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LIBROS

Veranos azules y fetiches de EGB

Las editoriales encuentran una mina en la explotación de la nostalgia pop de los niños de la Transición. Series de televisión y grupos musicales de los ochenta son objeto de análisis

Fotograma de la serie Verano azul (1981-1982), dirigida por Antonio Mercero.
Fotograma de la serie Verano azul (1981-1982), dirigida por Antonio Mercero.

Con origen en la réplica del famoso barco de Chanquete y destino en el monumento dedicado a Antonio Mercero, la Ruta Nerja Verano Azul, guiada por un Miguel Joven —actor que encarnaba a Tito— reciclado en pequeño empresario, es una propuesta singular dentro de la oferta turística de un país que no ha solido explotar el patrimonio de su cultura popular. La escritora Mercedes Cebrián decidió afrontar el tour con actitud bastante más receptiva que la del David Foster Wallace que, un buen día, se embarcó en algo supuestamente divertido que jamás volvería a hacer.

“Estamos ya prenostálgicos porque se acaba el paseo, y también algo cansados. Son más de las doce y hemos recorrido las calles de Nerja bajo el calor pegajoso de agosto. Pegajosa es la propia nostalgia, que a ratos percibo como una sustancia a la que te enganchas y otras veces como la adicción en sí que te lleva a consumir recuerdos con avidez”, escribe Cebrián en Verano azul. Unas vacaciones en el corazón de la Transición (Alpha Decay), el libro en el que ha destilado en forma de aguda crónica, totalmente libre de mal café, su recorrido por la Ruta Nerja Verano Azul, reformulada como sinuosa pista de Scalextric a través de sus recuerdos personales —“Todo empezó en el sillón de orejas de la casa de mi tía Candi. Mullido, tapizado de color blanco y café con leche corto de café y demasiado abrigado, casi como un sillón de peluche”— y de la memoria sentimental de toda una generación. El volumen se enmarca dentro de un fenómeno editorial que ha encontrado una auténtica mina en la explotación de la nostalgia pop de un sector demográfico que, conquistada la mediana edad, tiende a invertir parte de su poder adquisitivo en la recuperación simbólica de un paraíso perdido que quizá no fue tal. Cebrián no puede evitar sumergirse en algunos momentos en lo que denomina “la bañera pringosa de la nostalgia”, pero su crónica ofrece una interesante lectura de la serie creada por Antonio Mercero en tanto que laboratorio de arquetipos, usos y costumbres para la generación que llegaría a la mayoría de edad en democracia: “Tengo la impresión de que la pandilla de Verano azul era la sinécdoque de lo que se deseaba que fuese el pueblo español”. Todo un salto cuántico para un director que había dado sus primeros pasos televisivos en una serie —Crónicas de un pueblo— nacida para divulgar el Fuero de los Españoles.

Mercedes Cebrián ofrece una interesante lectura de la serie creada por Mercero como laboratorio de usos y costumbres

La memoria de Verano azul también recorría ‘Cuento de Navidad’ (2005), la entrega dirigida por Paco Plaza para la serie Películas para no dormir, en la que una pandilla de jóvenes, evocadora de la de Mercero, abrazaba su lado oscuro en un singular juego de amor/odio con la nostalgia. Son abundantes los signos que dan fe de esta transformación de la nostalgia en mercancía rentable, desde monólogos cómicos —Espinete no existe, de Eduardo Aldán­— hasta espacios limbo, como ese cine Phenomena en Barcelona que une a su espectacular sistema de proyección una inquietante condición de narcótica casa de Circe, territorio ideal para vivir en unos eternizados años ochenta a resguardo de los peligros —pero también de los hallazgos— de la contemporaneidad.

Verano azul: unas vacaciones en el corazón de la Transición. Mercedes Cebrián. Alpha Decay. Barcelona, 2016. 160 páginas. 15,90 euros

Yo fui a EGB. Javier Ikaz y Jorge Díaz. Plaza & Janés. Barcelona, 2013. 256 páginas. 18.90 euros

Chiripitifláutico ¡...es Don José! Cruz Delgado Sánchez y Jorge San Román. Diábolo. Madrid, 2013. 230 páginas. 18,95 euros

Retromanía. La adicción de la cultura pop a su propio pasado. Simon Reynolds. Traducción de Teresa Arijón. Caja Negra. Buenos Aires, 2012. 448 páginas. 30 euros

El fenómeno editorial de la nostalgia pop cristaliza en manifestaciones diversas, pero tuvo su gran golpe de efecto con la aparición en 2013 de Yo fui a EGB (Plaza & Janés) de Javier Ikaz y Jorge Díaz, que ya ha alcanzado su 23ª edición y abrió una serie que tendrá su cuarto volumen en noviembre. Proyecto nacido como página de Facebook y más tarde transformado en blog, Yo fui a EGB ha conquistado las listas de ventas en forma de guías visuales de iconos y fetiches de los años setenta y ochenta, extraídos tanto del repertorio de objetos de uso común —abunda el material escolar y las chuches surtidas— como del imaginario de la cultura popular. El tono es invariablemente amable —“Siempre hemos dicho que queremos ser como cuando sonaba la sirena del recreo: un lugar donde olvidarse de los problemas”—, privilegiando el reconocimiento puramente emocional frente a la vocación enciclopédica.

Apelando a la nostalgia de una generación anterior, Chiripitifláutico ¡…es Don José! (Diábolo Ediciones), de Cruz Delgado Sánchez y Jorge San Román, se impone la autoexigencia del rigor documental, diseccionando la génesis, el desarrollo y los alrededores de un legendario programa infantil de la televisión blanquinegra. De lectura apasionante, el libro desmonta algunas leyendas pintorescas —esa desaparición que algunos niños malinterpretaron como la muerte de Locomotoro— e ilumina otras insospechadas —la inquina que el Generalísimo amasó en torno al cómico Joe Rígoli—, erigiéndose en perfecto equivalente local de la marcada voluntad exhaustiva con que se afrontan trabajos de este tipo en el mercado anglosajón. Pegajosa o seductora, la nostalgia quizá sea el destino inevitable de toda generación.

Verano azul: unas vacaciones en el corazón de la Transición. Mercedes Cebrián. Alpha Decay. Barcelona, 2016. 160 páginas. 15,90 euros.

Yo fui a EGB. Javier Ikaz y Jorge Díaz. Plaza & Janés. Barcelona, 2013. 256 páginas. 18,90 euros.

Chiripitifláutico ¡…es Don José! Cruz Delgado Sánchez y Jorge San Román. Diábolo Ediciones. Madrid, 2013. 230 páginas. 18,95 euros.

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