Amat Escalante divide y escandaliza con ‘La región salvaje’
El filme del mexicano, en el que un monstruo tentacular provoca orgasmos a los personajes, sacude el concurso
La Mostra no niega un aplauso a nadie. Casi todas las proyecciones terminan con un final feliz, de ahí que haya que basarse en su duración para intuir cuánto ha gustado el filme. Tras La región salvaje, que compite por el León de Oro, se batieron las manos, como siempre. Pero después ocurrió algo menos habitual: se desataron debates encendidos. “Sin palabras”, se repetían mutuamente dos señores indignados. Mientras, otros defendían con convicción la nueva película de Amat Escalante (Barcelona, 1979). Sea como fuere, el cineasta mexicano lo ha vuelto a hacer: su anterior filme, Heli —premio al mejor director en Cannes en 2013—, generó polémicas feroces a favor o en contra de una crudísima secuencia de tortura. Aquí, entre otras cosas, una monstruosa criatura emplea sus tentáculos para practicar todo tipo de sexo a la vez con una joven. Materia de sobra para el escándalo.
“Nunca pienso en las polémicas, no aspiro a ellas. Más bien querría que mis filmes le gustaran a todo el mundo. Pero sí espero impresionar, que la película se quede en la memoria y trato de ser honesto conmigo mismo”, aseguraba Escalante ayer. Para La región salvaje, en concreto, se inspiró en un artículo que costaría creer si el cineasta no lo enseñara en su móvil. “Ahogan a jotito [término despectivo para definir a un homosexual]”, reza un enorme titular que se publicó en un medio mexicano junto con una foto del cadáver en cuestión, desnudo. Escalante hasta reprodujo otra portada parecida y la difundió por su ciudad, Guanajato —donde también ambienta el filme—, para ver qué efecto producía. La respuesta, en una tierra conservadora y muy religiosa, fue... ninguno.
De esa homofobia imperante trata La región salvaje, así como de una sociedad que impone la renuncia a los impulsos primordiales y sexuales. “Siempre ha habido un rechazo a nuestro cuerpo, a nuestros instintos básicos. Aunque la humanidad se está liberando cada vez más”, asevera el cineasta. Como el séptimo arte permite cualquier solución narrativa y estética, Escalante resumió estas cuestiones en la pantalla en un horrendo ser que encierra en sí mismo las emociones más animales. A él acuden los protagonistas en busca de orgasmos a veces regeneradores, otras autodestructivos.
Contra la homofobia
“Al principio no estaba en la película. Surgió de la idea de querer tener algo que no se pudiera explicar literalmente, y que simbolizara el peso con el que cargan los personajes”, relata Escalante sobre la criatura, que también fue un homenaje al filme La posesión, de Andrzej Zulawski, y al cine de género de horror que tanto aprecia. El repugnante monstruo es también, desde luego, un riesgo, para intentar caminar hacia un cine nuevo. “La originalidad tiene que ver con la importancia del arte para la sociedad. No sería positivo que las expresiones creativas de los seres humanos empezaran a ser recicladas”.
Que se lo explique a Hollywood, donde el remake es la melodía que los grandes estudios más tocan. “Me parece triste, supongo que se debe tanto a la sequía creativa como al miedo. Aunque creo que se va a llegar a un punto de quiebra de ese modelo”, prevé el director. Todo lo contrario que el cine de América Latina, el más pujante del mundo según el director del festival de Venecia, Alberto Barbera. No por nada hay cuatro filmes de la zona en la competición oficial. Escalante comparte la idea, pero con más prudencia: “Tendría que estudiar más para afirmarlo. Pero lo cierto es que hay muchos talentos jóvenes y es una zona que da mucho material, tanto cómico como dramático, en constante conflicto”. Como los espectadores tras sus películas.
Babelia
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