02
Señor Ordóñez, el pasado miércoles anunció que iba a ver "Incendios" en el Teatro de la Abadía. ¿La ha visto ya? ¿Qué le ha parecido?
Descomunal, Antonia. Repito: Des-co-mu-nal. Escribiré la otra semana en Babelia (digo “la otra” porque este sábado saldrá mi crítica de “El padre”, con el gran Alterio), así que esto es un mero aperitivo, cuatro notas para despertar el hambre. El texto de Wadji Mouawad (su mejor pieza, para mi gusto) te clava en la butaca, pero el trabajo de los actores y la dirección de Mario Gas no le van a la zaga. El espectáculo me recordó mucho al último Chéreau: por su densidad plasmada con una extrema limpieza, por el depuradísimo decorado de Carl Fillion (el escenógrafo de Lepage, pero que a mí me hizo pensar en la esencia de Peduzzi), por la emoción que brota desnuda, sin subrayados. Gas ha hecho algo muy difícil: narrar una historia épica como si fuera una pieza de cámara. Momentos estelares de un reparto admirablemente conjuntado: la desgarradora escena del juicio de Nuria Espert, que debería pasarse una y otra vez en las escuelas de teatro; la versión de “Mother” de Lennon que canta Edu Soto como si le arrancaran el alma; el sollozo de un Ramón Barea desbordante de humanidad en el mejor papel que le he visto; la luz y la frescura de Lucía Barrado, para mí una revelación; la fuerza de Álex García, otra revelación, como el joven boxeador Simón; la bellísima escena de la separación entre Barrado y Laia Marull, que realmente parece una hija (mirada, fiereza, determinación) de la Espert; el pasaje de Alberto Iglesias narrando el tiempo de la cárcel… aquí lo dejo, porque se me desborda esto. Corriendo a la Abadía. Un montaje que dejará huella.
2Fans Total 21/09/2016 13:17
Maestro, ¿qué está leyendo o ha leído con placer últimamente?
Hola, FT. He leído un libro estupendo que ha publicado Asteroide: “Asamblea ordinaria”, de Julio Fajardo Herrero, al que no conocía. Es una novela sobre el virus de la crisis y como cambia las vidas de la gente. Son tres historias. En la primera, la crisis de una pareja, contada por la esposa. Es difícil escribir algo nuevo, algo verdadero sobre eso, con humor y dolor. La segunda cuenta la planificada caída de una empresa y la fascinación, casi abducción, de un joven empleado por su rutilante jefe. La tercera cuenta el relato, en tercera persona, de una pareja insólita, unida por la crisis: tía y sobrino, condenados a vivir en el mismo piso. El viaje de ambos al pueblo de juventud de la tía (y de la infancia de él) es de una belleza formidable. Y la fraternidad que la esposa de la primera historia encuentra entre la gente del parque: me hubiera gustado escribir eso, atrapar la verdad que hay ahí. Admiro la justeza del tono; las elipsis, lo que Fajardo decide no contar (lo que sucede en la fiesta de la segunda historia, por ejemplo), y las revelaciones súbitas. Creo que ese libro y ese autor darán que hablar: lo merecen.
También he leído las “Conversaciones con David Foster Wallace” (Pálido Fuego), que hace años tenía pendiente, como tantas cosas, y han redoblado mi respeto por este escritor, desmedido pero lleno de pasión, y de tan triste final. He releído (siempre vuelvo a los libros que me gustan, que me enseñan, que me estimulan) “Una mosca en la sopa”, las memorias de Charles Simic (Vaso roto). Incluso me gustan más que su poesía, y eso es poner el listón muy alto. Claridad, fuerza expresiva, vitalidad, humor, sin una gota de ego. Rebosa alegría de vivir. Extraordinario. Parafraseando a Cabrera Infante, “uno de esos libros que por muchos lectores que tenga nunca tendrá bastantes”.
3Emilio Ballester 21/09/2016 13:25
Señor Ordóñez, he leído que el pasado verano se cumplió el centenario del nacimiento de Leo Ferré y en Francia apenas lo celebraron. Conozco a Brassens y a Brel, pero de él no he escuchado nada. Recomiéndeme, si es de su gusto, algunas canciones para abrir boca. ¡Muchas gracias!
