La Berlinale es una gran novela
El festival acoge películas basadas en la vida o en las obras de escritores como António Lobo Antunes y Emily Dickinson. Wayne Wang adapta un relato de Javier Marías
En la Berlinale más apasionada por las historias sociales, las películas sobre grandes novelas o vidas de escritores han emergido por las secciones del festival, hasta el punto de que el filme más importante presentado ayer a concurso se basa en las cartas que António Lobo Antunes envió a su esposa desde la guerra de Angola; el más destacado de Berlinale Special se centra en Emily Dickinson, y en Panorama Wayne Wang traslada a Japón el relato de Javier Marías Mientras ellas duermen. Y esto solo ayer; en la programación la literatura y sus creadores picotean las pantallas.
El día de Reyes de 1971, Lobo Antunes zarpó en el carguero Veracruz hacia Angola, recién licenciado en Medicina y obligado por el servicio militar a participar en una guerra. En Lisboa se quedó su esposa, María José, Zé, una chica de 20 años embarazada de su primera hija. Durante el año y medio que pasó en África, Lobo Antunes le envió más de 300 cartas, misivas de amor a la vez que relatos de su día a día. “Ha sido tanto un privilegio como una responsabilidad llevar a la pantalla pinceladas de unos escritos muy emocionantes y repletos de sentimientos desgarrados del escritor, que pasa de la fascinación por la naturaleza a preocuparse por los angoleños en un mundo aparentemente condenado”, cuenta Ivo M. Ferreira, director de Cartas da guerra.
Con muchísimo talento ha resuelto la adaptación de forma sonora: en pantalla se ve ese día a día más rutinario que bélico, en un blanco y negro retrospectivo, mientras se escucha en off la lectura de las misivas por los actores que encarnan a Lobo Antunes y a su esposa. “Hemos contado con la ayuda del escritor y, sobre todo, de sus hijas”, explica Ferreira, porque a mediados de los setenta el matrimonio se divorció y las epístolas quedaron en poder de Zé. A su muerte, sus dos hijas cumplieron una promesa y las publicaron. Ahora devienen en estupendo material fílmico.
Más extraño ha sido el recorrido de Mientras ellas duermen, un cuento del madrileño Javier Marías publicado en 1990 que ha acabado convertido en una película japonesa dirigida por el chino Wayne Wang, quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EE UU. “Estaba aburrido de rodar en China y mi asistente me llamó la atención sobre un relato de Marías que leyó en The New Yorker. Me encantó la idea de alguien que disfrutaba grabando a una chica mientras ella duerme”, señala el realizador.
La primera adaptación se hizo en inglés. “Soy fan de Takeshi Kitano; le envié el guion, aceptó participar, y lo pasamos a Japón”, añade Wang. Adiós a Menorca, donde transcurre el cuento, hola a la costa japonesa. Aun así, queda esa especie de Humbert Humbert gordo que veranea con una chica atractiva y llama la atención de la pareja protagonista. Wang ha añadido personajes y pedido ayuda para acercarse a la sensibilidad japonesa (“Pregunté, por ejemplo, qué era sensual allí y añadimos lo del afeitado de la nuca de la chica, que en Occidente no tiene morbo”). Como dice su director, es una película sobre ver y ser visto, la esencia del cine.
“Hace años, cuando participé en San Sebastián [ganó la Concha de Oro en 2007 con Mil años de oración], le propuse a Javier Marías que escribiéramos un guion juntos”, explica a EL PAÍS Wayne Wang. “No cuajó. Ahora hemos tratado con su editor y representante. El relato es muy filosófico y dialogado; en la película no hay tanto discurso porque Kitano me pidió que no le hiciera hablar. El cuento es muy directo; yo necesité una trama más sinuosa, cercana a las culturales orientales”, apostilla.
En la Berlinale se celebra además Books at the Berlinale, una iniciativa que arrancó en 2006 y en la que hoy lunes se presentan 11 novelas, seleccionadas de entre 130 libros de 25 países. En el encuentro se reúnen los autores con productores, ya que las obras han sido escogidas por sus posibilidades de ser adaptadas al cine. Una de las 11 novelas es Pan de limón con semillas de amapola, de la española Cristina Campos, cuya novela pertenece al grupo Planeta. La acción se desarrolla en el invierno de 2010, en un pueblo de Mallorca, donde dos hermanas muy distintas se reencuentran después de 15 años para vender un molino y una panadería que han heredado de una desconocida.
Y hay mucha más literatura. Terence Davies ilustra la vida de la poetisa Emily Dickinson en A quiet passion; el documental The seasons of Quincy: four portraits of John Berger ahonda en la vida del creador británico; Colin Firth encarna a Max Perkins, agente literario de Francis Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway, y descubridor de Thomas Wolfe (interpretado por Jude Law) en Genius; Creepy es la versión de Kiyoshi Kurosawa de una novela del maestro japonés del suspense Yutaka Maekawa; Indignación, de Philip Roth, ya tiene versión fílmica dirigida por James Schamus… Y son solo algunos ejemplos estrenados en la Berlinale, donde hasta Spike Lee participa con Chi-Raq, su versión en el Chicago de 2015 de un clásico de hace 25 siglos: Lisístrata, de Aristófanes.
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