Stan Getz y João Gilberto: grabación inédita
Se publica en disco el concierto que dieron hace 40 años en un club de jazz de San Francisco
Cuentan que, durante la grabación del disco Getz/Gilberto en Nueva York, Stan Getz y João Gilberto no se llevaron especialmente bien. Según Ruy Castro, João llamó “gringo idiota” a Getz, aunque la cosa no pasó a mayores porque Jobim, que ejercía de intérprete entre ambos, tradujo la frase del portugués al inglés por “Stan, dice João que su sueño era grabar contigo”. Eso sucedía en marzo de 1963. En julio del 64, cuando el sello Verve se decidió por fin a editarlo, el LP, arrastrado por el sencillo La chica de Ipanema y la voz en inglés de Astrud Gilberto, se convirtió en el primer disco de jazz en ganar el Grammy al mejor disco del año, propagando definitivamente la bossa nova por el mundo. Getz/Gilberto llegó incluso a desplazar A hard day's night de los Beatles del número uno de la lista de Billboard.
En 1975, estadounidense y brasileño se reunirían de nuevo para grabar The best of two worlds con Miúcha, la mamá de Bebel Gilberto. Dice Todd Barkan en Down Beat que se tenían un tremendo respeto, pero que su relación era muy complicada. Si el alcohol y la heroína no ayudaban al carácter irascible y el temperamento impaciente del saxofonista, la peculiar personalidad del cantante y guitarrista forma ya parte de la mitología musical.
Cuarenta años hace de su actuación en el Keystone Corner. En el club de San Francisco, por el que pasaron prácticamente todos los grandes del jazz de la década de setenta, cabían unas doscientas personas. Y como siempre que Stan Getz se presentaba allí, se agotaron las entradas para todos los pases del 11 al 16 de mayo. Las cintas con el preciado tesoro, que publica en el CD Getz/Gilberto 76 Resonance Records -Distrijazz lo distribuye en España-, las guardaba en una caja sellada Todd Barkan, dueño y programador del Keystone Corner desde 1972 hasta su cierre en 1983. Barkan había conocido a João Gilberto en Shadowbrook, la mansión de 36 habitaciones que Stan Getz compró en Irvington, estado de Nueva York, gracias al dinero ganado con el disco Getz/Gilberto y recuerda que, en la madrugada de un lluvioso día de Año Nuevo, “el duende que asusta” –así llamaban él y Getz a João- se dirigió silenciosamente a la cocina y estuvo tocando y cantando una y otra vez É preciso perdoar.
En aquella semana de mayo de 1976, el cuarteto de Stan Getz, que aseguraba no haberse sentido nunca tan libre, tuvo a João Gilberto como invitado especial. Primero salía el cuarteto –con Getz, la pianista Joanne Brackeen, el contrabajista Clint Houston y el baterista Billy Hart-, mientras João esperaba pacientemente entre bastidores. Getz y Gilberto solo volverían a juntarse otra vez, en julio de 1978, en el Festival de Jazz de Newport. De aquellos días en el Keystone Corner es también Moments in time, solo con el cuarteto. Un valioso legado de dos gigantes: Stan Getz, que se fue hace 25 años, y João Gilberto, que cumplirá 85 en junio.
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