Hola, Luis. Léo Ferré fue y sigue siendo uno de los grandes. Y parece que sí, que en Francia no se ha celebrado su centenario como debiera. Yo le descubrí en los primeros setenta, porque el sello Movieplay, que distribuía las grabaciones francesas de Barclay, publicó aquí varios álbumes. El primero, “El poeta y el músico”, era una buena antología. Luego siguieron “Ferré 70”, “Les amants tristes”, “Avec le temps” y todo el material de los poetas: gracias a él descubrí a Baudelaire, Aragon, Verlaine y Rimbaud… Ah, y Apollinaire: la "Chanson du mal aimé". Su labor poniendo música e interpretando a esos gigantes fue inmensa y, ya digo, no suficientemente reconocida. Recuerdo que actuó por última vez aquí en el Palau de la Musica de Barcelona, a finales de los ochenta, acompañado a la guitarra por otro grande: Toti Soler.
Canciones para abrir boca: busca “C’est extra” (donde canta maravillosamente y homenajea a los Moody Blues), por supuesto la desoladora “Avec le temps”, la enorme “Comme a Ostende”, con letra de Jean-Roger Caussimon; “Paname” (llena de swing al más puro estilo Montand); “La vie d’artiste” (que siempre me hace pensar en “Rayuela”), “Thank You Satan” (casi la respuesta francesa a “Sympathy for the Devil”) y “La The Nana”, uno de los mejores temas de un doble pródigo en ellas: “Amour Anarchie” (aquí en dos volúmenes, “Ferré 70”, y mutilado entonces). También puedes buscar cualquier recopilatorio: los más recientes, “Les 50 plus belles chansons” y “Seul en scène”, con grabaciones en directo de sus tournées del 73, no tiene desperdicio. Ah, y hay un disco del actor Philippe Léotard, que se atrevió a versionear con mucha gracia y mucho estilo algunos de sus temas estelares, que también te recomiendo: se llama “Léo chante Ferré”. Se lo llevé a Ovidi Montllor en sus últimos días.
4Fernando Peñarroya 21/09/2016 13:33
Marcos, ¿has visto alguna película interesante últimamente?
Hola, Julián. He visto y disfrutado dos espléndidos debuts en el cine español: “La puerta abierta”, de Marina Seresesky, y “Tarde para la ira”, de Raúl Arévalo. En ambos hay vigor, tensión y observación en los intérpretes, en los diálogos, en las acciones. Todo eso se suma y da una gran verdad; esa verdad que va más allá de términos tan alicortos como “realismo” o, peor, “costumbrismo”. Son historias que me creo, que me convencen, que me atrapan. Viendo a la madre y la hija de “La puerta abierta” pensé en “La reina de belleza de Leenane”, de Martin MacDonagh, en el Madrid de hoy, en una corrala de ahora mismo. El humor en el pusto justo, las lucecitas en la silla de ruedas, los silencios devastados de Machi, la conversación con Etxeandía en la funeraria… A Eloy de la Iglesia le hubiera encantado esa película. Y seguro que Pasolini les habría puesto piso a Carmen Machi, a Terele Pávez, a Asier Etxeandía. ¡Qué interpretaciones, qué regalos!
“Tarde para la ira” es un thriller que me recordó las primeras novelas (“Prótesis”, “Aprende y calla”) de Andreu Martin, y también está muy cerca, a mi entender, al universo de las películas de Jacques Audiard. De nuevo, babeo ante los actores: el miedo que dan Antonio de la Torre y Luis Callejo; la mirada alerta y la sensualidad seca y ardiente de Ruth Díaz (y hablando de miradas, la de Antonio de la Torre en la porqueriza). ¡Y cómo te da Manolo Solo el personaje entero en una sola secuencia! Dos películas como esas no se ven todos los meses. Me hubiera gustado escribir esas dos historias. ¡Que envidia más estimulante!
5Coronel Sartoris 21/09/2016 13:45
Buenas tardes Marcos, hoy (si se me permite doble pregunta) ¿eres lector de Leonardo Padura, serie Mario Conde y de sus otras obras ?
¿ Podrias indicarme algun enlace o pagina en el que se puedan ver obras de Shakespeare (ya tengo las dos temporadas de The Hollow Crown)?
Como siempre muchas gracias y un saludo.
