‘Truman’ gana en los Premios Forqué
El filme de Cesc Gay y uno de sus protagonistas, Ricardo Darín, se llevan los principales premios de los galardones de los productores
Truman, de Cesc Gay, recibió anoche el premio a la mejor película de ficción o animación en los XXI Premios José María Forqué, otorgados por EGEDA, la entidad de gestión de derechos de los productores audiovisuales. Además, su actor protagonista, Ricardo Darín, logró el galardón a mejor intérprete masculino, mientras que una muy emocionada Natalia de Molina ganó, por Techo y comida, en la categoría a mejor actriz.
Truman derrotó a El clan, de Pablo Trapero, A cambio de nada, de Daniel Guzmán, y a Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet. “Hacer cine puede ser algo fantástico, pero también una pesadilla”, aseguró recogiendo el galardón su productora, Marta Esteban. Curiosamente El clan tampoco ganó en la otra gran categoría en la que participó, la de mejor película latinoamericana, en la que triunfó la chilena El club, de Pablo Larraín. El argentino Darín, por su parte, derrotó a su compañero de reparto Javier Cámara (ambos recibieron ex aequo la Concha de Plata del festival de San Sebastián), a Guillermo Francella (El clan), Pedro Casablanc (B, la película) y Luis Tosar (El desconocido). En nombre del actor argentino recogió el galardón Gay.
Natalia de Molina se impuso a Penélope Cruz (ma ma), Juliette Binoche (Nadie quiere la noche), Irene Escolar (Un otoño sin Berlín) y Nora Navas (La adopción). La intérprete dedicó su premio a la gente que lo ha pasado mal, como su protagonista, una madre soltera al borde del desahucio. “El cine debe de ser plural y valiente […] Quiero recordar a todos los abandonados por el sistema económico. Hay mucha gente que lo está pasando mal. Hoy se os escucha. Techo y comida para todos”.
Penélope Cruz encabezó el desfile de cineastas y estrellas –bastante numeroso- en la alfombra roja del Palacio Municipal de Congresos de Madrid, a una gala a la que también acudieron el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y la presidente de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Finalmente, el galardón al mejor documental fue para 2014, nacido en Gaza, de Hernán Zin, un filme que retrata a diez niños palestinos en su día a día bajo las bombas y el embargo. Zin lo rodó durante la última ofensiva militar israelí sobre la franja de Gaza en 2014. Al escenario el cineasta subió con su pareja y productora del documental, Bebe.
Los premios empezaron tarde por la tardanza de Cifuentes en llegar al Palacio. Demasiado plagada de números musicales, necesarios para alargar la duración de la ceremonia hasta sus 90 minutos, la gala sirvió para medir la temperatura emocional del cine español, que resume en el discurso de Enrique Cerezo, presidente de EGEDA. Explicó que su discurso era como una carta a los Reyes Magos. “Hemos hecho todos los deberes. Nos merecemos lo mejor de los Reyes. No nos merecemos carbón”. Tras ese arranque, repitió ante el nuevo ministro viejas peticiones: “No queremos subvenciones, sino exenciones fiscales como todos los sectores. No pedimos el IVA cero de Noruega, pero tampoco el 21%. Qué envidia de Francia o Italia, países donde se apoya si cine”. Finalmente, en su discurso más breve de sus años presidiendo los Forqué, pidió que alguien hundiera “el barco de la piratería”.
Las dos principales novedades de esta edición han sido, primera, el premio al mejor cortometraje, que recayó en El corredor, de José Luis Montesinos, que cuenta con su actor fetiche Miguel Ángel Jenner como un empresario de la vieja escuela venido a menos que se cruza con un extrabajador suyo que se quedó en el paro tras un ERE; y, segunda, el galardón al cine y educación en valores, que en su primera ocasión se lo ha llevado Atrapa la bandera, de Enrique Gato. La gala tuvo a José Corbacho y a Macarena Gómez como los actores que sirvieron de hilo conductor. Y entre sketch y sketch, un homenaje, el que recibió Santiago Segura por su labor como productor. Para el madrileño fue la Medalla de Oro de EGEDA 2016. “Gracias a las palabras de Enrique. No son ciertas sus palabras. No me he hecho a mí mismo porque si fuera así me habría hecho mejor”. Bromeó con el juicio recién iniciado a la infanta Cristina, razón por la que no habían venido los reyes. Más en serio, agradeció a muchas personas que han colaborado en su carrera. Y se paró en Andrés Vicente Gómez, productor del primer Torrente. “De él aprendí todo lo que no hay que hacer en producción”. Recordó que de aquel guion quiso eliminar la famosa frase sobre las pajillas. Un visionario. Segura se despidió esperando “seguir soñando cine y que vosotros las veáis”.
Truman no es la película con más candidaturas a los 30º Premios Goya, que se entregan el 6 de febrero (ese honor recae en La novia, de Paula Ortiz, con 12), pero los Forqué reafirman su condición de favorita.
Babelia
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