El Cid y Curro Díaz indultan sendos toros de Adolfo y Victorino Martín
El primero hace historia en la feria de Santander, y el segundo, en Calasparra (Murcia)
El diestro sevillano Manuel Jesús El Cid hizo historia en Santander al indultar 'Madroñito', de la ganadería de Adolfo Martín, el primer astado al que se le perdona la vida en el centenario coso de Cuatro Caminos y en la feria taurina de Santiago, que, además, echó el cierre en su edición de 2016.
Por su parte, Curro Díaz indultó un toro de Victorino Martín en la localidad murciana de Calasparra. ‘Plebeyo’ de nombre, fue el mejor colofón al cincuenta aniversario del debut del ganadero, acaecido en esta misma plaza.
Con más de media entrada en los tendidos de Santander, se lidiaron toros de Adolfo Martín, bien presentados y de variado juego. Destacó el primero, de nombre ‘Madroñito’, cárdeno de capa, número 2, nacido en febrero de 2012 y de 515 kilos, que fue indultado.
Manuel Jesús El Cid, indulto y ovación.
Miguel Ángel Perera, ovación y ovación.
Alejandro Talavante, ovación tras aviso y silencio.
El primero de la tarde, ‘Madroñito’, cárdeno claro, fue recibido con una ovación cuando se emplazó en los medios.
Arrastró el morro por los suelos desde el saludo capotero. Mantuvo la fijeza y la repetición en el tercio de varas, dejándolo El Cid de largo en la primera y tomando la segunda al relance, durmiéndose en el peto. Se acostaba por el pitón izquierdo, por lo que Miguel Ángel Perera completó un quite a la verónica por el otro lado.
El Cid, que entró en el cartel en sustitución de Manuel Escribano, lo brindó al público. Los dos primeros asaltos no fueron de tanteo, con el animal manteniendo las virtudes que durarían hasta el final de su extensa lidia: fijeza, prontitud en la arrancada, ritmo sostenido y humillado y repetición, y el diestro sevillano se acopló a la infinita órbita descrita por los pitones. Por el izquierdo también fue sensacional.
El Cid volvió a ser el de los naturales monumentales y sin mácula, en dos tandas de jerarquía asolerada. Volvió a ser el del muletazo parabólico, el toreo ligado y la mano a rastras. El viaje atrás en la máquina del tiempo se sucedía en los medios, donde hubo ocasión para otro derechazo rematado con farol y el de pecho.
Los doblones por bajo de gran sabor llevaron al toro al tercio del tendido 1 y comenzó la petición de indulto. Una voz en la grada hizo que el anhelo de trascendencia, el vocerío y los pañuelos se adueñaran de la plaza. El Cid volvió por derechazos y luego por naturales, y seguía el de Adolfo Martín empapado en la franela.
Y llegó el indulto, primero en la historia de la Feria de Santiago.
Hizo un esfuerzo El Cid con el difícil cuarto, que por el izquierdo no tenía ni uno, y por el derecho se tragaba solamente dos. El torero le dejó puesta la muleta y tiró hasta donde el toro quiso ir. Media tendida, golpe de verduguillo y ovación.
Perera se acopló con el segundo cuando tiró la ayuda y planteó el trasteo con la diestra y la muleta sin montar. Por ahí llegaron tandas encajadas. La espada quedó caída.
El otro gran toro de la corrida fue el cinqueño que hizo quinto, que embistió con lentísimo paso mexicano. Perera lo cuajó de principio a fin en una labor templadísima de muletazos por ambas manos de grande y profunda despaciosidad. Una fiesta del toreo fundamental con medido epílogo de circulares. Lo echó todo por la borda con la tizona.
Talavante tapó los matices ásperos del tercero, que sirvió por el derecho. Por ahí le dio fiesta y se templó con él. Lo mató eficaz. El sexto fue el más desclasado del encierro y no dio opción. Lo pinchó y luego se espesó con el descabello
Curro Díaz indulta en Calasparra
El torero Curro Díaz indultó un toro de Victorino Martín en la corrida mixta celebrada en Calasparra (Murcia), que coincidía con el 50 aniversario del debut del ganadero, que se celebró en este mismo coso.
El toro indultado, marcado con el número 10, responde al nombre de ‘Plebeyo’ y ha dado un gran juego al acudir con prontitud a la muleta, con nobleza y con mucha fijeza.
Con casi lleno, se lidiaron cuatro toros y dos novillos del popular ganadero, correctos de presentación y de buen juego, sobre todo el indultado, el primero y el tercero, aplaudidos en el arrastre, mientras que el cuarto fue el garbanzo negro, despedido con pitos.
Curro Díaz, que lidió el primero y el quinto, al tener que pasar a la enfermería al cortarse con la espada en la mejilla al entrar a matar al que abría plaza, ovación con saludos y dos orejas y rabo simbólicos en el toro indultado.
Antonio Puerta, ovación con saludos y ovación con saludos.
Filiberto, ovación con saludos y una oreja.
El torero triunfador Curro Díaz realizó dos grandes faenas a sus oponentes con mucho gusto y temple. Los llevó embarcados en los vuelos de la muleta y perdió los trofeos en el que abrió plaza por culpa de la espada.
Antonio Puerta estuvo aseado ante sus dos enemigos, aunque sus faenas no llegaron a remontar vuelo; en su primero porque no llegó a confiarse, y en el cuarto porque el astado, el más deslucido del encierro, no le dio facilidad alguna.
El novillero local Filiberto, que el 8 de septiembre próximo tomará la alternativa en Albacete, lidió a sus dos oponentes con mucho temple, especialmente al que cerraba plaza, con el que se sintió más a gusto, mientras que en su primero, al que podía haber cortado otra oreja, malogró una faena interesante por el mal uso de los aceros.
Daniel Crespo, oreja en El Puerto de Santa María
El novillero Daniel Crespo cortó la única oreja de una interesante novillada de la ganadería de Peñajara celebrada en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María.
Con un cuarto de entrada, se lidiaron novillos de Peñajara, muy desiguales de presentación y de interesante comportamiento. Destacó el quinto por noble y bravo.
Daniel Crespo, ovación tras aviso y oreja tras aviso.
Pablo Aguado, ovación y vuelta al ruedo tras aviso.
Alfonso Cadaval, ovación tras aviso y silencio tras aviso.
Babelia
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