Hola, Coronel. De Padura solo he leído “El hombre que amaba a los perros”, que descubrí gracias a Jorge Guerricaechevarría. No conozco su serie de Mario Conde. Mal nombre para un investigador, al menos en nuestro país, aunque desde luego sus novelas están premiadísimas. En cuanto a enlace o página para ver obras de Shakespeare, hará un tiempo José María Pou me habló de una web británica donde, por suscripción, podían verse montajes más o menos recientes. Sé que lo apunté; mi mala cabeza me ha hecho perder o traspapelar la nota. Ahora Pou anda liadísimo rodando la serie de “La Catedral del Mar”, pero tan pronto pueda le pregunto, y en tu próxima visita al chat te diré lo que me ha dicho.
La otra opción, desde luego, es ver lo que puedas pillar de la BBC en devedé, o de montajes del NT en su página de la librería. Échale también un vistazo a la nueva videoteca del Centro de Documentación Teatral: allí podrás encontrar, imagino, algunos montajes españoles. El link es : http://teatroteca.teatro.es/
Te imagino al corriente de las filmaciones (del NT y de la RSC) que en España suelen pasar en cines, por la cadena Icaria o, en Barcelona, los cines Balañá. Lo comenté la semana pasada, pero me olvidé señalar que solo Icaria subtitula en castellano. De momento, Balañá suele emitir en directo y sin subtítulos, al mismo tiempo que se dan a conocer en Reino Unido. O Francia, porque el 13 de octubre pasan un “Roméo et Juliette” de la Comédie. Si vives en Barcelona (o caes por aquí), que sepas – y el público barcelonés amante de Shakespeare, desde luego- que el Balmes proyecta “Cymbeline” (28 de septiembre), “King Lear”, con Anthony Sher (12 de octubre), y “The Tempest” (11 de enero), las tres en montajes de la RSC. Una última recomendación: en CaixaForum proyectan, en el ciclo “Shakespeare Lives”, el “Hamlet” de Maxine Peake, de 2015, el 7 de octubre (subtitulado), y la serie “Shakespeare Shorts” (21 noviembre), con una serie de cortos inspirados en su obra.
6Miguel Ángel Herrero 21/09/2016 13:50
!Saludos Marcos! Me costó descubrir que The Observer es la prolongación de The Guardian los domingos. Al prinicipio, no entendía que pasaba con The Guardian los domingos y por qué no se publicaba. Todo esto viene porque he leído y podido seguir las críticas de Susannah Clap en The Observer pero , sin embargo, me ha costado encontrar a Michael Billington en las páginas de The Guardian a pesar de ser el crítico por excelencia de este periódico. ¿Sigue Billington haciendo críticas para el periódico? De ser así, ¿cuándo las publica? ¿Tiene algún blog dónde se le pueda seguir? De todas formas, me gusta Clapp pero me gustaría seguir a Billington. No sé si tienes información al respecto.
Hola, Miguel Ángel. Por lo que sé, Billington sigue al pie del cañón. Ayer mismo leía su crítica del “No Man’s Land” de Pinter, en el Wyndham’s, dirigida por Sean Mathias, con Ian McKellen y Patrick Stewart. Susannah Clap publica los domingos, en el “weekly”. No sé si tienen un blog. Ambos tienen twitter, eso sí. De Billington probablemente conoces “State of the Nation”, su muy recomendable paseo por el teatro británico desde el 45. Debe estar descatalogada su antología de críticas, “One Night Stands”, que recoge algunas de sus reseñas en el Guardian desde el 71 al 91 y publicó Nick Hern Books en el 93: es posible que puedas pillarlo en circuitos de segunda mano en Internet. Hará unos años se reeditó, con material nuevo, su excelente biografía de Pinter, en Faber. Lo que no sé es si Charles Spencer publicó alguna antología de sus críticas en el Daily Telegraph, que abandonó hará un par de años. Le echo de menos. Era una bestia parda, y más “tory” que Churchill, pero escribía con mucha gracia.
7Fans Total 21/09/2016 13:53
Hará unos años descubrí los magníficos figurines teatrales de Vitín Cortezo, del que también se cuentan historias loquísimas. ¿Le conoció? ¿Cuál es su favorita?
