_
_
_
_
CRÍTICA | DANZAD MALDITOS

Viva la danza de la muerte

El espectáculo de Félix Estaire y Alberto Velasco deja poso y gusta más en el recuerdo

Javier Vallejo
Imagen promocional de 'Danzad malditos'.
Imagen promocional de 'Danzad malditos'.

La vida en las economías capitalistas, como una carrera en la que solo sobreviven los más fuertes o un maratón de baile en el que hay sitio tan solo para una pareja ganadora. En este Danzad malditos, adaptación libérrima de la película cuasi homónima de Sidney Pollack y de la novela precedente de Horace McCoy, hay una atmósfera Gran Depresión muy actual: la ropa evoca la de aquella época, pero también la de los nietos que hoy echan mano del fondo de armario de sus abuelos y de la pensión de sus padres. No es tanto la Norteamérica de Steinbeck lo que se muestra, como un lugar fuera del tiempo, una verbena siniestra o la antesala de un matadero industrial por el que desfila circular y mecánicamente, durante el prólogo y el epílogo, todo el espectro humano, bien encarnado por una pléyade de actores con físicos tirando a comunes, corrientes y molientes, como nos gustaría verlos más a menudo en nuestros escenarios.

Danzad malditos

Versión de Félix Estaire. Reparto: Karmen Garay, Sara Parbole, Alberto Frías. Dirección: Alberto Velasco. Madrid. Matadero, hasta el 13 de diciembre.

En Danzad malditos, lo que queda del filme original parece corroído por el ácido; sus fotogramas, parcialmente velados, y sus personajes, presos del furor y la desolación, frutos ambos del tiempo transcurrido sin haber experimentado mejora social perceptible. Quién espere ver bonitas danzas, como en Le Bal, de Ettore Scola, se encontrará una versión contemporánea y viva de las Danzas de la Muerte medievales. El espectáculo de Félix Estaire y Alberto Velasco deja poso y gusta más en el recuerdo, luego algo tiene de esencial. El trabajo a tumba abierta de los 14 intérpretes y el arriesgado amplio margen de azar que se les deja (cada día forman parejas distintas y las rondas de eliminación se suceden de manera cambiante) hacen de esta función una experiencia singular.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_