Fallece Miguel Flores, prestigioso apoderado de toreros y poeta
Dirigió los inicios de la carrera de Morante de la Puebla hasta que el diestro tomó la alternativa
Miguel Florentino Pérez Flores, conocido en el mundo taurino como Miguel Flores, poeta y prestigioso apoderado de toreros, ha fallecido en su domicilio de Madrid a los 88 años debido a las complicaciones de una larga enfermedad. Nacido en Málaga, en 1928, fue un hombre muy conocido y respetado en el mundo del toro, profesión en la que llegó a probar suerte el 15 de agosto de 1951 en la localidad sevillana de Utrera, anunciándose en los carteles como El Camborio.
No tuvo suerte con el terno de luces, y después de actuar en varias novilladas picadas, una fortísima cornada en la antigua plaza de Vista Alegre, en Carabanchel (Madrid), hizo que decidiera retirarse de los ruedos, sin llegar a tomar siquiera la alternativa. Desde entonces optó por encaminar su vida profesional hacia otra dirección, y montó una agencia de publicidad antes de dedicarse a la compraventa de automóviles.
No obstante, su pasión por los toros hizo que nunca abandonase este mundo por completo. Se hizo apoderado y ayudó y dirigió a muchos jóvenes toreros que soñaban con llegar a ser matadores. Su mayor éxito y reconocimiento profesional fue al lado de un jovencísimo José Antonio Morante de la Puebla, torero por el apostó fuerte cuando aún era novillero y al que dirigió hasta que tomó la alternativa en 1997.
Siempre le gustaron los toreros con sello propio, sobre todos los considerados de arte; de ahí que a lo largo de su vida llevara también los designios de otros espadas, como Paco Alcalde, Rafael Sandoval, Julio Aparicio, Jesús Pérez El Madrileño, Salvador Vega, Andrés Palacios o el rejoneador Diego García, entre otros muchos.
Flores se dedicó también a la poesía, y publicó varias obras dedicadas a los toros, entre ellas, Como los ángeles... quisieran torear. Romances taurinos y otras vivencias o su poemario Poesías taurinas.