Hola, FT. No llegué a conocerle, y bien lo lamento, porque un libro sobre su vida, su trabajo y sus mil aventuras hubiera sido un regalo de los dioses. Aún podría hacerse, a la manera de “Broadway Danny Rose”, con los testimonios de quienes le trataron: Andrés Peláez, por ejemplo, sería el rastreador idóneo. O José Ramón Fernández. Vitín tiene tantas historias desaforadas que ya no se sabe cuales son reales y cuales ficticias, pero da lo mismo, porque todas son formidables y todas le cuadran. Se cuenta que reservaba sus mejores números para José Luis Alonso, porque le encantaba ver su cara fundiéndose de vergüenza. La historia que más he escuchado, la que más me gusta, es cuando Alonso le rogó que no apareciera “para no armar líos” durante el pase de censura de “La loca de Chaillot”. ¡Nunca lo hiciera! Cuando los de censura ya estaban a punto de levantar el vuelo, Vitín hizo su entrada triunfal por el patio de butacas del María Guerrero vestido de monja y clamando: “¡José Luis, perdóname! ¡He sido una monja muy mala pero vuelvo al convento redimida, redimida!”. También me encanta su frase durante una redada, saltando al interior del furgón policial: “Aquí hay que darse prisa, niñas, que si no cogen los mejores sitios”.
8Dolors Iborra 21/09/2016 13:59
SR. Ordónez, La semana pasada hablada de libros de periodistas. Mi pregunta es muy concreta. Cuando usted empezaba ¿cuáles fueron sus referentes en el mundo de la entrevista?
Hola, Dolors. En mi primera adolescencia (porque pese a los años aún estoy en la segunda, que va durando) leía con verdadera devoción las entrevistas de Martí Gómez y Ramoneda en la revista “Por Favor”, y luego los libros que las recopilaban, editados por Planeta. Me gustaba que entrevistaran a gente muy distinta, políticos, escritores, gente anónima, y que siempre resultaran interesantes, próximos, porque preguntaban por curiosidad, por saber, y así escapaban de lo previsible: de ellos aprendí eso. Ahora que lo pienso, también iba por esa línea Salvador Pániker, de quien devoré “Conversaciones en Madrid” y “Conversaciones en Barcelona”. Veo ahora, al recordar ese tiempo, que me volvían loco las entrevistas con escritores. Libros que me abrieron muchas puertas fueron “Infame turba”, del periodista mexicano Federico Campbell, y “Siete voces”, de Rita Guibert (mexicana, como Campbell), que entrevistaba a los cabezas de fila del boom sudamericano para la revista “Life”. Y las entrevistas que publicaba en “Marcha” (y aquí reproducía “Triunfo”) de la uruguaya Maria Esther Gillio; gracias a ella descubrí a Onetti: solo por eso le estaré eternamente agradecido. En esos días me gustó mucho una serie de Ana María Moix en el “Tele Expres” (mi diario favorito de entonces) llamada “Veinticuatro por veinticuatro”, donde seguía, más o menos a lo largo de un día, a otros tantos escritores y artistas barceloneses. Yendo más atrás, creo que el primer entrevistador que me atrapó fue Manuel del Arco en “La Vanguardia”, en la sección “Mano a mano”. Eran entrevistas muy breves, casi telegráficas, muy de reporter americano, con preguntas y respuestas de apenas dos líneas, acompañadas de una caricatura. Es curioso, porque a mí lo que me iba, siempre me ha ido, es el formato largo: quizás por eso le admiraba. También corrí a buscar los libros en los que recopilaba su trabajo (parte, porque escribió durante veinte años en los diarios): libros como “Cien intervius por las buenas”, que fue una de mis primeras biblias, o el más completo, “Mano a mano”, que recopilaba 700 entrevistas. Luego llegó “El País” y ahí comencé a leer a Rosa Montero, a Juan Cruz, a Sol Alameda… pero eso ya fue algo más tarde.
¡Las dos! ¡A comer! Gracias al dottore Koch, al mando de la nave, y a Rocío Aguilera, nueva en el Enterprise. Y a todos los fieles del chat: seguid ahí, por favor. Durante la travesía ha sonado 'The Ultimate Collection' de T. Rex. ¡Qué bien aguantan las canciones de Marc Bolan!Hasta el próximo miércoles, amigos y amigas.
Babelia
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