Monólogo de un padre ante la autopsia a su hijo
Teatre Akadèmia programa 'Vespres de la Beata Verge', de Antonio Tarantino
Desembarca en el Teatre Akadèmia de Barcelona la impactante Vespres de la Beata Verge,del italiano Antonio Tarantino (1938), una obra que es esencialmente el doliente y desesperanzado monólogo de un padre ante el cuerpo de su hijo suicida, a la espera de la autopsia.
El espectáculo, con traducción al catalán de Albert Arribas y dirigido por Jordi Prat i Coll, es una verdadera exhibición de la versatilidad y virtuosismo de uno de los grandes actores de la escena catalana demasiado a menudo confinado en papeles de secundario, Oriol Genís. El intérprete se mete de manera escalofriante en el papel de ese padre, un hombre del montón, anodino incluso, superviviente nato, del que vamos descubriendo por sus propias palabras —su verdadera verborrea— que es un putero y un ladrón de poca monta y que la muerte de su hijo ha tenido que ver con un golpe mal llevado a cabo en el que le había involucrado.
El chico (interpretado por Guillem Gefaell) además se prostituía y travestía. En el montaje yace desnudo en una camilla de la que se levantará para dar la réplica post-mortem a su progenitor.
La pieza, que Tarantino (cuya violencia como se ve es diferente a la de su tocayo cineasta) escribió a partir del caso real de un joven que era su vecino, lleva del dolor desgarrador a la tragicomedia y se sumerge inesperadamente en el mundo del mito para abordar el encuentro de la imaginación humana con la noción de más allá, otorgándole a la historia una inusitada grandeza. La relación padre-hijo, la incomprensión y luego la aceptación, los sentimientos muy humanos se mezclan con un afloramiento de los antiguos mitos en el mundo contemporáneo.
La puesta en escena, con neones, reviste de una alucinada plasticidad a la pieza y le confiere una calidad de performance. Para Genís es un reto representar esta obra, que se pudo ver brevemente (cuatro funciones) en la sala Beckett y que ahora recala hasta el 17 de abril en el Akadèmia. Buena parte del secreto de la conmoción que produce el espectáculo radica en el oficio del veterano actor, sin el cual es inimaginable llevar a escena una obra semejante. “Es el actor ideal para Vespres de la beata verge”, ha subrayado el director. La pieza forma parte de una tetralogía en la que Tarantino ha querido explorar los antiguos mitos sumergidos en el subconsciete colectivo europeo.
Babelia
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