Otra pequeña joya de Ken Loach
El cineasta defiende la permanencia de Reino Unido en la UE en la presentación de su último filme, ‘Yo, Daniel Blake’
La clase media está muriendo. En muchas partes del mundo no existió, y los posibles brotes verdes han sido pisoteados por la jauría de la crisis económica. En Europa ha sido un movimiento poderoso, impulsador de cambios sociales, y hubo un momento en que la antiquísima clase obrera llegó a fusionarse con la pequeña burguesía. Fue un espejismo. Hoy está tan en desaparición como los tigres albinos. No hay más que mirar los restaurantes de precio medio que no cesan de cerrar. O de lujo o menú del día. O ricos o pobres. El inglés Ken Loach y Robert Guédiguian son los directores que más han hablado de una injusticia social perenne en Europa. Pero hoy aquello ya parece antiguo. Ambos directores han sabido reciclar sus temas, señalar la culpa de una izquierda ortodoxa en la debacle actual.
Esta mañana, Ken Loach ha presentado en el festival de Cannes Yo, Daniel Blake, su 12ª participación en la Sección Oficial del certamen. En teoría, el realizador se iba a retirar con su anterior película, pero fue una falsa alarma. Aplausos para un drama escrito de nuevo por Paul Laverty, que cruza dos historias, la de un carpintero recién salido de un infarto, que intenta que el sistema nacional de salud le dé una pensión ante la imposibilidad, certificada medicamente, de volver al tajo. Por otro, una joven madre con dos hijos, que roza la catástrofe vital a punto de caer en la miseria.
Loach ha insistido en la rueda de prensa en la realidad del delirante proceso que vive el excarpintero para avanzar en sus reclamaciones, tanto vía telefónica como por Internet, un monstruo para un hombre que ha dedicado su vida al trabajo manual y que no entiende de tecnologías. “El sistema Welfare [el nombre del sistema de pensiones británico] está hecho de forma cruelmente consciente. Es increíble: a los pobres se les dice que la pobreza es culpa suya, porque depende de ellos tener trabajo. Las personas más vulnerables están siendo arrasadas por el sistema en general”. Loach ha hecho la película para que “rompa corazones y enfade al público”, con una sencillez formal y narrativa. “Creíamos que el relato era tan poderoso, que debíamos mantener esa sencillez”.
El cineasta ha reflexionado también sobre la actualidad política. Nunca estuvo muy de acuerdo con el concepto de la UE, un “invento neoliberal”, pero cree que la cosa puede ser peor, y se opone al Brexit en el referéndum del próximo día 23 de junio: “La mejor manera de cambiar la UE es desde dentro. Los gobiernos nacionales tienden a ir hacia la derecha. Así que debemos unirnos los grupos de izquierdas para poder encarar el ataque de las grandes compañías”.
Babelia
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