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“No quiero mentirle al público”

El bailaor Antonio Molina 'El Choro' tendrá la responsabilidad de cerrar la Suma Flamenca 2016 con su debut madrileño en solitario

Antonio Molina 'El Choro', en los teatros del Canal de Madrid.
Antonio Molina 'El Choro', en los teatros del Canal de Madrid.Samuel Sanchez (EL PAÍS)

La Suma Flamenca 2016 discurrirá en los Teatros del Canal hasta el 3 de julio. La clausura, en la Sala Roja, será responsabilidad de Antonio Molina El Choro, lo que significará además su debut en solitario en la capital. Se sitúa a Madrid como “capital mundial del género” y el cambio de dirección, rumbo y planteamientos de la Suma con su nueva directora, la bailarina y coreógrafa Aída Gómez, hacen que El Choro “esté como un flan, con mucha presión y responsabilidad”, según sus propias palabras. Gómez seleccionó Aviso: Bayles de Jitanos para cerrar un festival que tiene en cartel, entre otros, a Vicente Amigo, Estrella Morente, Mayte Martín, Carmen Linares, Farruquillo y Juan Parrilla. Lo mejor de lo mejor.

Antonio Molina despuntó con apenas 14 años cumplidos cuando ganó un concurso de la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco. “A raíz del concurso todo se volvió más serio. Mi padre, panadero; mi familia, de modesta clase media, yo un chaval al que le gustaba sobre todo el fútbol. Mi padre me dijo ‘hay que ponerse serio con esto del baile, para darle al balón hay muchos chavales pero con talento para el baile pocos’. ¡Y tenía razón! No fue fácil disciplinarme, pero al final las cosas han salido bien. Piense que esto pasaba en un barrio marginado y en Huelva, que no había un ambiente fuerte de academias”, comenta El Choro, que continúa hablando ya de sus maestros: “Manolo Marín es un maestro importante en mi carrera, me infundió el sacrificio, el bailar sí o sí. Una vez me bajó de nivel en la clase, al principio no lo entendí, pero tenía razón: debía estudiar, esforzarme más”.

A la hora de valorar el flamenco actual, El Choro medita la respuesta: “Está muy avanzado, esa es la verdad, pero hay un problema que es el ‘casi todo vale’. La palabra flamenco vende, y eso hace que a veces nos den cosas que no son lo que aparentan. Hay que respetar los bailes antiguos, adecuarlos a hoy, pero no desfasar, mantenerlos sin perder las esencias. Por ejemplo, si bailo por soleá, que se identifique claramente, que el espectador no se confunda con lo que ve”. Y en cuanto a artistas que lo inspiren: “Tengo siempre en mente a Farruquito y a mi maestro Javier Barón, a Rafael Campallo, a quien también considero que es uno de los que más me ha ayudado”.

Antonio Molina se dio a conocer bailando en los conciertos de Vicente Amigo: “Allí hacía una bulería; cuando tocaba Vicente, cuando desplegaba su mano derecha, era impresionante”. Y con respecto a la fusión: “Hoy todo está mezclado, hoy nada es 100% puro, pero sinceramente, no soy partidario de la fusión en sí. Se lo digo siempre a mis alumnos en la fundación, es como echar una manzana en el puchero, te lo comes, pero ya no es un puchero como tal”. El Choro ha trabajado con Israel Galván en Galvánica y esa experiencia también ha sido enriquecedora: “He tenido a Galván como profesor y es extraordinario, él sabe siempre lo que está bailando. Algunos jóvenes empiezan sin haber hecho los deberes anteriormente, y eso no es bueno. Israel Galván no te vende como flamenco algo que no lo sienta y sigo creyendo que “la edad de oro” es una obra importante, una maravilla. Y si se le pide una bulería, la hace y es muy capaz”.

Con respecto a Aviso: Bayles de Jitanos, El Choro concluye: “Yo tenía muy claro lo que quería hacer y así se lo dije al director (Rafael Estévez): ‘quiero hacer flamenco’, sin contar historias, baile flamenco bien armado. Quiero que se vea lo que siento, no quiero mentirle al público”. Pero El Choro lleva una tupida barba más o menos a la moda hipster: “Mi padre me quiere matar. Ya una vez Javier Barón en Francia me hizo afeitarme antes de salir a bailar, me hizo salir con la cara limpia. Sin barba no me reconozco”. Aviso: Bayles de Jitanos cuenta con el baile de Molina y de Gema Moneo, el acompañamiento de las guitarras de Jesús Guerrero y Juan Campallo, el cante de Pepe de Pura, Jesús Corbacho y Moi de Morón, además de con la percusión de Paco Vega.

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