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A la sombra del maestro Ozu

El cineasta Hirokazu Kore-eda acepta la influencia del creador japonés en su última película ‘Nuestra hermana pequeña’ es su nuevo canto a la familia

Gregorio Belinchón
El cineasta Hirokazu Kore-eda, el pasado septiembre, en San Sebastián.
El cineasta Hirokazu Kore-eda, el pasado septiembre, en San Sebastián. XAVIER TORRES-BACCHETTA

Hirokazu Kore-eda aspira, suspira y se echa a reír: “Ya no puedo más con usted ni con el resto de la prensa internacional. Esta vez me he rendido a la evidencia. He hecho una película a la manera de Ozu”. Entre carcajadas el cineasta, nacido en Tokio en 1962, no deja que la traductora traslade a su idioma la pregunta formulada en inglés, y que se refiere a la alargada sombra de Yasujirô Ozu sobre la filmografía del director japonés más querido hoy en día por los festivales (como los de Cannes y de San Sebastián, donde se celebraron estas charlas con el cineasta). Si su estilo recordaba al del maestro de Cuentos de Tokio, desde que Kore-eda es padre –su hija nació en 2008- se ha asemejado aún más. Nuestra hermana pequeña, que se estrena en España mañana miércoles, prosigue por esa senda de indagación familiar, sentimientos sin cortapisas y sencillez muy reflexionada en la puesta en escena. Se entiende que Steven Spielberg comprara los derechos para una posible versión estadounidense de De tal padre, tal hijo. “Me reuní con él, charlamos, le vendí la opción, estuvo bien. Pero ahora es su proyecto y yo no necesito saber más”.

Pero la sombra de Ozu sigue. “En realidad esa pregunta les traiciona a ustedes, los occidentales. El paso del tiempo –que científicamente es igual para cualquier ser humano- nos afecta de forma muy distinta a los orientales y a ustedes. Y por tanto, lo reflejamos en el arte de manera diferente. Si eso es el estilo Ozu, bien por él, pero creo que tiene que ver más con la mentalidad japonesa. Otra cosa es la temática, la intención de hablar de una clase y una sociedad, las secuencias en las que los vivos hablan sobre los muertos y en la influencia de esos seres queridos desaparecidos en el comportamiento de sus familiares. Ahí sí que siento que me acerco. Por eso esta vez no me importa hablar de esa influencia. Entiéndame, nunca me molesta hablar de Ozu. Sin embargo, esta vez entiendo de verdad la cuestión”. Así acaba la reflexión, con la rendición del cineasta que en esta ocasión describe una reunificación familiar: tres hermanas conocen en el funeral de su padre, que las abandonó de crías, a una cuarta hermana, nacida de un posterior matrimonio de su progenitor. Pronto, la pequeña decide irse a vivir con el trío.

La base de la película es un manga, algo a priori alejado del mundo Ozu. “Siempre me han gustado los tebeos de Akimi Yoshida, porque es una creadora que me aporta cosas como artista. Así que en cuanto salen, los compro. En esta ocasión sentí que había algo más, que podía añadir en su adaptación a la pantalla. Así que no dudé mucho”. Entre los detalles que ha añadido está ese padre que solo el público juzgará: ni Kore-eda ni las hijas le califican. “Me gusta que el espectador componga el puzle a través de las pistas que aportan los personajes. ¿Quién soy yo para juzgar a un personaje?”. Esa es una respuesta casi tópica entre los cineastas. Kore-eda empieza a desgranar el comportamiento de cada personaje tal y como aparece en realidad en pantalla para acabar con un “y no sé contarlo mejor”.

En el motor de la mayor parte de los trabajos del japonés están niños abandonados por sus padres. “Puede”, reflexiona el cineasta. “Creo que en realidad no me preocupa ese problema, sino que me interesa más cómo intentamos ser aceptados por los otros. Y en este sentimiento, el primer círculo emocional lo compone la familia. Ese sí es mi tema”. Y el de Ozu. Pero para la puntilla, Kore-eda solo dedica una sonrisa displicente.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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