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Muere Abe Vigoda, el Salvatore Tessio de ‘El Padrino’, a los 94 años

El actor era célebre por su papel en la legendaria saga de Francis Ford Coppola

Gregorio Belinchón
Abe Vigoda, en Nueva York en una imagen de mayo de 2012.
Abe Vigoda, en Nueva York en una imagen de mayo de 2012. ANDREW KELLY (REUTERS)

Michael Corleone está enterrando a su padre, don Vito, lo que le convierte en el nuevo padrino. Antes de morir, su progenitor le advirtió: quien se acerque a ti proponiéndote una reunión, ese será el traidor. Y delante del ataúd, Salvatore Tessio le explica al oído que habría que negociar incluso con Barcini, y que propone su casa para garantizar la seguridad de Michael. El brillo de la mirada de Al Pacino se endurece: el traidor no es Clemenza, el manso, el más accesible de los matones de don Vito, sino Sal, el más inteligente. Sorpresas de la vida.

 En esa secuencia de El Padrino, hecha para el lucimiento de Pacino, Abe Vigoda, que falleció el martes en Woodland Park (Nueva Jersey) —en la casa de su hija, mientras dormía— a los 94 años, solo tenía que poner su rostro, el de Tessio. Pero qué rostro. Largo, triste, de mandíbula prominente. Vigoda, de familia inmigrante de judíos procedentes de Rusia, llevaba desde 1947 en el teatro, interpretando clásicos, cuando Francis Ford Coppola decidió reclutarlo para su drama. Y acertó. El actor, que no tenía ninguna relación con la Mafia, se pasó casi todo el rodaje viviendo en Little Italy, el barrio italiano de Manhattan, para absorber la esencia de su personaje. El Tessio del cine le dio fama inmortal. Tan inmortal casi como él: en 1982 la revista People anunció su fallecimiento, y esa falsa muerte supuso una continua broma en sus entrevistas durante décadas. Él mismo pagó un anuncio en Variety donde se le veía yaciendo dentro de un ataúd con una copia de People de su deceso en la mano.

Abraham Charles Vigoda nació en 1921, hijo de un sastre. Estudió interpretación y ya en 1947 era un profesional reconocido en los escenarios de su ciudad natal. Tras décadas en el off Broadway y en el festival de Shakespeare de verano en Nueva York, El padrino impulsó su carrera a las pantallas. En Estados Unidos era muy popular por la serie Vida y milagros del capitán Miller, en la que trabajó a finales de los setenta y logró tres candidaturas a los Emmy dando vida al detective de la policía Phil Fish. Y fue en la televisión donde encontró su hueco. Se le pudo ver en Se ha escrito un crimen, Vacaciones en el mar, Santa Bárbara, Con ocho basta, Ley y Orden, Tocaso por un ángel o Loco por ti.

En cine tampoco fue mucho más lejos, con secundarios en Los locos de Cannonball 2, Joe contra el volcán, Sugar hill, Como caído del cielo o Mira quien habla. Siempre basó sus actuaciones en su físico de anchas espaldas y cierto andar desgarbado, un parecido a Boris Karloff que casi le vale hacer del Monstruo en El jovencito Frankenstein. Su último filme fue Sweet Destiny, estrenada en su país en 2014. Por supuesto su voz se escucha en los videojuegos de El Padrino.

Tessio / Vigoda acaba rodeado del consigliere Tom Hagen y de cuatro matones de los Corleone. No hace falta decir mucho más. Entre lágrimas y mirando a Tom, explica: “Dile a Mike que solo eran negocios. Siempre me cayó bien”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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