Los marcianos de Orson Welles invaden Barcelona
Gerard Vázquez propone un juego escénico en torno al artista y su emisión radiofónica en el Teatre Gaudí
“El tipo de respuesta la anticipamos, pero su extensión nos dejó pasmados a todos. A los seis minutos de estar en antena, las centralitas de todas las emisoras de radio a lo largo y ancho del país empezaron a iluminarse como árboles de navidad. Los hogares quedaron desiertos y las iglesias se abarrotaron. Desde Nashville a Minneapolis la gente se lamentaba y se rasgaba las vestiduras en las calles”. Así le explicaba Orson Welles a Peter Bogdanovich (Ciudadano Welles, Capitán Swing, 2015) aquella histórica y genial gamberrada que fue la (demasiado) realista retransmisión radiofónica, al frente de su Mercury Theatre, de La guerra de los mundos, de su casi tocayo H. G. Wells, por la CBS el 30 de octubre de 1938.
Ahora, el dramaturgo y director Gerard Vàzquez, bien conocido por su Uuuuh!, acerca de una supuesta actuación de Charlie Rivel para Hitler (obra teatral convertida en película como El payaso y el Führer), retuerce aún más aquella ficción de Welles/Wells en un espectáculo teatral de su compañía Veus Humanes que incorpora la sonada sesión radiofónica, recreándola en vivo y mezclándola con otra historia.
Orson surt, perseguit per un ós (parafraseando la famosa acotación de Shakespeare en El cuento de invierno) se presenta como “espectáculo fraudulento” jugando con la pasión del cineasta por el fraude, la falsificación y la impostura. El montaje, que homenajea a Welles en su centenario, se estrena el 13 de abril en el teatre Gaudí de Barcelona (hasta el 8 de mayo).
En la obra, de 90 minutos, en la que aparece el propio Orson Welles (interpretado por Eduard Doncos), un barman de Nueva York le explica un acontecimiento que ha tenido lugar el mismo día de su emisión de La guerra de los mundos. Camil (Oscar Bosch), un vividor barcelonés, falsificador de pintura, le ha ofrecido a una millonaria estadounidense (Xus Estruch) un cuadro haciéndose pasar por representante del Gobierno de la República española, desesperada por conseguir fondos para proseguir la Guerra Civil. La supuesta invasión marciana alterará los planes del impostor.
Como se ve un interesante pastiche con tema doblemente wellesiano: los marcianos y la falsificación de arte. Orson Welles se verá implicado en la historia y a la vez se dirigirá al público durante la representación haciendo trucos de magia, que era una de sus pasiones. Orson surt, perseguit per un ós, explica su director y autor, combina el teatro y el radioteatro, pues como parte de la representación el público asiste a la recreación en vivo de la famosa emisión radiofónica de 1938. Vàzquez lleva tiempo reivindicando el género del radioteatro del que ha escrito y estrenado dos obras.
La pieza de ahora es, subraya, sobre aquello que es falso, el fraude, la impostura y el engaño, temas recurrentes en la creación de Welles.
El mismo Welles fue víctima de sus marcianos cuando el día del ataque a Pearl Harbour, mientras estaba en antena recitando poemas de Walt Whitman, le cortaron la emisión para que no fuera él el que diera la noticia del bombardeo: esa vez nadie se lo hubiese creído...
Babelia
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