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Columna
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Mirar la muerte de frente

'Chronic', del mexicano Michel Franco, es una reflexión sobre las vidas que se marchitan

Luis Pablo Beauregard

Michel Franco quiere que veas la muerte de frente. No se lo propone poniendo en pantalla a narcos despiadados que se cazan unos a otros en inhóspitos paisajes desérticos. En este relato no hay orgías de sangre ni cuentos morales sobre el México violento. Lo que Franco ha querido hacer en su tercer largometraje es una reflexión sobre las vidas marchitas, lo que es suficiente para que muchos aparten la mirada de la pantalla. Chronic no oculta sus deseos de parecerse a los dramas europeos -- sobre todo franceses-- de tragedias cotidianas y de silencios encerrados en los cuatro muros del hogar.

En 2012, Tim Roth quedó sorprendido tras ver Después de Lucía. El actor estadounidense era jurado del certamen Una cierta mirada en Cannes cuando la obra de Franco sobre el acoso escolar fue exhibida. Ese potente drama le bastó para convencerse de que quería trabajar con el cineasta de alborotado pelo crespo.

Roth interpreta a David, un taciturno enfermero que cuida en sus casas a pacientes terminales. Franco hace a los espectadores testigos de la intimidad de esas amistades que tienen una fecha de expiración inminente. ¿Cómo se baña una enferma de cáncer que no tiene fuerza ni siquiera para sostener el jabón? ¿Cómo se le ayuda a levantarse de la cama? ¿Cómo responder ante un ataque de conciencia de alguien que sabe que su último aliento se aproxima?

En una entrevista, Franco dijo que la idea de Chronic le vino después de que su abuela sufrió una embolia. El episodio la hizo dependiente por completo de una enfermera. Su nieto fue testigo de una relación que calificó de conmovedora. Pero el guion de la película, que fue premiado en el Festival de Cannes del año pasado, es mucho menos cálido de lo que se podría esperar. Aunque hay cercanía, las relaciones del enfermero con sus pacientes son ascéticas.

Cada momento de Chronic es captado por una cámara quieta, carente de movimientos. La cinta tampoco tiene música para evitar cargar las secuencias de dramatismo artificial. Al ver la devoción de David algo se va aprendiendo del personaje, del secreto que guarda y que lo ha llevado a dedicarse a dar la última atención que recibirá una vida ajena.

Hay quienes han visto en el enfermero de Chronic ecos del personaje de Phillip Seymour Hoffman en la maravillosa Magnolia de Paul Thomas Anderson. El protagónico de esta película es una reivindicación a una profesión que, cinematográficamente hablando, ha quedado relegada a memorables papeles secundarios. Es el caso de la despiadada enfermera de One Flew Over the Cuckoo’s Nest. Aunque si se piensa en enfermeras malvadas del cine es probable que la primera que venga a la mente es la que Kathy Bates trajo a la vida en Misery.

Muchos espectadores se han acostumbrado a viajar en sus butacas a la velocidad que Hollywood ha dictado en sus producciones. Franco, un entusiasta admirador de Michael Haneke, hace ahora una contrapropuesta. Quiere que veas y percibas el lento paso del tiempo que transcurre cuando nos damos cuenta de que alguien a quien amamos está enfermo y que la vida se le está yendo.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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