MUCHO rock cósmico y enfadado
El cuarteto musical presenta su nuevo disco, ‘Pidiendo en las puertas del infierno’, un compendio de nueve temas con los que expresan su enfado con el mundo que les ha tocado vivir.
Estamos enfadados con el mundo que nos ha tocado vivir. Si las cosas cambiaran, con un gobierno flipante y ser autónomo no fuera tan caro… pues, a lo mejor, haríamos un disco de amor.
Ocurrido el Apocalipsis, los integrantes de Mucho han llegado a las puertas del infierno. Cuando la primavera del año pasado estaba a punto de finalizar, Martí Perarnau, Víctor Cabezuelo, Miguel de Lucas y Carlos Pinto se encerraron durante ocho días en una casa-estudio para grabar su tercer disco. El “más extraño” que han hecho hasta ahora, según ellos mismos. “Nunca habíamos llegado al estudio sin ensayar. Nunca habíamos creado una canción casi desde cero y grabarla directamente. Nunca habíamos escrito y vomitado tanta letra. Nunca habíamos grabado sin guitarras y mucho menos sin bajo. Nunca habíamos hecho una canción en la que los únicos instrumentos acústicos fueran la batería y la voz. Nunca habíamos grabado un disco en apenas ocho días”, cuentan.
Hay rabia y enfado en el pop-rock cósmico-sideral de Pidiendo en las puertas del infierno. En los nueve temas que lo componen, las letras incluyen frases como “Jesucristo, Superman y Maradona se funden en un gran abrazo y ríen desencajados, orgullosos de la broma que nos han gastado”; “el coliseo de la infamia ya no alberga visitantes”; “¿Por qué la mierda se disfraza de oro?”; “en nuestro país la picaresca es la reina de la fiesta.” Y, finalmente, “te voy a enseñar, como es debido, cómo afilar los cantos del dolor y si al final te cortas con tanto filo es que valía la pena la canción.” El grupo explica que todo se trata de “una catarsis de todo el odio que llevamos dentro. Nos desnudamos para sobrevivir al vacío en el que vivimos.” Quizá por eso, desde sus inicios, Mucho ha dejado claro que canta como si no hubiera un mañana.
Pregunta. ¿Qué fue lo que les llevó en esta ocasión a improvisar tanto?
Respuesta. Ser diferentes. Con este disco queríamos cambiar todo lo que pudiésemos para que el resultado fuera otro. Casi no ensayamos, porque nos hacía ilusión llegar un poco acojonados al estudio y ver qué pasaba. Teníamos claro que no íbamos a utilizar guitarras y que las baterías iban a ser reales pero debían parecer cajas de ritmos. Como el disco anterior lo súper ensayamos y lo tocamos casi en directo, ahora nos parecía interesante ir sin tener mucha idea de lo que íbamos a hacer.
P. ¿Y por qué sin guitarras?
R. Bueno, hay tres guitarras, pero no lo parece. Lo que queríamos hacer era experimentar con sintetizadores. Y eso llena mucho el espacio. Queríamos hacer un disco de teclados, un disco basado en ese sonido directamente. Era para romper el estereotipo. Porque se piensa que una banda de rock es, sobre todo, guitarras. Y nosotros quisimos demostrar que no van por ahí los tiros. Se puede llegar a la misma intensidad de otras formas.
P. ¿Cómo fueron los ocho días de grabación?
R. Pues dormíamos, comíamos y tocábamos. Nos levantábamos como a las nueve de la mañana, tomábamos un café y nos encerrábamos en el estudio. Y así hasta como las dos de la mañana. Hicimos canción por canción. Hasta que esa canción no estaba terminada, no pasábamos a la siguiente. Y eso moló mucho porque nos hacía estar muy metidos en el disco.
P. En su disco anterior nos hablaron del Apocalipsis, ahora del infierno. ¿Qué pasa en este grupo?
R. [Risas] Pues pasa que somos visionarios. Se acabó el mundo desde hace tiempo. Y lo venimos avisando. Se acabó el mundo y nos dimos cuenta de que habíamos sido unos pecadores y que acabaríamos en el infierno. En realidad, si se arreglara el mundo, a lo mejor dejaríamos de poner títulos así a nuestros discos y canciones. Pero como desde que hablamos del Apocalipsis el mundo no ha ido a mejor, pues… ¡hemos llegado al infierno! Estamos enfadados con el mundo que nos ha tocado vivir. Si las cosas cambiaran, con un gobierno flipante y ser autónomo no fuera tan caro… pues, a lo mejor, haríamos un disco de amor.
P. Ustedes formaron parte de bandas con nombres como Underwater, The Party y The Sunday Drivers, en las que cantaban en inglés. ¿Por qué en Mucho decidieron cantar en español?
R. Son etapas. Cuando empezamos, escuchábamos a muchos grupos en inglés. Porque la mayoría de nuestras referencias musicales eran foráneas. Había muy pocos cantando en castellano que nos llamaran la atención. Pero luego se dignificó el idioma con la música. Y había que cantar en castellano pero con la esencia o estructura anglosajona. Así que dijimos: la música en castellano está muy guay y podemos expresarnos mejor en nuestro idioma. Es más fácil poder expresarse de una mejor manera a través de él. Cuanto más cerca estés de tus emociones, mejor serán tus canciones. Y, bueno, ya superamos la fase de querer cantar en inglés para que nos escuchen en Estados Unidos. Ya sabemos que no nos escucharán en Estados Unidos y… ¡está bien! No pasa nada.
P. ¿Por qué han hecho un disco hoy que muchos miembros de la industria musical sostienen que no se venden?
R. Hacemos discos porque no queda otra. Hacemos canciones y la mejor manera de conservarlas es en un disco. Es verdad que casi no se venden, pero la necesidad de juntar canciones, en un CD o aunque sea en la nube, es esencial para la música. Es la esencia de un proyecto, los eslabones de una carrera musical, la base de una gira y la forma más tradicional y placentera que tiene la gente de escuchar música. Es una tarjeta de presentación de una banda, tenemos que tenerlo.
P. ¿Qué es el pop-rock cósmico-sideral?
R. Es una clasificación que nos pusimos nosotros mismos. Cuando nos empezaron a preguntar qué género musical hacíamos, nos pareció muy difícil de responder. Porque esto de los géneros en la música… es algo muy difuso. En los dos discos anteriores decíamos que hacíamos rock cósmico porque nos sentíamos muy identificados con las bandas setenteras progresivas, que sonaban como muy cósmicas porque con su música como que te hacían volar. Y dijimos lo de cósmico para que los críticos se aclararan. Y es algo que nos define muy bien, la verdad.
P. Si la grabación de este disco ha sido bastante improvisada, ¿también lo fue la grabación de su primer videoclip?
R. Un poco, sí. Le dijimos a las realizadoras que no queríamos hacer el típico videoclip de unos tíos cantando y nos dijeron: ‘vale, entonces van a bailar’ Y tuvimos que improvisar también los pasos de baile. [Risas]
Babelia
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